- ¿¡Sos boludo?! - Grita Vicente - ¿Como pensas que te yo te haría algo así? -
Matías solo mantenía la cara agachada
- ¿Siquiera viste bien la foto? - su silencio dijo todo. - ¿No hablarón las cosas? - la frustración crece en ambos - ¿Al menos te despediste? -. Todas esas dudas las aclaró el rostro arrepentido de Matías.
Ahora el castaño no para de dar vueltas, recien parece reaccionar, recién comienza a analizar que perdió a la mujer de su vida.
Hay millones de maneras de morir, pero sin duda la más dolorosas es morir vivo. Es una muerte lenta pero segura, sigues respirando, sigues observando, sigues sintiendo. Pero ya nada es igual, ahora solo eres un fantasma: un muerto viviente.
Eso le pasó a Martina.
Las horas pasan, las lagrimas corren, el sol se esconde, el mundo sigue. Pero ella sigue ahí, ella no pudo seguir con el mundo.
Matías está arrepentido, no hay día que despierte sin pensar en la sonrisa de la monera.
Sus insomnio tiene su nombre, su rostro, su voz y sus colores. La culpa lo sigue como su sombra y las paredes se encogen cada día un poco más.
El tiempo pasaba, pero no hubo ninguna llamada, ningún mensaje, ningún correo.Martina solía tener su celular en silencio, pero de vez en cuando, una vez al día, lo desbloqueaba y revisaba con la esperanza de encontrar rastro de su amado.
El lado de su cama sigue intacto, sin usar, congelandose con cada segundo. Las plantas ahora marchitas siguen decorando la pared con los marcos ahora vacíos. La caja de cartas y regalos de Matías se empolva en el fondo del armario de Martina, la cual ya no llora, ya agotó todas sus lagrimas, solo espera pacientemente a que el toque de la puerta sea de Matías, y no de su vecino el solterón que viene a pedir sal.
Se preguntarán: ¿Por qué no mandó ningún mensaje? Eso tenía una sola respuesta, que nadie podía comprender. Le decían que la fuera a buscar, que intentara que lo amara nuevamente, pero el no quería eso.
El no quería que Martina este con una persona como el mismo; egoísta, egocéntrico, inestable, y muchas cosas más. El quería lo mejor para ella, y eso no lo es el. O eso solía pensar.