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24 de noviembre 2026 // Santiago de Chile
Amor.
Se puede decir que el amor es una de las cosas que más dolor causan, pero sigue siento una experiencia hermosa.
La gente que llega a tu vida y deja huella en ella te ayuda a descubrir quien eres y quien quieres ser. Te hacen la persona en la que te conviertes.
En su momento dolió, dolió demasiado. Terminar una relación siempre es triste, más cuando ambos estaban aún enamorados. Pero el tiempo todo lo cura, y el corazón de Martina no fue la excepción.
Los años pasaron y el dolor se fue con ellos, sus recuerdos de su relación pasada ya no son tristes y grises; son felices y calidos, llenos de amor y felicidad.
Las calurosas calles de Santiago en noviembre arropan a Martina quien acaba de dar el examen final, si lo logra aprobar, se graduará y por fin podrá tener el titulo por el que tanto trabajó: psicología.
Está un poco nerviosa, pero confia plenamente en los conocimientos que estos cuatro años le brindarón.
Sigue con su cabello largo, negro y lacio, junto con sus lentes negros y su cuerpo que sigue delgado.
Fuerón días, meses y años de recuperación. Pero lo logró, logró salir de su trastorno, logró comer sin culpa. Con Matías muy aparte de su vida.
Su alma ahora baila sola al son de su propia música. Al fin, después de tanto tiempo, pudo llenarse a ella misma y completarse de la manera en la que nadie más lo hará como ella.
Es feliz con lo que pasa en su vida, pero también es feliz con ella misma.
Y aunque pensó que durarían toda la vida, que compartirían todas sus mañanas hasta que la muerte los alcanzé. Todo lo bueno termina, o eso dicen por ahí.
El destino no tenía los mismo planes que la joven. Pero quizás, solo quizás, Martina en otra vida pudo ser feliz con el chico que hasta ahora, ah sido el único que supo amarla genuinamente.
Mañana por la mañana viajará a Buenos Aires para ver el estreno de una película donde actua una amiga suya, tiene entendido que la mitad del cast es Chileno y la otra mitad es Argentino, tambíen es conciente de que su ex pareja estará ahí.
Matías, de quien por años no supo nada, lo verá de nuevo. Pero ahora sin sentimientos de por medio, o bueno, no más que la hermosa experiencia de ser amada.
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Los aplausos invadieron la sala de cine una vez la película dió por finalizado. Ahora los actores y sus invitados irán a comer a un restaurante para celebrar.
Con una sonrisa y un calido abrazo Martina felicitó a todos por su excelente trabajo, dejando de ultimo a Matías.
Los ojos del chico brillaron tal cual como el día uno
- Felicidades Mati, hiciste un excelente trabajo - Dijo con cariño Martina para luego abrazarlo.
Matías se hundió en ese abrazo lo que más pudo aferrandose a la chica que el mismo perdió.
Fue un abrazo cargado de melancolía y nostalgia, por un segundo creyó escuchar nuevamente los cantos desafinados de su ex-amor que invadía su departamento ahora en profundo silencio. Recordó a la perfección todos los abrazos matutinos, y saboreó los besos sabor miel de los que ya perdió la cuenta.
- Muchas gracias, marti -
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El silencio de la madrugada reinaba el departamento de Matías, quien dormía plácidamente. Hasta que un sueño lo interrumpió. Era Martina:
Estaban el aquella plaza donde se dió cuenta de su amor hacia ella, vestida entera de negro, mientras se despedía y disculpaba Matías se mantenía inmóvil, sin hacer nada.
Despertó angustiado y con lagrimas en los ojos llamó a Martina.
Cada segundo en el que se demoraba en responder podía sentir su desesperación crecer
- ¿Mati? - se escuchó desde la otra linea.
Un suspiro de alivio de escapó de sus labios - Martina... ¿Cómo estás? - preguntó
- Bien, ¿porqué? ¿pasó algo? - no tuvo tiempo de responder cuando escuchó un terrible choque
- ¿Martina? - Habló preocupado - ¿¡Martina estás ahí?! - su preocupación crecía cada vez más.
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