Miedo del amor

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narra Martina

narra Martina

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Me besó.
El suave roze de nuestros labios encajaban perfectamente como si estuvieran destinados a juntarse, nuestras manos dando pequeñas caricias en la mejilla el otro crearon una conexión inexplicable, estaba oscuro, pero por primera vez en mi vida no le tuve miedo a la oscuridad, quizas por que el brillo de sus ojos eran lo suficiente para acerme entender que con el estará todo bien, pero si le tenía miedo a otra cosa, algo mucho más grande, algo de lo que no se puede escapar, por que si algo me enseñaron mis veinte años y todas esas noches de llanto fue que, del amor no se puede escapar.

Nos miramos a los ojos por unos minutos, las palabras no hacían falta, estaba reflexionando sobre lo que acababa de pasar, el miedo me carcomia, miedo a enamorarme de alguien que no vive en mi país, miedo a enamorarme de mi amigo, miedo de enamorarme de un famoso, miedo de que el no se enamore, miedo de enamorarme. Un conjunto de emociones desconocidas para mi corazón me invadió, no se como se reacciona a esto, estaba perdida en mis pensamientos y lo unico que atiné a hacer fue abrazarlo, abrazarlo con fuerza esperando que mis problemas se solucionen y mis miedos desaparescan con el calor de su cuerpo.

El abrazo perduro por unos minutos hasta que siento como el se separa de mi, haciéndome caer en la realidad, una realidad confusa de la que no puedo escapar, una realidad creada por una mezcla de miedo y amor, y la duda de si alguna de las dos es correspondida por ambos. ¿Cómo podría cuestionarme tantas cosas solo por un beso? Agarró mi cara con ambas manos, esas manos grandes y firmes pero a la vez delicadas, después de todo, seguía siendo ese niño dulce que me abrazó consolandome de una pesadilla, excepto que ahora me consuela de mis sentimientos hacia el.

- ¿Que pasó? - Me miro con preocupación, con pena, odio causarle pena a la gente, odio que me miren con lastima, odio que el me mire con lastima. Sus ojos tenían un brillo, pero no precisamente ese brillo que se le formaba al reir, era un brillo triste, un brillo cristalizado y frajil. Yo no respondí, las palabras no salian de mi boca, y sabía que si empezaba a hablar me quebraría, me odié a mi misma por dejarlo solo con sus pensamientos, pero tenía que salir de ahí, heche unos pasos hacía atrás y me encerré en mi habitación tratando de despertar de esta pesadilla que parecía no tener fin.

Desperté con los rayos de sol que posaban en mi cara, ambos chicos aún dormían, y yo dejaba que el agua de la ducha recorriera mi cuerpo mientras pensaba en lo mierda de persona que soy por huir, envolví mi cuerpo con una toalla y me vestí con rop...

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Desperté con los rayos de sol que posaban en mi cara, ambos chicos aún dormían, y yo dejaba que el agua de la ducha recorriera mi cuerpo mientras pensaba en lo mierda de persona que soy por huir, envolví mi cuerpo con una toalla y me vestí con ropa olgada, estaba cansada, pero no tenía sueño, me preparé un té y me senté en la mesa a meditar todo, pudé sentir a alguien sentarse a mi lado, pero estaba al absorta en mis pensamientos que no me molesté en ver quien era, hasta que habló

- Tenés a alguien más, ¿verdad? - Lo miré atenta, no se de dónde sacó esa conclusión errónea - No - dije devolviendo la mirada a mi taza de té

- ¿Y por qué huís? - la verdad no tenía una respuesta clara para eso

- Por que tengo miedo, Matías - le digo mirandolo a lo ojos

- ¿Miedo de que? - tomo mi mano, haciendome sentir un escalofrío reconfortante

- De enamorarme - Se sorprendió, en ese momento quería que la tierra me tragara y no me escupiera más, un monton de respuestas ficticias pasaron por mi mente, seguramente fue solo calentura para el, no no, Mati no es así ¿o si? Muchas preguntas y ninguna respuesta, hasta que retomó la palabra

- ¿Tan mierda soy para que te de miedo amarme? - sus palabras rompieron mi corazón, odiaba hacerlo sentir así, pero creo que también es egoísta de su parte creer eso y no tratar de comprender que no todo es tan fácil, no para mí

- No es por eso - le aclaré, el seguía escuchándome atentamente mientras sostenía mis manos

- ¿Y entonces por que es? -

- Por que vives en otro país, por que te estás convirtiendo en una celebridad, por que somos amigos, y por qué aún no sé si también si sientes lo mismo - El me miraba directamente a los ojos, sus ojos se estaban cristalizando, sabía que trataba de disimularlo, pero no pudo, conmigo no podía

- Martina, me gustaste desde que te vi bailando en ese boliche, me gustaste llorando en la noche y fumando en la mañana, me gustaste en la cafetería, y me dí cuenta que estoy enamorado de vos desde que escuchamos 'Los Tres' en aquella plaza, desde que te ví no salís de mi mente Martina, por eso eres la persona a la que le hablo cuando estoy mal, por que eres la primera persona que pienso al despertar y la última al irme a dormir, por eso cuando te ví en esa fila peleando con el pelo liso se me dió vuelta el mundo Martina, y por eso me llenás un pedacito de mi corazón cada vez que me abrazás -

en ninguno de los escenarios ficticios de mi mente obtuve esa respuesta, pero en la realidad si, y no sabía que responder, estaba tan feliz de tener un amor correspondido, moría por comerle la boca y acerlo olvidar de todo lo que lo dañe, pero el vive en otro país, ¿Cómo esto saldría bien? Solo pude ponerme a llorar en su pecho, estaba tan cansada de siempre ser yo la que se derrumba primero, me odiaba tanto por ser tan sensible, pero así soy, lo que no hablo lo lloro, y yo nunca hablo.

Con lagrimas en los ojos me sinceré, de todos eso miedos y mi primer amor, de como sufrí y de como me da miedo sufrir nuevamente, pero no le conte sobre Eduardo, no pudé, no me permitiría verme más vulnerable de lo que ya soy. Me encontraba en mi cuarto abrazandolo mientras ninguno de los dos tenía claro que hacer, ambos estabamos igual de confundidos, las palabras no hacían falta, con nuestra presencia nos llenábamos mutuamente, por que cuando es la persona correcta se siente.

Narra Matías

Estoy acostado abrazado de Martina, tengo miles de preguntas sin respuesta en mente, yo nunca me había enamorado, nunca sentí esto, pero ella si, y me aterra la idea de hacerle daño por mi falta de experiencia, no me cabe en la cabeza como alguien puede dañar a un ser de luz como Martina

pero los seres humanos somos egoístas, y cuando vemos luz en alguien nos la queremos llevar con la idea de que así brillaremos más.

 pero los seres humanos somos egoístas, y cuando vemos luz en alguien nos la queremos llevar con la idea de que así brillaremos más

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Gracias por los 2,64 k de lectores, trataré de subir el próximo cap pronto

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𝐌𝐢 𝐬𝐚𝐥𝐯𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧  || Matias Recalt Donde viven las historias. Descúbrelo ahora