El dragón y la novia

cap 8 [ritual]

Quedarse en un lugar como este habría sido un esfuerzo relativamente pacífico, si no fuera por las luchas emocionales internalizadas.

Como conocedor de la agitación emocional, el guerrero no podía, ni por su vida, decidir lo que sentía por el señor del palacio. No le gustaba lo fácilmente que se sentía atraído por el hombre mayor, ni entendía por qué su mente se quedó completamente en blanco ante la idea de acercarse CUALQUIER proximidad al maestro.

Se sentía enfermo.

Arritmia.

Enrojecimiento.

Sudoración incontrolable.

Falta de concentración.

Nerviosismo.

El guerrero pensó que lo estaban envenenando .

Al menos, ese fue su pensamiento inicial antes de que Mia lo regañara por ser " un hermano tonto", que no entiende el concepto de " sentimientos ".

No entendía por qué sus ojos seguían sin rumbo al maestro, cuando escapaba de su papeleo para jugar con los niños. No sabía por qué estaba tan interesado en estar cerca del hombre, aunque cuando lo hacía, le daban ganas de huir con una total falta de profundidad. ¿Pero en cambio se pondría rígido o frunciría el ceño como reacción inmediata a este miedo desequilibrado? ¿Vergüenza? ¿Duda? Se había demorado.

Entendió la atracción física.

El guerrero estaba claramente convencido de que era agradable a la vista. Muchas mujeres . . . Y hombres de todas las edades le han confesado su amor a lo largo de los años.

 

Pero él nunca estuvo en el lugar donde ÉL era el que se sentía atraído por alguien.

"Hermano."

"¡Hermano!"

"¡Hermano, sal de ahí!" Gritó Mia, haciendo que el guerrero mirara a su hermana haciendo pucheros.

El guerrero solo gruñó en respuesta mientras intentaba aclarar su cabeza. No debería hundirse en una diatriba mental sobre el dueño de la casa. . . Especialmente cuando ha estado evitando activamente al hombre por miedo a su vergüenza personal.

No sabía cómo actuar con el maestro.

"Lo siento." Dijo el guerrero, mientras intentaba prestarle atención a la chica.

“¿Escuchaste siquiera lo que dije?”

“. . .” La chica puso los ojos en blanco ante el silencio. Estaba empezando a acostumbrarse a esta versión flotante y distante de su hermano que nunca conoció. Era mejor que el hombre melancólico que miraba todo lo que se movía.

“Bien, dije que Ahjussi iba a hacer algo esta noche y Sangah Unnie nos permitió verlo”. La niña explicó, mientras el guerrero procesaba las palabras”.