El dragón y la novia

cap 38 [hermanos]

"Entonces, dime por qué estás aquí y ¿podrías irte?" Murmuró Kim Dokja mientras su mejilla presionaba su mesa de trabajo.

"El anciano y la anciana nos enviaron a ver cómo estabas... ¡Y también porque conseguiste una esposa y no le dijiste a tu Hyung sobre eso!" El hombre rubio murmuró indignado mientras golpeaba la mesa con los puños.

"Técnicamente, él no es mi esposa... todavía ". Murmuró el Dios mientras miraba a la mujer vertiginosa al lado de la otra rubia.

"Y ahora parece que nunca sucederá porque ALGUIEN arruinó el momento". Añadió el Dios mientras la mujer angelical se encogía de hombros.

"No es que estuviera mintiendo y, además, ¿qué tiene de malo un poco de angustia condimentada en la mezcla?" Respondió la mujer, ni siquiera un poco culpable por arruinar la poca confianza que tenían los dos, una especie de amantes .

"Está enojado conmigo... ¡OTRA VEZ!" Dokja se revolvió, mientras las dos rubias se reían disimuladamente.

¿Por qué el Rey y la Reina tuvieron que enviar a ESTOS dos como enviados?

Incluso Gabriel era aceptable en este punto; diablos , incluso tomaría al dragón de llamas abisal negro como enviado si eso significara que estos dos pueden volver a casa. No lo malinterpretes, amaba y apreciaba a sus amigos; lo que no apreciaba era que arruinaran sus oportunidades con su novia incluso más de lo que ya lo había hecho en el pasado.

"Mira, como puedes ver, estoy bien... Físicamente. Ya has visto a Joonghyuk-ah, puedes ahuyentarlo ahora". Dijo el Dios agitando su mano.

"Oh, ¿no extrañas a tu Hyung, Dokja-yah? ¡¿Ha pasado tanto tiempo desde que nos vimos y ahora nos estás echando?! ¡Estoy herido! ¡Me estás rompiendo el corazón!" Dijo Sun Wukong dramáticamente, derramando una lágrima falsa por su mejilla.

"¡ANNNNDDDDD, te estás olvidando de mí! ¡Sigo escribiéndote y ni siquiera respondes! ¡Cómo se supone que no debo preocuparme por mi Dokja-yah favorito!" Agregó Uriel mientras golpea la mesa como un juez indignado.

"Se supone que debo estar consolando a mi esposa... mi amante ahora mismo, pero estoy lidiando con ustedes dos". El Dios murmuró en voz baja.

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Uriel se rió, emocionado por el desarrollo del Dios.

El Kim Dokja que conocía era alguien que estaba dispuesto a morir en cualquier momento, no tenía sentimientos persistentes hacia el mundo y no tenía escrúpulos ni expectativas sobre lo que vendría después.

Todo lo que Dios quería hacer era morir o sobrevivir un día más. . . dejándolo todo al destino, que ganaría.

Y de alguna manera el Dios siempre sobrevivió a las adversidades.

Ahora el Dios tiene el descaro de actuar molesto, de sonreír, de temer la ira de su amante. . . Era diferente.