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A los dos días después Giyuu despertó siendo recibido por el maravilloso olor de su comida favorita, salmón al fuego con daikon, una de las niñas que lo cuidaba le dió de comer y verificó que no tuviera secuelas

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A los dos días después Giyuu despertó siendo recibido por el maravilloso olor de su comida favorita, salmón al fuego con daikon, una de las niñas que lo cuidaba le dió de comer y verificó que no tuviera secuelas. Luego Shinobu fue a revisarlo y de paso lo regaño por el estado en el que había llegado, aprovecho de cambiar sus vendas y le dió reposo por dos días más para que así sanará completamente.

En esos días solo recibió dos visitas las cuales fueron Genya y Tanjiro, ambos chicos venían cuando podían ya que el entrenamiento hashira ya había empezado pero aún así alegraron un poco la estadía del pelinegro en ese solitario lugar, después de todo Shinobu por algún motivo estaba todo el tiempo ocupada y ya no tenía tiempo para charlar con el chico, tal vez ya se había cansado de él.

Apenas tuvo el alta se dedicó a entrenar por su cuenta y meditar en su finca, hasta que sucedió algo que nadie pensaría. Sanemi apareció en su hogar en la noche cuando él ya estaba listo para patrullar y lo único que dijo fue:

─ Oyakata-sama me ordenó que desde hoy en adelante patrulle junto a ti, necesita que investiguemos.

Giyuu desconcertado solo pudo asentir, después de todo eran órdenes del patrón por lo que no se negaría.

Así empezó una rutina, todas las noches a las nueve en punto el peliblanco lo esperaba en la entrada de su finca y ambos recorrían el bosque juntos en un silencio increíblemente nada incómodo. El pelinegro no era tonto y sabía lo cansado que estaba el mayor después del entrenamiento pero aún así cuando intentaba persuadirlo para que fuera a descansar se negaba completamente y seguía con la ruta. También algo que notó es que Sanemi lo sobreprotegía de una forma exagerada, siempre estaba alerta, lo guiaba en el camino o si no iba detrás de el cuidando su espalda, y si había alguna presencia extraña se ponía junto a él o lo dejaba atrás suyo cubriéndolo con su cuerpo, claramente al menor le daba curiosidad el porqué de su comportamiento pero sabía que si pedía explicaciones de todas formas el peliblanco no le explicaría o desviaría el tema así que se dió por vencido con el tema.

Más extraño fue todo cuando Sanemi empezó a llegar en las tardes a la hora del almuerzo con un bento¹ lleno de comida para ambos diciendo que Shinobu le había ordenado supervisar su alimentación ya que estaba adelgazando, cuando la pilar del insecto no lo había visto desde que lo reviso cuando despertó de su coma. Aún así el pelinegro no rechistó y dejó que el mayor lo acompañara, su corazón era débil ante el pilar del viento y que él tuviera la intención de acompañarlo en su día a día lo debilitaba aún más, lo cual dolía, ya que sabía que era un sentimiento enfermizo, un hombre no podía amar a un hombre, no era bien visto por nadie, y estaba seguro que si Sanemi se enteraba su pura existencia le daría asco, Giyuu no quería arruinar estos preciados momentos, después de todo, desde hace ya tres semanas que está era su rutina cotidiana y no podía ser más dichoso.

Ahora se encontraba ordenando la mesa, poniendo dos cuencos, cubiertos y vasos ya que el peliblanco llegaría en cualquier momento y apenas escucho pisadas desde afuera abrió la puerta dejandolo pasar, ambos tomaron asiendo y el mayor empezó a servir la comida en silencio hasta que miro a Giyuu.

❝𝐎𝐜𝐞𝐚𝐧 𝐄𝐲𝐞𝐬❞ ─➢❨𝑆𝑎𝑛𝑒𝐺𝑖𝑦𝑢𝑢❩⸙ [𝘊𝘰𝘮𝘱𝘭𝘦𝘵𝘢]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora