Sanemi juraba que Giyuu era la persona más narcisista que había conocido en toda su vida pero al ver esos ojos azules como el océano llenos de lágrimas se dió cuenta de lo equivocado que estaba.
•
•
•
•
•
•
➛ Fanfiction basado en la obra Kimetsu no...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luego de lo sucedido en la aldea de los herreros se hizo una reunión urgente dirigida por Amane Ubuyashiki en reemplazo del patrón para tratar el tema de las marcas de los cazadores y el próximo entrenamiento, no fue una reunión muy extensa ya que solo se trataron esos dos temas pero el caos vino cuando la mujer se fue dejando a los pilares solos.
─ Como Amane-dono¹ se retiró, yo también me iré ─Hablo Giyuu poniéndose de pie.
─ ¿Por qué te vas? Debemos planear que haremos con este entrenamiento y nuestros movimientos a futuro ─Refutó Sanemi con un tono frío a lo cual el pelinegro se volteo a verlo.
─ Ustedes seis pueden encargarse de eso, no tiene nada que ver conmigo ─Se giro retomando sus pasos hacia la puerta del salón.
─ ¡¿Ah?! ¿Y tú quién mierda te crees para no participar en esto? ─Preguntó exaltado Sanemi quien ya se estaba poniendo de pie para detener al pelinegro.─ ¿Acaso no comprendes tu posición como pilar? Es tu deber obedecer las órdenes de Oyakata-sama² y Amane-dono.
─ Yo... Yo no soy como ustedes ─Respondió Giyuu en un tono frío y como si estuviera a punto de quebrarse lo cual dejó desconcertados a todos los presentes pero aún así, ni Sanemi, ni Obanai dejarían que este se fuera sin ninguna explicación coherente.
─ Parece que no entiendes lo que sucede, idiota, tenemos una oportunidad para poder acabar con toda esta mierda, cientos de cazadores se han sacrificado para poder llegar a este punto ¿Y ahora tú no piensas ayudar? ¿Tan importante te crees? ─Esta vez Obanai hablo aún sin mirar al pelinegro.
─ Chi-Chicos creo que ya es suficiente ─Quiso intervenir Mitsuri quien ya de por sí estaba bastante asustada pero aún así ninguno de los tres a excepción de Obanai la tomo en cuenta.
─ Entonces no se centren en mi, no soy necesario para este entrenamiento ─Cada vez el tono de Giyuu disminuía más y más como si su voz estuviera desapareciendo.
─ ¡Tú! ¡Maldito bastar-...! ─El peliblanco ya estaba a punto de lanzarse a golpearlo hasta que un fuerte aplauso resonó por toda la habitación dejando atónitos a todos, Gyomei decidió intervenir.
─ Ya basta, no es el momento de discusiones, Tomioka, por favor, danos alguna razón válida y podrás excluirte de estos entrenamientos ─Habló el mayor mientras que frotaba sus manos haciendo sonar las perlas que las rodeaban.
─ Perdóneme, Himejima-san³ ─Y sin más salió rápidamente de la finca, Sanemi quien no podía aceptar que este se fuera como si nada lo siguió tratando de alcanzarlo y cuando reaccionó sobre su entorno se dió cuenta de que estaba adentrándose en el bosque que se encontraba cerca de la sede de cazadores.
Apenas logro alcanzar al pelinegro agarro su haori con fuerza logrando que se quedará quieto, pero como no midió a la velocidad que iban, ambos cayeron al suelo rodando por la tierra hasta que por fin se detuvieron quedando en una posición comprometedora. Sanemi, quien estaba arriba de Giyuu, para que no pudiera escapar aprisionó el cuerpo del pelinegro dejandolo entremedio de sus piernas, con una de sus manos sujeto las muñecas del contrario sobre su cabeza y con la otra lo agarro por el cuello de su uniforme, ambos con la respiración agitada solo pudieron mirarse el uno al otro.