Episodio VI

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Episodio VI - ¿Quien es L?

Maratón 1/2

—Un pie delante del otro, Londres. —Dijo divertido.

—Eso intento, pero el piso da vueltas, siento que estoy en un barco. ¡Siempre quise subirme a uno! —Chillé y él llevó una mano a mi boca al instante.

Hay gente durmiendo, Londres. Haz silencio, por favor. —Pidió en voz baja.

—Okey. —Sonreí y miré mi uña mal pintada, él abrió una puerta y era su habitación, cerró la puerta tras mío y yo me dejé caer en la cama, y me estiré allí.

—Recuérdame nunca mas confiar en hombres con cara de guapos, pero terminan siendo unos guapos mentirosos. —Dije intentando no cerrar los ojos.

—Claro que te lo recordaré. —Dijo divertido mientras me sacaba las zapatillas.

—¿Cómo te llamas? —Pregunté y él levantó la mirada.

—Quiero decírtelo, pero tengo que estar seguro de que lo recordaras. —Susurró y yo suspiré.

—Estás de mala suerte. Tengo memoria de Dori. —Bostecé.

—Ya. Anda súbete un poco. —Me quejé un poco cuando tuve que levantar la espalda, me puso una camisa que me quedaba gigante, pero al menos era playera.

Terminó de colocarme la camisa y me dejó caer de nuevo, tomó una sabana y la subió hasta mis clavículas, apartó el pelo que tenía en la cara.

Colocó mejor la cobija y no pude evitarlo, tomé de su muñeca y le pregunté. —¿Quién eres?

—Espero y lo recuerdes mañana, será mejor que descanses. —Alzó la cobija hasta mi mentón.

Siento la caricia de él en mi brazo, estiré la mano a su cabello enredé los dedos en sus rizos no tan formados de color castaño, apoyó su brazo en el colchón y noté que tenía unas pulseras hechas de hilo y otra arriba que tiene conchas y... No lo logro mirar por más tiempo por que levantó mi rostro desde mi barbilla haciendo que lo mire de nuevo.

—Duérmete, turista. —Susurró con su voz...

—¿Te quedaras hasta que me duerma? —Dije tomando su muñeca para que no se aleje.

—No creo que te haga gracia eso mañana. —Levantó las cejas. Intento enfocarlo mejor pero no pude.

—No me gusta dormir sola... —Murmuré.

—¿Y cómo haces cuando duermes en tu casa? —Cuestionó lentamente.

—Duermo con mi peluche favorito. Es un elefante y se llama Baloo. —Confesé pensando que se burlaría, pero... no lo hizo. De hecho, aunque no logré enfocar su mirada sabía que me miraba con ¿ternura?

—Podría quedarme aquí hasta que te duermas, pero me iré cuando lo hagas, ¿Te parece? —Preguntó en voz baja y yo asentí rápidamente.

Se sentó en la cama y se quedó mirando hacia el balcón, yo me acerqué y dejé caer mi cabeza en sus piernas, él se quedo en modo estatua durante unos segundos, pero luego dejó caer una mano en mi hombro y lo acaricio de una manera tan... no lo sé, pero me dormí al instante.

—¿Por qué me has mentido? —Lo miro y él aparta la mirada —. ¿Quién eres, Sloan?

Él se queda mirando un punto fijo sin responder hasta que traga hueso y por fin levanta la mirada.

Bailando en una ola de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora