Episodio VIII

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Episodio VIII - Noche interrumpida

—Siento que me caeré. —Carcajeo mientras Loyd está atrás mío tapándome los ojos.

—¿Confías en mí? —Su voz contra mi oreja hace que se me erice la piel.

—No.

Ambos detenemos la caminata y empiezo a carcajear.

—Es mentira. Claro que confío en ti, Loyd. —Digo y escucho su suspiro, reanudamos la caminata.

—Hemos llegado. —Aparta las manos de mis ojos, intento enfocar la mirada y es... completamente hermoso.

Hay un árbol gigante a un costado, flores por todas partes, una pequeña manta en el césped con una canasta y frutas en pequeños platos, un arroyo al fondo... es muy hermoso.

—¿Has hecho todo esto? —Me giro y le pregunto.

—Si, o sea, las frutas no... porque, bueno yo no las cree, ya sabes... vienen de las plantitas y esa onda, pero lo demás... —Tartamudea y no puedo evitar enrollar mis brazos en su cuello para abrazarlo. Es tan tierno.

—Gracias... creo que jamás me han hecho algo tan lindo. —Susurro en su cuello mientras él me rodea con sus brazos.

—Qué bueno que he llegado, ¿no? —Bromea y yo sonrío, me aparto y le coloco mejor el mechón de su frente.

—Me alegro que sí. —No logro ni explicar lo hermoso que es todo. Él apunta al picnic y me acerco para sentarme.

—¿Alguna vez has hecho un picnic? —Pregunta antes de meterse una fresa en la boca.

—Lo hacía de pequeña. Mi abuelo viajaba mucho y cuando volvía con comidas de los lugares donde iba y hacíamos picnic en el patio de su casa. —sonrío al recordarlo.

Empezamos a bromear y carcajear de varias cosas, mientras atardecía.

Leandro

—Hoy he aprendido a jugar tenis. —sonríe Seraiah mientas teje su nuevo bolso.

—¿Y qué tal, jugadora de tenis? —Pregunto mientras enciendo mi cigarrillo.

—No me ha ido tan mal... —Hace una mueca y carcajeo.

Seraiah se ha hecho como mi mejor amiga, bueno... de esas amigas a las que les das besos y haces...mhm. Mas cosas.

Me alegro de haberla conocido, siento mucha confianza estando a su alrededor, y le agarré un poco de cariño.

—¿Significa que le has tirado la pelotita en la cara a alguien? —Enarco la ceja y cuando se empieza a sonrojar, empiezo a carcajear.

—¡No te burles! La señora no ha visto el cartel de ¡peligro, rubias sin puntería! Y pasó al lado de mi oponente. —Chilla frustrada, y yo carcajeo.

Elowen

Loyd acerca una fresa y yo abro la boca, cuando la empiezo a masticar empezamos a carcajear.

—Mañana tendrás clases con mis hermanas, ¿no? —Pregunta luego de pasarse el dorso de su muñeca por sus labios manchados,

—Si, hasta las siete y media. —Pronuncio luego de haber tragado la fresa.

Él asiente mientras busca algo en la canasta, yo me acerco —como la curiosa que soy— a ver que busca y con un dedo suyo en mi frente me hace retroceder de nuevo.

—¡Oye! ¿Qué buscas?

—Algo. —Masculla sonriendo mientras busca con los ojos entrecerrados.

—¿Y que es ese algo? —Entrecierro los ojos hacia él, levanta la mirada y noto un brillito en ella, pero no me deja ver más porque entrecierra sus ojos imitándome.

Bailando en una ola de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora