Cap XII: El paseo por el parque

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Cuando finalmente dieron las tres Dipper bajo hacía la sala, se sentó esperando ver a el rubio, sin embargo, no se encontró a nadie en el lugar lo cual le preocupo ligeramente.

-¿Bill?- llamó sin recibir respuesta, -¿Estas aquí?- y de nuevo vacío.

Pronto su gran curiosidad fue detenida por un ruido afuera de la cabaña, algo parecido a fuertes pisadas se acercaba, su instinto fue a ver que se encontraba, quizá una criatura mágica o algo así, pero para su dicha era algo increíble.

Ya cercano a la cabaña, un elegante carruaje de madera blanca con detalles dotados se acercaba, tirado por cuatro bestias extrañas, similares a caballos árabes, pero sin ser iguales, y de la misma bajó el demonio con un bello traje dorado, su elegante sombrero junto a un ramo enorme de flores.

-Ho...hola Pino- exclamó nervioso el demonio.

-Dios...esto es de verdad- se acercó más el castaño.

-Bueno yo, pensé que te gustaría dar un paseo e ir al parque luego- le entregó el ramo a Dipper, el cual lo recibió alegre.

-Está bien Bill, vamos- subió a la carroza con ayuda del demonio.

Mientras iban sentados comenzaron a hablar de cosas sin relativa importancia, pues lo único que resonaba en la cabeza de Bill era <No lo vayas a echar a perder> mientras jugueteaba con sus dedos de manera nerviosa.

-Oye Bill, ahora que lo veo, no estamos yendo para el parque- dijo mientras se asomaba por la ventana.

-Oh si vamos, pero no es al parque al que tu piensas- soltó algo nervioso.

-¿Estás bien Bill? Te noto algo nervioso-

-¿Qué? No, es solo que, el aire esta denso- fue su gran mentira, -Pero bueno, antes de llegar te vendare los ojos, es una sorpresa y todo debe quedar perfecto-

El mayor le colocó una banda color verde en los ojos para que no pudiese ver nada; así pronto freno el carruaje, Bill ayudo a su Pino a bajar del carruaje para que no resbalara, tomándolo de los hombros lo encamino en línea recta y dejó parado.

-Quédate allí vale, cuando yo te diga, te quitas la venda- se alejo un poco, Dipper solo escuchaba sus pasos, -¡Listo!-

El castaño se quito la venda y se topó con una fantasía en la realidad, un parque parecido a los parques griegos, con estatuas y arbustos frondosos, flores coloridas que daban un aire de alegría, y en el centro de aquellas "ruinas" una mesa con dos sillas, un florero en el centro, una copa de Champagne en la esquina y una fuente detrás del lugar.

-Bill...este lugar es...simplemente precioso- soltó mientras admiraba todo ello.

-Pensé que te gustaría estar aquí, cenaremos y haremos lo que quieras luego, el día es tuyo- le ofreció su mano para subir a la mesa.

-Dios...no era necesario que te molestaras tanto por mí- tomó su mano.

-Yo quise hacerlo mi Pino- Chasqueó sus dedos y así delante de ambos apareció un platillo exquisito, un salmón bañado en salsa de arándanos, un delicioso pure de papa y una ensalada, -Deja te sirvo- tomó la botella y sirvió en las copas con bordes dorados.

-Gracias Bill, en verdad es muy lindo de tu parte-

-Todo lo que sea necesario para ver a mi Pino feliz- y alzó su copa.

La comida fue muy amena, risillas y burlas de ambos lados, se sentían cómodos entre ellos, incluso recordaron los doce años de Dipper, mientras una expresión de vergüenza recorría al rubio.

-Bueno...he terminado- dejo su plato a un costado, -¿Ahora que sigue?-

-Sígueme Pino-

Tomó su mano de nuevo y anduvieron por el parque, mientras Dipper observaba las estatuas, pero ahora era el momento que tanto esperaba el demonio, y de nuevo esa vocecilla le recordaba que no debía estropear nada.

-Ven por aquí, cuidado con el escalón- le indico Bill al castaño.

Deslumbrado por la luz del atardecer, Dipper observo un hermoso patio con fuentes y criaturas mágicas andando por él, algunas aves de plumajes hermosos y flores de colores impresionantes, mientras el sonido de una canción de violines se escuchaba.

-Esos violines están flotando Bill- le señaló el castaño.

-Tranquilo Pino, solo es un hechizo simple- se sentó en el césped y con su mano le invito a sentarse al castaño a su lado, -Sabes, es muy agradable pasar tiempos así contigo-

-No era como imaginaba que sería pasar contigo, eso es verdad- se incorporo mientras ambos miraban en el atardecer. -¿En qué piensas Bill?- soltó de la nada ante la mirada nerviosa de este.

-Yo...en algo sin importancia- exclamó sonrojado con tibieza; <Bill, ahora es el momento, ahora<

La escena parecía una película burda en aquel momento, Bill acomodo su mano lentamente en el hombro de Dipper para después bajar a la cadera, mientras el castaño casi sin inmutarse solo le miraba.

Para su sorpresa, Dipper sabía lo que hacía, se acercó más a él y dejo caer su cabeza en el hombro del castaño, el rubio sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, así entonces siguió, tomo su mano mientras miraba el atardecer.

-Dipper...se que he sido un mal demonio, pero en verdad deseo estar contigo, ya no quiero juegos ni mentiras, solo deseo pasar todo el tiempo que pueda a tu lado... ¿Aceptarías entonces ser mi novio?- 

Amor de estudios (BilDip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora