fin de un siclo y el comienzo de otro.

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En todos estos años después de la guerra, Noé, su familia y criados siguieron trabajando incesantemente dando forma al arca. Su estructura interna con sus tres niveles ya estaba lista y parcialmente cubierta con tablones de madera. Un enjambre de actividad reinaba en el lugar, unos talaban árboles, otros aserraban la madera, algunos la sujetaban con cuerdas y clavos, mientras que otros aplicaban la brea previamente fabricada por la aldea. Noé supervisaba todo con atención, dirigiendo y asegurándose de que cada detalle fuera perfecto.

_Es impresionante cuánto hemos avanzado _dijo la esposa de Noé acercándose a su marido.

_Así es, mi amor. Dios ha sido bueno con nosotros _respondió Noé con una sonrisa.

_Me preocupa algo que he escuchado de Olan y sus hermanos. Dicen que si las personas del pueblo continúan burlándose de ellos a causa del arca, ellos decidirán abandonar la construcción _mencionó la mujer con inquietud.

_No te preocupes mujer, tal y como Dios nos ha ayudado hasta ahora, Él nos seguirá ayudando hasta el final _la tranquilizó Noé con convicción.

En ese momento, un sonido de cuerno de batalla resonó en el bosque, seguido de un alboroto de gritos de guerra. De entre los árboles emergieron los reyes Geol de Enoc y Avagrón de Goat junto a sus ejércitos. Algunos hombres iban a pie, mientras que otros montaban dragones bípedos.

_Amor ve con nuestras nueras y entren a la aldea _le ordenó Noé a su esposa. Ella obedeció de inmediato. Todos los siervos e hijos de Noé abandonaron sus tareas y se unieron a él quien caminaba con paso firme hacia los reyes.

_¿A qué viene tanto alboroto, mis señores, qué se les ofrece? _preguntó Noé con una mezcla de firmeza y cautela.

_¿Tú eres el anciano Noé, jefe de esta aldea? _inquirió el rey Geol con severidad.

_Sí, ¿qué quiere de mí? _respondió Noé con un tono desafiante.

_A mis oídos han llegado algunos rumores que, por lo que veo son totalmente ciertos. ¿Quién te crees que eres, miserable gusano? ¿Cómo te atreves a traicionar a tu rey? _bramó Geol con una risa burlona. ¿En serio creíste que te apoderarías de estas tierras construyendo esa ridícula fortaleza para defenderte de mí y mis ejércitos?

_¿Hablas de esta construcción? _dijo Noé señalando el arca _No es una fortaleza para defenderme de ustedes, ni pretendo convertirme en un rey.

_¿Ah, no? Entonces, ¿qué es lo que planeas? ¿Qué significa todo esto? _preguntó Geol con impaciencia.

Noé miró fijamente a Geol, a Avagrón y luego a todo el ejército tras ellos. Elevando su voz proclamó.

_¡Dios, el único Dios creador del cielo y de la tierra, ha decidido destruir la tierra a causa de todo el pecado y la maldad que gobierna en el mundo! Los hombres se han alejado de Dios para seguir a los demonios e ídolos hechos por manos humanas a los que llaman dioses, y han elegido el camino de la maldad que ellos les enseñaron. Por eso, Dios destruirá toda carne llenando la tierra con agua, tanta que cubrirá los montes más altos. Esta gran arca es para salvarle la vida a mi familia y a una pareja de cada especie animal.

Al escuchar las palabras de Noé, los dos reyes y sus ejércitos se unieron en una carcajada burlona.

_Eso es lo más absurdo y ridículo que he oído en la vida _dijo Geol entre risas. Luego se dirigió a Avagrón _Avagrón, tenías razón en despreocuparte de este lunático, pobre hombre. Vayámonos de aquí _le ordenó al ejército _Ya he visto lo suficiente para saber que aquí no existe ninguna amenaza.

A la orden del rey, todos dieron media vuelta y desaparecieron en medio del bosque.

_Gracias a Dios se fueron _exhaló Jafet con un suspiro de alivio _Por un momento pensé que nos atacarían y destruirían el arca.

Guerra De Espiritus/GénesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora