La familia de Noé y sus siervos se dispusieron a trabajar de inmediato. Empuñando hachas con fervor, comenzaron a talar sin piedad el área boscosa que circundaba la aldea. A muchos les disgustaba este acto, pues consideraban el bosque un lugar sagrado. Los enormes y robustos troncos caían uno tras otro bajo el filo de las hachas y sierras, convirtiéndose en pilares y vigas para la construcción del arca. Con cada nuevo amanecer, la convicción de que las palabras de Noé eran solo locuras se afianzaba en el corazón de los aldeanos. A menudo, un grupo liderado por el viejo y cascarrabias Fargos se reunía junto a la gran construcción para mofarse de Noé y su familia.
_ ¡Miren al gran profeta del Señor! _dice Fargos_ Con su arca gigante, parece más un carpintero chiflado que un elegido divino JAJAJA...!
_ ¿Profeta? ¡Yo lo llamaría el rey de los locos! JAJAJA...
_ Jajaja, ¡es la idea más descabellada que he escuchado! No me sorprendería que al final el diluvio nunca llegue y Noé se quede varado en su arca con su circo de animales. ¡Sería el hazmerreír de toda la aldea!"
_ ¡Pobres de sus hijos! Tendrán que vivir encerrados en esa caja gigantesca JAJAJA...
A pesar de las constantes burlas, Noé y su familia se mantenían firmes en la palabra que Dios había hablado. Fargos y su gente continuaban con las burlas cuando, de repente, un fuerte sonido como un trueno que vino del cielo estremeció a todos. Luego el cielo se rasgó, abriéndose el portal celeste y de él emergieron las naves nodrizas, listas para hacer la guerra contra Semyhaza y sus compañeros. Las naves eran colosos metálicos que rasgaban el cielo con su imponente presencia. Su superficie lisa y reluciente reflejaba la luz del sol como un espejo, creando destellos que cegaban momentáneamente a los que las observaban. No emitían ningún sonido perceptible, moviéndose con una gracia fantasmal a pesar de su tamaño descomunal. De sus entrañas emanaba un aura de poder incontenible, una energía vibrante que erizaba la piel y provocaba un escalofrío en las espaldas de aquellos que las presenciaban. El terror se apoderó de Fargos y su gente. Las burlas y el escepticismo se desvanecieron en un instante, dando paso a un pánico incontrolable, haciéndolos regresar corriendo a la aldea.
_ Noé, que es lo que está sucediendo _ pregunta su esposa.
_ no lo sé, pero tengo la sensación de que estamos frente al ejército del altísimo.
_ miren _dice Can _ párese que van en dirección a las grandes ciudades descendientes de Caín.
Las naves surcaron los cielos mientras que sus sombras cubrían las ciudades de los hombres. los aldeanos aterrorizados huían como ratas buscando refugio. Desde las imponentes llamadas ciudades de los dioses, auténticas metrópolis de piedra megalítica aún más grandes e imponentes que las de los seres humanos que desafiaban la imaginación y arquitectura, Semyhaza y otros líderes ordenaron el despliegue de sus armadas, de las plataformas piramidales se elevaron naves demoniacas que se unían a la batalla en el firmamento. También desplegaron numerosos ejércitos en tierra para proteger los muros de sus ciudades. A pocos quilómetros de sus puertas, las naves de los ángeles hicieron descender a tierra un resplandor, revelando una colosal hueste de guerreros santos con armaduras doradas. La batalla era brutal y feroz, en el aire las naves angelicales (los carros de fuego) esquivaban con agilidad y precisión los torpes embates de sus enemigos demoníacos, desintegrando sus cascos con rayos de energía que partían el aire. En tierra, el suelo temblaba con el choque de titanes. Ángeles y demonios se enfrentaban en una lucha épica, sus espadas cruzándose en el campo de batalla a las puertas de las ciudades "de los dioses"
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Guerra De Espiritus/Génesis
FantasíaEsta historia narra el nacimiento de un mundo maravilloso y perfecto, pero en un fatídico momento cayó bajo maldición, desgracia y el dominio de las tinieblas. Ahora una guerra se libera en los cielos por el destino del mundo y un plan de redención...