Rosella Swan, la hija mayor de la ex pareja Charlie Swan y Renée Dwyer, fue una niña muy dulce mientras crecía. A pesar de sus rarezas, Ella nunca dejó de tener una vida normal, tenía muchos amigos en la escuela, salía en ocasiones sociales con amig...
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Sacudiste mi mundo a primera vista.
Me hiciste despreciar a cualquiera que se me acercara contigo cerca.
Siempre sentí que éramos sólo nosotros dos, eso es todo.
No era como siempre, no era como enamorarse, o gustarse, no era así en absoluto".
Amanda Vieira
Rosella estacionó la vieja camioneta frente a su nueva escuela, Bella estaba nerviosa, lo que preocupaba a su hermana mayor, Ella sabía que su hermana era antisocial y eso la inquietaba un poco. Así que, decidida, Ella se prometió que este año estaría al lado de su hermana, lo harían todo juntas, no como en años anteriores, que Rosella salía sola con sus amigas.
El camino hasta la entrada del colegio fue rápido, Ella cogió sus materiales y cogió de la mano a su hermana mientras miraba sus horarios, para que la mayor las guiara en la dirección correcta.
- Sois las hermanas Swan, ¿verdad? - Un chico las detuvo en mitad del pasillo - Rosella e Isabella. Hola, soy Eric, soy los ojos y oídos de este lugar. Si necesitáis algo, un guía turístico, un compañero para comer o un objeto sobre el que llorar.
- Ah... yo soy más de sufrir en silencio. - dijo Bella tímidamente.
- No cuentes conmigo.
- Bonito titular, yo soy del periódico y tú eres la portada.
- Oh, no, por favor. - Rosella miró al asiático- Bella odia este tipo de cosas.
- Vale, no hay noticias.
El chico se marchó, dejando a las hermanas Swan. Rosella recogió entonces su horario, escuchando un agradecimiento de su hermana por haber ido al grano con el chico. Rosella besó la frente de su hermana menor y sonrió, luego miró su horario para saber cuál sería su primera lección del día.
- ¿Te veo luego? - Ella miró a su hermana - Ahora tengo literatura.
- Joder... Educación física.
- Buena suerte, Bella.
Ella se despidió y luego se dirigió a su bloque, sus ojos atentos a cada detalle del lugar, la gente la miraba fijamente cuando Ella pasaba a su lado, su rostro inclinado y su postura erguida llamaban la atención, y Cisne lo sabía perfectamente.
Rosella no tardó mucho en encontrar su aula, revisó el papel una vez más antes de entrar para asegurarse de que no se equivocaba de aula, y cuando vio que estaba en el lugar correcto, entró para no llegar tarde a su primera clase.
El aula no estaba vacía, había mucha gente, por supuesto con sus cacharros ya formados, cada uno con su grupo, y cuando Ella miró más detenidamente encontró un asiento vacío al lado de una chica bajita, Ella sonrió y luego se dirigió a la mesa donde posiblemente compartiría con la chica.
