𝐒𝐢𝐧𝐨𝐩𝐬𝐢𝐬:
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Después de la desastrosa llegada de Willow(tú) al hotel, ella terminará haciendo un trato con el famosisimo demonio de la radio pero...
¿En que terminará todo esto?
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...
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Niffty no me dejaba en paz — ¿puedo tocar tus orejas? ¿Si? ¿Si? ¡Por favor! — seguí limpiando la mesa del comedor que estaba demasiado sucia — Niffty... Mis orejas no son suaves, no siento nada si me las tocan pero me molesta que lo hagan, están hachas de plástico pre-moldeado, polímeros, metal y carbono y obviamente no se mueven, ¿aún quieres? — la miré seríamente.
—... ¡Grosera! — se retiró molesta , al menos podría hacer mi trabajo más tranquila — que curioso jamás había visto unas orejas como las tuyas — Soltó Vaggie mientras se sentaba en una de las tantas sillas — lo mismo pensé cuando me di cuenta de mi aspecto en el infierno — confesé.
Sonrió leve — ¿cómo vas con todo esto? — recordé todo lo que me había hecho hacer el idiota de Alastor — el maldito cree que soy un puto perro, no me deja terminar una tarea cuando ya me ordena hacer otra— apreté los puños — me odia o es lo más probable... —
Vaggie acarició mi espalda — se ha encaprichado contigo pero dale una semana más y lo superará — lancé el trapo al suelo — eso espero — suspiré mirando hacia el techo — debo irme, animo... — se fue.
Escuché pasos ¿quién más vendría a verme? — ¿ya terminaste? — preguntó Alastor pasando su dedo por la mesa — si ¿no ves? — respondi algo cortante.
— prepara la cena — abrí los ojos — ¿otra vez? Pero ayer la... — me interrumpió — ¿Estas reprochando? — mordí mi lengua — ¡no!... Lo haré — le di la espalda mientras me tragaba el coraje — hijo de... — una cadena en mi cuello se materializo y me jaló cerca de Alastor — sin groserías... — susurró.
Desvíe la mirada — si, si... Perdón, señor — vi como el imbécil sostenía las cadenas con aire de superioridad — ¡explendido! Quiero que prepares yambalaya — las cadenas desaparecieron al igual que él.
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— ¡esta delicioso! — soltó Angel sirviendose un poco más de la cena — lo preparé tres veces para que quedara bien — sonreí orgullosa.
Sir Pentious lamia el plato como un niño pequeño, — estuvo regular, para la próxima hazlo mejor querida — soltó Alastor.
Di un bocado de mi plato — que paladar tan difícil de conquistar — rodé los ojos fastidiada.
— tal vez si tu comida fuera mejor, no sería tan difícil — lancé el tenedor a mi plato de mala gana — ya se me quitó el apetito, con permiso — me levanté — ¿no aceptas criticas constructivas? — sonrió dando un bocado.
— ¿qué? Todo lo que haces es decirme que hago todo regular, que limpie, que no se que... Y no me dejas ni respirar — una chispa eléctrica pasó por mi espalda — además, siento que lo haces a propósito para que nuevamente haga un desastre — fingí una sonrisa.
Charlie se levantó — ya, es suficiente... La cena estaba deliciosa, Alastor trata de no ser tan exigente con Willow — levantó su plato — yo lavare los platos como agradecimiento —
— yo te ayudo amorsito — añadió Vaggie llevándose los platos restantes, Husk y Angel también se retiraron. Niffty corrió detrás de Sir Pentious quedándome sola con Alastor quien seguía comiendo a paso de tortuga — no se para que sigues comiendo si no te gusta — estaba a punto de irme.
— eres adorable cuando te molestas — parpadeo mirándome — vete a la mierda — le di la espalda — por cierto, limpia las habitaciones — ordenó.
— me imagino que mañana — negó — ahora — giré para verle — ¿ahora? Pero ya es hora de dormir además estoy cansada —
— entonces, será mejor que empieces ahora si quieres dormir ya que mañana tendrás que ir a repartir volantes a las calles — apreté los dientes —pero... ¿me odias? ¿Te hice algo? ¿Te caigo mal? Porque no se que putas hice para merecer esto ¡de verdad! — me exalte por un segundo.
— quer... — no dejé que hablará — se que destruí el hotel pero... Maldición estoy haciendo lo mejor posible y vienes tu a decirme que las cosas están mal hechas ¡ya se que no es perfecto! Pero no es necesario que me lo recrimines — mis ojos se cristalizaron — así que... De verdad... Me estas volviendo loca ¡llevo dos semanas! ¡Dos! Y no soporto más —
Alastor se tornó serio — y me vale, si te estoy gritando... Si quieres castigarme o algo ¡hazlo!, bájale a tu jodido narcisismo ¡además esa sonrisita marica que tienes todo el tiempo me caga! — no estaba molesta, estaba ¿triste?.
Alastor posó bruscamente sus manos sobre la mesa y comenzó a hacerse más grande al igual que sus cuernos — será mejor que me pidas disculpas — su voz se oía más distorsionada de lo normal.
— disculpas... ¿Yo? — puse mi mano sobre los ojos para evitar llorar — no hay cosa... Que me duela más que me hagan sentir que lo que hago no es suficiente...o que se aprovechen de mi amabilidad—
— y... Tú... Vienes... — mi voz se quebró — de verdad que eres un... —
No llores, no llores, no llores, no llores, no llores
—... Ba... — las lagrimas comenzaron a escurrir por mis mejillas — mierda... — quité mi mano de los ojos esperando ver a Alastor encabronado, pero en realidad estaba a unos centímetros de mi —... Ya no llores, me molesta — levantó su mano derecha.
Cerré los ojos pensando que me golpearía pero al abrirlos este estaba limpiando mi cara con un pañuelo — ya no llores, te asignare menos tareas por día ¿trato? —
—... B-bien — pasé la manga por mi nariz para limpiar los mocos — que dama tan sucia — comentó un poco asqueado. — cállate... Fue tu culpa — me separé un poco de él — me voy a dormir ¿puedo? — desvíe la mirada — vete — respondió seco.
Fui a la habitación, dejé caer mi cuerpo sobre la cama... Vaya que Alastor era muy grande y poderoso pero aún así no tuve miedo, solo me sentía mal emocionalmente que no le preste atención a cosas como cuan aterrador lucia hace unos minutos.