CAPITULO O4

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Charlie salió con los cabellos alborotados de la habitación —

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Charlie salió con los cabellos alborotados de la habitación —... Aún tiene fiebre... — Vaggie se acercó preocupada — ¿qué sucedió? — la rubia sonrió — es que... acomodé su cabeza en la almohada y me dio una descarga sin querer —

Husk y Angel se miraron entre sí algo preocupados — sssi seguimos assssi, seremos carnita asssssada de diferentes clases de demoniossss — murmuró Sir Pentious.

Vaggie asintió — todos hemos cuidado de Willow... — Husk bufó — ¿todos? Excepto... — todos miraron a Alastor quien estaba tomando una taza de té en la sala.

Charlie suspiró y se acercó al demonio — oye... Al, agradeceríamos mucho que nos ayudaras a cuidar a Willow, su fiebre no ha bajado y todos nosotros ya hemos pasado por más una descarga eléctrica... Es justo que tu también ayudes... Además tu la obligaste a quedarse —

Alastor se levantó —... Bien, ¿qué tengo que hacer? — la rubia pensó — debes darle de comer, como tiene la fiebre alta... Debes darle cucharadas, acomodar su almohada y cada media hora ponerle paños fríos en la frente ¡Ah! Y cada tres horas darle un jarabe qué está sobre la mesa de noche... Es lo que nos recomendaron para bajar su fiebre ¡Ah! Y hacer lo que creas necesario para que ella se mejore—sonrió dulcemente.

Sir pentious río bajo — y no hace falta mencionar que tengasssss cuidado con las descargassssss —

Alastor se retiró de mala gana, tener que ser el enfermero de su empleada no le agradaba para nada aunque en el fondo... Si le preocupaba que aquella fiebre no haya bajado ni un poco, ya habían pasado cuatro días.

Al entrar a la habitación la demonio estaba hecha bolita envuelta en un par de cobijas, el demonio de la radio se acercó y las retiró.

— estas ardiendo — murmuró para él, acomodó a la demonio mejor en la cama pero recibió de regalo una pequeña descarga en sus manos.

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Abrí los ojos, no sabia quien me estaría acompañando ahora pero al ver una sombra roja fingí estar dormida ¿Acaso era Alastor?  Imposible.

— levántate, tienes que comer — lo oí hablar, rendida abrí los ojos, él ya se encontraba sentado en la cama con un plato de sopa caliente — abre la boca — acercó la cuchara a mis labios.

Negué — no tengo hambre — estaba a punto de acostarme pero Alastor no me lo permitió, agarro ambos brazos y acercó su nariz a mi nuca —... Hueles a cable quemado... —

Sentí como mi espalda se erizó — ¿q-qué haces? — el idiota me ignoró y continuó oliendo mientras bajaba por mi cuello — hueles muy mal, no puedo soportar tal olor — soltó mis brazos para luego cargarme — ten cuidado... — le recordé, sin querer estaba soltando descargas constantemente como si estuviera averiada.

Me llevó al baño de la habitación, dejándome sentada en el lavamanos ya que este era grande — ¿qué vas a hacer? — abrió la llave para empezar a llenar la tina — un baño no te haría daño, hueles terrible querida —

Abrí los ojos, rápidamente me bajé del lavamanos como pude aunque por la fiebre tenía mareo y sentía el cuerpo el triple de pesado — ¡no! ¡Baños no! —

El ojo del pelirrojo tuvo un pequeño tic, la paciencia se le estaba acabando— tienes que bañarte hueles muy mal, además el único que puede hacerlo soy yo sin morir en el intento claro está—

Salí corriendo del baño, como pude me escondí debajo de la cama, escuché los pasos del tonto acercándose — vamos Willow no estoy para estos juegos — reprochó.

Un tentáculo negro jaló mi pierna sacándome de mi escondite —... — cerré los ojos y solté una descarga a lo cual aquel extraño tentáculo me soltó, al levantar la cabeza del suelo reí bajo, los cabellos de Alastor estaban alborotados.

—... Me estas sacando de quicio — corrió hacia mi, esto va enserió, arrastré mi cuerpo con la intención de volver a esconderme debajo de la cama pero Alastor atrapó mi pierna antes de que fuera hecho.

Jaló mi camiseta — si no te desvistes en el baño, lo haré aquí — su sonrisa se pronunció aún más, como pude empecé a aletear con las manos para evitar que hiciera algo.

Terminé por pegarle una cachetada en la cara —... ¡Ya basta! — gritó para luego intentar quitarme la camiseta pero di un par de vueltas quedando boca abajo — ¡no quiero! —

No es que me diera vergüenza que el viera mi cuerpo... Solo que...

Alastor perdió los estribos — bien, si no quisiste por las buenas serán por las malas — se subió sobre mi cuerpo sentándose en mi cadera — después no te vayas a quejar... Pequeña... — llevó sus manos hacia el cinturón del pantalón y comenzó a quitarlo — ¡espera! ¡No! —

Comenzó a bajar los pantalones, agité las piernas como loca ¡no quería! ¡No quería! ¡No! ¡Mierda!.

Solté un pequeño quejido acompañado de una descarga lo cual hizo que Alastor se quitara inmediatamente de encima.

Levanté mi espalda del suelo pero ya era tarde, ya no tenía los pantalones así que, miré de reojo a Alastor quien estaba sorprendido — así que... Eso era lo que ocultabas — sonrió ladeando su cabeza.

Lo miré rayado, si, todo este tiempo ocultaba una una cola similar a la de un gato pero estaba hecha de un cable bastante resistente a los voltios recubierto con pvc y polietileno.

— pero mira nada más... Que linda colita —soltó burlon, inflé las mejillas — cállate la maldita boca — se acercó incando una rodilla para estar a mi altura, tomó la cola en sus manos y la olió —... Esto es lo que huele a cable quemado —

— debe ser que se quemo por la doble descarga que recibí... — el demonio detalló la cola — por lo que veo es una pieza que se puede cambiar... Tal vez por eso todavía no te recuperas, habrá que conseguir el repuesto —

Mis mejillas ardían y no sabia si era por la fiebre o por la vergüenza que cargaba encima, odiaba la cola, muchas veces la intenté quitarla pero al parecer es una pieza importante para mi cuerpo.

— ya deja de sobre pensar, no tiene nada de malo tener una cola... Tampoco ocultarla — se levantó y me dio la espalda — hay cosas que no nos gustan del cuerpo pero es parte de la vida aprender a vivir con ellas —

— para ti es fácil decirlo... Al menos tus orejas son suaves las mías son más duras que una piedra y la cola es una mierda... — desvíe la vista a lo cual Alastor suspiró y se volvió a acercar — ya deja de quejarte de lo que tienes... Así como estas, estas bien — acercó su cara bastante a la mía — ahora a conseguir el repuesto — sonrió.

Parpadee un par de veces... Había visto bien... Por un segundo me pareció ¿atractivo?.

¡No! ¡Para nada!

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Espero que les haya gustado!!
Recuerden que me motivan mucho a seguir escribiendo si votan, me siguen o comparten la historia!!

Nos vemos en el próximo capítulo
¡Cuídense mucho!
¡Tomen agua!

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✧𝐘𝐄𝐒, 𝐌𝐘 𝐋𝐎𝐑𝐃✧| 𝙰𝙻𝙰𝚂𝚃𝙾𝚁 /𝔈𝔫 𝔢𝔰𝔭𝔢𝔯𝔞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora