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SooBin se había quedado completamente mudo al verlo

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SooBin se había quedado completamente mudo al verlo. Su garganta se había cerrado, su boca se había secado y de pronto sus piernas temblaban cuál gelatina.

YeonJun se veía tan bonito, tan sublime.

Esas piernas delgadas siendo apretadas por aquellas medias de red, la falda y maldición... La camisa, su camisa con algunos botones desprendidos enseñando su piel lechosa.

Y su boquita... Joder, esa boquita y sus labios con brillo labial, le daban ganas de introducir su polla y correrse en sus labios.

― Aquí es el momento donde dices algo.

Sabía que YeonJun estaba esperando palabras sensuales y motivadoras, pero lo único que salió fue:

― La cena está lista.

Observó los hombros caídos de su pequeño novio y su expresión de tristeza, pero no encontró modo de remediarlo. Ambos se sentaron en la mesa de vidrio, SooBin le sirvió una copa de vino, pero YeonJun no tocó la copa y menos la comida mientras él prácticamente la devoró.

― I-Iré al baño ― Avisó el pequeño tímido.

El azabache soltó un suspiro y se maldijo a sí mismo por ser tan cobarde e imbécil. Lavó los trastes rápidamente y se acercó a la puerta de su habitación donde oyó sollozos ahogados que quebrantaron su corazón en cuestión de segundos.

― N-No... N-no le gustó, Tae. Y-Yo no tendría que haber hecho e-esto ― se arrepintió ― M-Me siento como un imbécil, p-por favor dile a Kook que me venga a buscar. Por favor, TaeHyung.

SooBin no se resistió más y entró a la habitación, encontrándose con un llorón YeonJun sentado en la cama mientras sostenía su celular. Se acercó a él y tomó el celular, llevándoselo a la oreja.

― TaeHyung, quédate tranquilo. Se queda conmigo.

Y colgó. YeonJun sorbió su nariz y se levantó, queriendo quitarle su celular, pero él no lo permitió.

― ¡Entrégame mi celular!

― No, tenemos que hablar.

― No tenemos nada de qué hablar, devuélvemelo, por favor.

SooBin negó y lo dejó arriba del tocador, tomó las manitas de YeonJun y las colocó a la altura de su pecho, donde podía sentir bombear su corazón.

― Nada de lo que dijiste fue cierto, mi amor ― quitó sus lágrimas ― Me ha encantado como estás vestido, de verdad. P-Pero soy un imbécil y me quedé mudo, no supe qué decir.

― ¿Lo único que se te ocurrió fue eso? ― Preguntó ― Puedes decirlo, si no te gusta esto, lo entenderé.

― ¡Sí me gusta! ― Gritó, llevando la mano de YeonJun a la polla erecta y pulsante en sus pantalones ― Más si eres tú, mi amor. Repito, soy un imbécil, pero te ves hermoso. Perfecto.

Change ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora