Change ✧ KookTae

O11

YeonJun salió de la universidad con una brillante sonrisa en su rostro, por fin había finalizado la época de parciales y podía decir que ya estaba libre, al menos hasta el año entrante. Cogió un taxi en la puerta de la universidad y le dio la dirección de su casa —que compartía con SooBin—, la noche era hermosa, las estrellas brillaban, no hacía demasiado frío... Estaba espectacular.

Quería llegar a su casa y recostarse en el sofá, en los brazos de SooBin mientras miraban alguna película o serie.

Le tendió el dinero al chófer y luego de agradecerle se bajó del taxi, entró al edificio y saludó al portero que también lo saludó. Cuando entró al departamento este estaba en silencio y oscuro. Frunció su ceño, extrañándose de que SooBin no haya llegado aún. Tomó su celular y le envió un mensaje, para saber cómo estaba y si aún seguía trabajando, SooBin tardó unos minutos en contestarle que no lo esperara porque no sabía a qué hora llegaría.

YeonJun no le contestó, lanzó su celular al sofá, ordenó pollo frito y buscó una serie para ver. Se recostó en su cama vacía y fría, su corazón dolió y no supo por qué.

Se despertó a las cuatro de la madrugada, escuchando murmullos y golpes. Salió de la habitación y en la entrada estaba SooBin siendo sostenido por una mujer.

― Hola, ¿qué tal? ¿Tú eres su hermano? ― Preguntó la mujer, YeonJun boqueó y negó.

― Soy... Solo un amigo. ¿Qué le sucedió?

― Salimos a cenar y se pasó de copas, ¿podrías ayudarme? ― El castaño se apresuró a ayudarle y recostar a SooBin en el sofá.

La mujer estaba bien vestida, era pelinegra, tenía unas curvas bien definidas y parecía amable, en demasía. Le sonrió y luego se agachó para besar a SooBin en los labios y los ojos de YeonJun se nublaron, sin saber qué hacer.

― Hazle saber que estaré esperando su llamado. Hasta luego.

La mujer se fue y YeonJun quedó en la mitad del departamento desolado, con su novio ¿Infiel? Y ebrio.

Miró a SooBin que se encontraba dormido y olía a alcohol. Le acarició el cabello y sonrió.

― P-Pensé que eras ese h-hombre... De verdad, lo pensé.

Buscó su celular y llamó a TaeHyung, sin saber qué más hacer. Armó su valija y salió del departamento, JungKook lo estaba esperando fuera y cuando lo miró, suspiró.

― Por favor, no digas nada, ¿sí? Solo llévame a casa.

JungKook asintió y metió la valija en el baúl del auto, para luego conducir a la casa. TaeHyung estaba comiéndose las uñas en la cama cuando YeonJun entró a la habitación, quitándose rápidamente sus zapatillas y acostándose a su lado; su hermano mayor lo abrazó y le dio mimos en su frente, diciéndole que todo estaría bien. YeonJun comenzó a llorar, sin detenerse, quebrantando los corazones de ambos mayores que lo miraban sin saber qué decir o hacer.

SooBin se despertó sin saber en dónde estaba, arrugó sus ojos y los restregó, estaba en su departamento, pero ¿cómo llegó ahí?

Se levantó con cuidado y buscó a su novio en la habitación, pero no estaba, el armario estaba abierto y tampoco tenía nada de YeonJun, el tocador que estaba lleno de cosas de él, tampoco lo estaba, ¿qué demonios sucedió?

Llamó muchas veces a YeonJun y ninguna respondió, los mensajes no le llegaban, por lo que llamó a JungKook.

― JungKook, ¿YeonJun está contigo? ― Preguntó.

― Lo primero... ― suspiró ― Lo primero que te pedí cuando comenzaste a salir con YeonJun fue que no lo lastimarás. Te lo pedí porque pensé que eras mi amigo, mi mejor amigo...

― ¿Qué? ¿De qué carajos hablas, JungKook?

― No te hagas el imbécil. Tú sabes lo que has hecho.

― ¡No! ¡No sé! ¡Dime qué está sucediendo! ― Gritó a través del celular, su corazón acelerado, no entiendo nada.

― SooBin, ayer le dijiste a YeonJun que llegarías tarde a casa por estar trabajando, llegaste a las cuatro de la madrugada, ebrio y con una mujer; quien te dejó, te besó y se fue. YeonJun estaba allí.

― No... No, espera, espera... Eso no pasó. Yo...

― Terminé contigo, Choi SooBin.

JungKook colgó.

SooBin miró para todos lados, sin saber qué sucedía porque no había pasado eso, para nada. Los recuerdos de anoche vinieron como un remolino, él enviándole el mensaje a YeonJun porque su trabajo se había acumulado y él quería salir de vacaciones al mismo tiempo con YeonJun, luego recuerda a compañeros del trabajo invitándolo a beber y él aceptó porque supuso que YeonJun ya estaba dormido. Y luego de eso, no recuerda más.

Desbloqueó su celular y marcó el número de JiSung, quien lo invitó a beber anoche.

― ¿SooBin? ¿Cómo la pasaste anoche, campeón? ― contestó.

― Cállate y escucha ― rugió ― Anoche, ¿con quién me fui?

― Con la prima de MinHo, como pensé que estaban coqueteando, te dejé con ella ― aclaró, SooBin quiso martillarse la cabeza.

― Te odio, Han JiSung.

― ¿Por qué? ¿Qué sucedió?

― Tengo pareja. Al menos hasta anoche tenía una, maldito imbécil.

― Ay, lo lamento. Creí que estabas estresado y ya sabes... Necesitabas una buena noche.

― Supongo que me olvidé de decirles... Solo dile a la mujer que se olvide de mí y aclárale que lo siento si le di una idea equivocada, pero que tengo novio y en serio lo amo.

SooBin en tiempo récord se duchó y se cambió, condujo lo más rápido que pudo hacia la mansión de JungKook y TaeHyung.

Por otro lado, YeonJun estaba en la que antes era su habitación, todos se habían ido a hacer sus cosas y él había quedado allí, tirado en la cama, solo y desolado. Odiaba ser débil. Odiaba a SooBin.

Lloró una vez más y luego bajó a la cocina a prepararse un poco de ramen, ya que moriría de hambre y TaeHyung lo reviviría para matarlo otra vez, pero con sus propias manos.

Estaba sirviendo jugo de durazno cuando escuchó la puerta de atrás, caminó con cuidado hacia la puerta que daba al jardín y gritó cuando se estrelló contra un cuerpo. Cuando dejó de gritar y de golpear a esa persona, se dio cuenta de que era SooBin.

― ¿Qué haces aquí? ― Preguntó volviendo a la cocina. SooBin lo tomó entre sus brazos, deteniéndolo y llorando en su hombro ― ¿SooBin?

― ¿P-Por qué te f-fuiste? ― sollozó ― No dejaste que me explique.

YeonJun suspiró y se soltó ― No quiero hablar contigo, eres un imbécil.

― ¡Cielo, por favor! ― Gritó SooBin quitándose las lágrimas ― ¡Déjame decirte lo que sucedió!

― ¡No quiero escucharte más, Choi SooBin! ¡Vete y déjame solo!

SooBin apretó sus puños sintiéndose terriblemente mal, la carita de YeonJun se veía tan abatida, triste.

― Solo escúchame, ¿sí? ― tomó la cintura de YeonJun y lo acercó a él ― Jamás, jamás haría algo para lastimarte. Yo te amo, YeonJun. Te amo como a nadie.

― Tienes cinco minutos.

SooBin le contó todo lo que sucedió, incluyendo los detalles. YeonJun seguía dolido y le pidió un tiempo para asimilar todo, y es que, aunque le creía, YeonJun se sentía dolido consigo mismo por escapar a la primera que hubo una dificultad con su pareja.

Amaba a SooBin y con todo su corazón, pero no quería lastimarlo y tampoco quería salir lastimado. Él no quería volver a desconfiar otra vez.