❝ Jeon JungKook, un CEO multimillonario. Kim TaeHyung, un mesero y bailarín en un bar de Chicago. Nadie predijo que su encuentro causaría muchos cambios y que muchos serían buenos y otros no tanto. ❞
↬ Kook top, Tae bottom.
↬ Romance, smut, fl...
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TaeHyung se sentía literalmente como una pelota. Estaba lleno de moretones, la aguja que le habían puesto en el brazo para hidratarlo le picaba y la mirada que le estaba dando JungKook no era para nada su gusto.
― ¡Te dije! ¡Te dije claramente que si necesitabas algo me hablaras! ¡Que me llamaras o llamaras a alguien más! ¡Pero que pidas ayuda, maldición!
Está bien. Entendía que JungKook estuviera enojado porque él fue un tonto en querer agarrar el frasco de galletas de la alacena arriba de un taburete, pero no quería depender de nadie y estar de 7 meses de embarazo no iba a detenerlo, claro, jamás pensó que se caería del maldito taburete.
Suspiró una vez más, cerrando sus puños, intentando calmarse.
Sabía que JungKook tenía derecho de estar enfadado, pero dolía que le hablara de esa manera.
Miró a BeomGyu a su lado que observaba a JungKook casi con miedo y a YeonJun detrás de él que lo miraba de la misma manera.
― JungKook... Detente.
― ¡No! ¡No quiero detenerme! ¡¿Sabes lo que hubiese pasado si te habrías lastimado gravemente?!
― ¡Sí! Y ya te dije mil veces que lo siento, así que... Déjame en paz.
― ¡No te hagas la víctima, Kim TaeHyung! ¡Trata de entender que-!
― JungKook, es suficiente ― su suegra llegó a salvarlo.
Señaló a BeomGyu y YeonJun que aún lo observaban, y JungKook se calmó.
― BeomGyu, ¿puedes acompañar a papi afuera? ― le preguntó la señora Jeon y el niño asintió, tomando de la mano a JungKook para llevárselo.
La señora Jeon miró a TaeHyung y se acercó para sentarse a su lado y sonreírle.
― ¿Te encuentras bien?
― Yo... Yo no quise que pasara esto. Solo quería galletas ― contestó TaeHyung al borde de las lágrimas.
― TaeHyung, no sabías que iba a suceder esto, no fue culpa tuya. Debemos pensar que los bebés están bien y tú estás bien, en nada más ― aconsejó ― Ignora a JungKook, que se vaya al diablo. Tú eres quien carga con dos bebitos en tu vientre, no me imagino cuán difícil debe ser para ti, tesoro.
― P-Pero... Él no lo entiende...
― Ya lo sé, pero no te preocupes por él ahora. Debes descansar ¿sí? Cuando despiertes te traeré galletas.
― Gracias, señora Jeon. De verdad, gracias.
TaeHyung se acomodó de lado de la ventana, observando el sol escondiéndose y sus ganas de llorar se fueron, su tranquilidad volvió lentamente.
◇◆◇◆◇
Ya había oscurecido y YeonJun se había llevado consigo a BeomGyu, su madre, luego de regañarlo de la peor manera, también se fue.
Se sentó en el sofá de la sala donde estaba TaeHyung y lo observó. Su rostro tranquilamente dormido, pero a la vez tenía una expresión de tristeza, observó como tenía una mano sobre su vientre y descansaba allí.
Quizá se pasó un poco de la raya, no debió gritarle, mucho menos hablarle de la manera que lo hizo, pero cuando YeonJun lo llamó diciéndole que estaban en el hospital porque TaeHyung se había caído, su corazón saltó y no estuvo conectado con la realidad desde allí.
― ¿Qué haces aquí? ― despabiló y miró a TaeHyung, quien le había hablado y lo miraba mal.
― Todos se fueron a casa.
TaeHyung asintió y se giró en la cama, dándole la espalda. JungKook suspiró y se levantó, caminando hacia el otro lado para quedar frente a él.
― No quiero hablar contigo, JungKook.
― Qué lástima, porque yo sí.
TaeHyung suspiró y sin querer, comenzó a llorar.
El azabache suspiró y se acostó a su lado, intentando no lastimarlo. Le acarició el cabello y le besó el rostro.
― Lo siento, amorcito. De verdad lo siento ― se disculpó ― No debí hablarte de esa manera ni gritarte, sé que es difícil y yo no lo hago más fácil.
TaeHyung lo miró, sus ojos brillaban por las lágrimas.
― Pero... no puedes culparme por preocuparme, Tae ― suspiró ― Perdóname.
― No pasas el suficiente tiempo conmigo, estoy pasando por esto solo, JungKook. Como tú dijiste, es difícil y yo estoy cargando con dos bebés, y también cuido a BeomGyu. Solo... ― se quejó ― No quise que pasara esto y aun así tú lo único que puedes hacer al verme es gritarme...
― TaeHyung...
― No quiero hablar más.
El castaño se dio la vuelta, tratando de apaciguar el llanto y acariciando su vientre, sintiendo a sus mellizos moverse con naturalidad. JungKook no dijo nada más y él tampoco esperaba que lo hiciera.
