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TaeHyung nunca pensó que llevar un bebé en su vientre iba a ser tan pesado

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TaeHyung nunca pensó que llevar un bebé en su vientre iba a ser tan pesado. Amaba a su bebé, pero desde que su embarazo iba progresando se había puesto más fastidioso de lo normal, sus pies se hinchaban con rapidez, sus hormonas estaban alborotadas y maldición, el apetito. Cargaba con el apetito de cien personas, creía él.

Solo llevaba cinco meses y su vientre resaltaba a penas, aunque destacaba que tenía un maravilloso compañero a su lado, JungKook, era todo lo que había imaginado la verdad. Se casaron hace un par de meses de la manera más simple posible, ambos querían hacer algo íntimo y únicamente con las personas importantes para ellos. Así que fueron al juzgado, se casaron y luego hicieron una mini fiesta junto a su pequeño, YeonJun, SooBin, JiMin y YoonGi – que viajaron para esa ocasión especial – y los padres de JungKook, quienes por cierto se habían encariñado mucho con BeomGyu y con él.

Nunca imaginó que su cambio al volver a Corea sería tan bueno y maravilloso, JungKook lo trataba tan bien y era tan dulce, incluso en las situaciones que no se lo merecía. TaeHyung trataba de dejar sus inseguridades de lado y enfocarse únicamente en su familia, confiar plenamente en JungKook y solo dejar que las cosas sigan su curso.

Su pequeño, BeomGyu, era amado por todos en su jardín infantes e incluso se llevaba muy bien con sus compañeritos, era su compañero cuando JungKook no estaba y luego de que pasó el tiempo, solo se acostumbró a la idea de tener un hermanito y ahora la idea no sonaba tan descabellada.

En ese instante, JungKook entraba a la casa, mientras BeomGyu y él cocinaban sus característicos pastelillos, rellenos de chocolate y cubiertos de alguna crema. JungKook sonrió cuando TaeHyung se acercó a darle la bienvenida con su mandil de ositos y su pancita que resaltaba, JungKook lo besó dulcemente y luego besó su vientre para luego pasar a BeomGyu que tenía la boca llena de dulces.

― BeomGyu, me doy vuelta dos segundos y ya me robas los dulces. Te hará mal y no quiero verte vomitando otra vez ― TaeHyung lo regañó.

― Lo siento, papi. Iré a ducharme.

BeomGyu desapareció corriendo escaleras arriba, mientras JungKook se reía y se sentaba en uno de los taburetes de la mesada de la cocina.

― Tú te ríes, pero si se descompone, irás a dormir con él.

JungKook cerró su boca y tomó un pastelillo, llenándose la boca de él.

― En fin, confirmé la cita con el médico para la semana que viene, el jueves ― miró a JungKook ― Mírame bien, Jeon JungKook, más te vale que vayas conmigo a la cita para nuestro hijo, porque si no, será el último y único que tendrás porque te desmembraré; ¿oíste bien?

JungKook lo miró con los ojos abiertos y tragó con fuerza, para luego asentir.

― Definitivamente, iremos juntos, tesoro ― Respondió seguro para luego acercarse a TaeHyung y rápidamente tomarlo entre sus brazos y sentarlo en la mesada.

TaeHyung rio y rodeó su cuello con sus brazos.

― ¿Por qué eres tan bonito? ― Preguntó ― Tienes unos ojos que brillan por sí mismos, tu bella sonrisa, tu suave piel... ― ronroneó besando la piel de su cuello.

― J-JungKook... Vas a ponerme d-duro y BeomGyu está aquí...

― Lo sé, lo siento... ― murmuró ― Pero te deseo tanto, mi amor...

― ¿Sí? ¿Cuánto es eso? ― Preguntó coqueto, TaeHyung.

JungKook sonrió lascivo y lo besó, un beso duro y caliente, sus lenguas luchaban para finalmente una ganar, ambas pollas comenzaban a endurecerse en sus pantalones. Las hormonas de TaeHyung no ayudaban demasiado y tampoco que sus jadeos sean totalmente música para los oídos de JungKook. Cuando el azabache lo apegó más a él, todo se detuvo.

Ambos se separaron y mirándose con los ojos abiertos de par en par, luego bajaron la mirada, sonriendo.

― ¿Ese fue...? ― TaeHyung asintió, las lágrimas agolpándose en sus ojos. JungKook le pidió permiso con la mirada y cuando TaeHyung se lo permitió, quitó su mandil y luego subió su camiseta, enseñando ese rellenito vientre ― Bebé, ¿fuiste tú?

JungKook apoyó la mano en el vientre, para luego acariciarlo por todas partes, recibiendo pataditas de todas las partes que tocaba. TaeHyung no resistió más y comenzó a sollozar, JungKook lo miró y le sonrió con dulzura.

― Es nuestro bebé, Kookie.

― Lo sé, amor. Está comunicándose con nosotros.

TaeHyung sostuvo la mano de JungKook en su vientre mientras ambos sentían a su bebé moverse, dando pataditas, anunciando que también estaba allí.

Change ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora