Cap.3: Traje de debut

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Draco frunció levemente su ceño al sentir como sus cabellos eran jalados, abrió lentamente los ojos y se encontró con la mirada ambarina de su hermano menor.

—¿Qué haces aquí, Teddy?— preguntó Draco mientras se sentaba en la cama y alzaba al infante de dos años para sentarlo en su regazo.

Teddy estiro los brazos para acercar sus manos hacia la cara contraria y soltó una gran risotada cuando su hermano tomo su mano derecha con la boca para comenzar a masticar con los labios.

—Buenos días, Draco— dijo una voz a su lado. El joven giró la cabeza y se encontró con su padre de pie bajo el marco de la puerta que daba hacia el baño de su habitación.

—Buenos días, papá — saludo Draco después de soltar la mano de su hermano y procedió a tomar la pequeña mano, y con el pulgar limpio cualquier rastro de saliva—¿Que haces aquí? Hoy no tengo clases — inclinó la cabeza hacia un lado y frunció el ceño, no podía recordar si tenía alguna actividad que hacer hoy con su papá.

—Entre hace unos minutos, y dejé a Teddy la tarea de despertarte. Tarea que cumplió a la perfección— dijo Lucius orgulloso, a lo que el infante comenzó a aplaudir emocionado por los halagos que estaba recibiendo.

—¡Ben!

—Asi es, príncipe, lo hiciste muy bien— se acercó a la cama y se inclinó para dejar un sonoro beso en las mejillas regordetas. Teddy soltó fuertes carcajadas.

—Draco, sé es tu dia libre, pero hoy viene el sastre a tomarte las medidas para la confeccion tu traje de debut. Así que, vine a despertarte antes y le pedí a Midsy que te preparara el baño para que pudieses bajar a desayunar con calma— explicó Lucius mientras giraba la cabeza para ver a su hijo.

Draco abrió los ojos en sorpresa ante las palabras de su padre.

—¿Traje...de...debut?

—Asi es, Draco. Todo omega que hace su debut, debe hacerlo con un traje especial ¿Pensaste que lo harías con alguna túnica de tu guardarropa?— Lucius arqueo la ceja al ver como su hijo bajaba la cabeza para ocultar sus  mejillas ruborizadas mientras asentía.

Era justo lo que pensaba Draco, aún no sabía muy bien que se hacía en un baile de debut pero por lo que pudo deducir, gracias a sus lecciones, era como un baile social donde conocería a personas de su misma edad. Entonces, no entendía porque debía usar un traje muy elaborado si era un mera reunión. Además, en su guardarropa tenía túnicas de hermosos labrados que aún no ha tenido la oportunidad de vestir.

Lucius soltó un suspiro y se sentó en la cama.

—Dragon— llamó en voz baja y el joven subió la cabeza para verlo — No se te hará un traje especial solamente porque sea tu baile de debut, sino que también será tu cumpleaños y quiero que te veas hermoso ese dia— explicó a la vez que subía su brazo derecho y acunaba el rostro de su hijo con su mano.

Draco asintió con la cabeza con una sonrisa al entender la razón de su papá. Así que, volvió a alzar a su hermano para dejarlo con cuidado sobre el colchón y se quitó las mantas de encima para poder salir de la cama.

—Te estaremos esperando abajo, cariño. Tu padrino también nos acompaña en el desayuno.— notifico antes de tomar a Edward en sus brazos y ponerse de pie, el niño se acurrucó entre los brazos de su papá y con la mano izquierda tomó uno de los largos mechones rubios.

Draco volvió a asentir con la cabeza, mientras  veía como su padre caminaba hacia la puerta y posteriormente salía de la habitación. Bajó la cabeza al escuchar un suave pop y pudo ver a su elfina personal.

—Buenos días, amito Draco. Midsy le avisa que su baño ya está listo — dijo la elfina con su voz chirriante y alegre, para después hacer una profunda reverencia.

El omega soltó un suspiro y se puso de pie para caminar hacia el baño, siendo seguido por la pequeña elfina.

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—No me gusta— comentó Lucius en tono quejumbroso desde su asiento en el sofá. En su rostro una expresión fruncida y sus brazos cruzados demostraban que no se encontraba del todo feliz.

—Lucius llevamos cuatro horas aquí, y de las opciones que ha dado el sastre no te ha gustado ninguna— gruñó Severus sentado al lado de su amigo. Estaba seriamente pensando en callar al otro hombre con un hechizo.

—¡No muestra la belleza de Draco, Severus! Es un conjunto muy simple.— replicó el omega,  expresando su pensar.

Severus tentó la idea de lanzarse por la ventana. Sería muy sencillo acabar con su actual tortura.

—Lucius— dijo en un pino apacible para tratar de recobrar su  paciencia — Está decisión no es tuya, sino de Draco — llevo su mirada hacia su ahijado, quien los veía en completo silencio— Draco, dinos, ¿Qué quieres en tu traje?

Treinta minutos después del desayuno, el sastre llegó con sus asistentes y lleno de muchos posibles diseños a elegir para el próximo debut del heredero de la honorable Familia Malfoy. Y desde ese momento los tres omegas junto con los tres betas, se encerraron en uno de los salones del primer piso para comenzar un desfile interminable de ropa.

Draco giró la cabeza para ver al hombre que están de pie a su lado.

Las manos las tenía fuertemente retorcidas en su espalda y de su frente caían gotas de sudor, y no lo culpaba, al contrario sentia pena por el pobre hombre. Desde hace cuatro horas ha estado probándose distintos modelos de túnicas y trajes, y su papá no estaba convencido con ninguno.

La situación se estaba volviendo frustrante.

Así que cuando escuchó la pregunta de su padrino, sus hombros se tensaron al ser tomado por sorpresa. Draco sabía muy bien que quería en su traje, pero se sentía inseguridad de si a su padre no le gustaba.

—Eh... Yo— apretó los labios y se calló.

—¿Tú...? Dinos, Draco. Es tu fiesta y debes sentirte cómodo en todo momento cuando estés en ella— insistió Severus en querer escuchar la opinión del joven.

Draco movió la mirada para ver a su padre, los iris grises, iguales a los suyos, lo veían con expectación.

— Flores— soltó. Su palabra salió tan rápido que el resto de personas dentro de la habitación no lo escucharon bien.

—¿Flores?— preguntó Severus para confirmar que la palabra que escucho sea la correcta.

Draco asintió rápidamente con la cabeza.

—Si— afirmó —Me gusta ver las rosas de los rosales cuando salgo a caminar por el jardín, son muy lindas.— sonrió y los ojos grises brillaron de felicidad.

Severus asintió con la cabeza, comprendiendo.

— ¡Eso es!—exclamó Lucius poniéndose de pie. El resto personas, esta vez,  vieron al hombre con cara de extrañeza— Draco, tiene razón. Lo que faltaba eran flores, así se puede crear un aura de inocencia y pureza que tanto caracteriza a nuestro Dragon— dijo muy emocionado el Omega rubio. Podía imaginar lo hermoso que se vería su hijo el día de su baile.

Severus, por primera vez durante el día, estuvo de acuerdo con las palabras de su amigo aunque se abstuvo de exteriorizar.

A partir de ese punto, se comenzo a discutir sobre las telas o el material más adecuando con el cual se debería confeccionar las flores. Adicionalmente, el sastre dio algunas de cual sería el peinado sería el correcto para el tipo de vestimenta que llevaría y sus poder resaltar los detalles del atuendo.

En conclusión, Draco no pudo salir de la habitación sino tres horas después y la comeda estaba siendo servida, su padre y su hermano los esperaban para comenzar la cena.

El Omega de la Familia Malfoy (Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora