Cap.4: Baile de Debut

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Hoy era el día del baile de Debut.

Draco se cubrió la boca con las manos para esconder el bostezo que estaba saliendo, fue despertado desde muy temprano por su papá para comenzar a prepararse para la celebración.

Estuvo durante todo el día yendo de un lado a otro mientras era tratado por los elfos, comenzando con un caliente baño de espuma y con sales y cremas  para suavizar y perfumar su piel; continuó,  con rigurosos tratamientos para su cabello que lo haria ver aún más brillante y sedoso.

En un momento que pudo escaparse de su alcoba fue hasta el salón de baile, sabía por Midsy que su padre estaba ahí y quería saber si podía ayudar en algo. Al llegar a la estancia, localizo la alta figura de su papá en el centro del salón sin decorar dando órdenes a diestra y siniestra a los elfos.

Draco se acercó con pasos lentos hacia su progenitor, quien al sentir su presencia se dio la vuelta para recibirlo y le lanzó una mirada evaluadora. El joven omega se quedó quieto en su lugar en espera de que su padre termine la inspección de su aspecto, cuando terminó el hombre le regaló una sonrisa.

—¿Qué hacés, Dragón?— preguntó con curiosidad. Su hijo debía estar en su recámara preparándose para su fiesta.

— Vine para brindarte mi ayuda, papá

Lucius guardo silencio y observó a su hijo sin tener una expresión en su rostro. Draco apretó los labios ¿Había dicho algo malo?.

Sin embargo, el rubio mayor soltó una corta risa y se inclinó hacia adelante para tomar con delicadeza el rostro de su hijo entre sus manos. Draco se acurrucó en el suave toque.

—Agradezco tu ofrecimiento, cariño. Pero hoy tu eres el agasajado y, por tanto, lo único que debes hacer es dejarte consentir y descansar en tu recámara ¿De acuerdo?— acarició con sus pulgares las suaves mejillas de su hijo. Draco asintió con la cabeza— Gracias por entender— dejo un suave beso sobre la frente contraria— ¡Midsy! — llamó y en pocos segundos la elfina pareció— Lleva a Draco a su recámara y asegúrate que tome una siesta ante de la fiesta, por favor — la criatura asintió vigorosamente con la cabeza, provocando que las largas orejas se movieran graciosamente.

Draco salió del salón, siguiendo los pasos de la elfina que lo guiaba de nuevo a su habitación.

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Al cabo de dos horas, Draco despertó.

Agradecía que su padre le haya dado la orden de tomar una siesta, se sentía descansado pero no era suficiente para aguantar el desafío que se le vendría en pocas horas.

Unos segundos después, Midsy apareció frente a él y le dijo que era momento de comenzar a alistarse.

Y

ahora se encontraba de pie frente a las puertas dobles que daban la salón de baile, aún cuando estaban cerradas  se podía escuchar la música y las voces de los invitados al otro lado. Draco tomó una profunda respiración y arrastró las palmas de sus manos por su pantalón para deshacerse del sudor que comenzaba a transpirar de ellas. Su papá lo mataría si lo ve.

El vestuario de Draco era en su totalidad de un color negro a excepción de su túnica que era de un color crema bastante claro, siendo casi similar al blanco. Su pantalón de tiro alto que acentúa su cintura, camisa de mangas abullonadas de puños largos con tres botones de oro y sus pies eran cubiertos de unos bien pulidos zapatos de cuero de dragón. Su túnica se sujetaba al rededor del cuello con un pequeño broche en forma de un dragón dormido y el cuello de la prenda era rodeado de flores de lirios blancos y en su centro brillaban diminutos diamantes, de las mismas colgaban cadenas de plata que formaban suaves ondas. Su largo cabello estaba suelto y las ondas rubias se entrelazaban con hilos de plata y pequeños diamantes en forma de gotas,  simulando las gotas de lluvia antes de caer sobre los pétalos de flores.

El Omega de la Familia Malfoy (Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora