𝗢𝟮-𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝘆 𝗘𝘆𝗲𝘀

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2 días después...

Jueves 7 de febrero.

Banco de Ciudad Central.

09:37 a.m.

Marcó por sexta vez el mismo número que tenía en pantalla, esperó unos segundos a que sonara el móvil de la otra línea, pero el proceso fue exactamente el mismo que la primera vez.

No le respondieron.

La llamada finalizó y Jessica dio un pequeño pisotón con la suela de su bota en señal de frustración al mismo tiempo que dejaba escapar un bufido.

Era oficial. Barry Allen era hombre muerto.

—Maldita sea Barry. —Sus sobre pensamientos aumentaron cuando vio al capitán Singh acercarse junto a Joe West—. Ay no.

—¿Vinieron los forenses? —Suspiró sintiendo que ya no podía hacer nada, solo un milagro la ayudaía en ese momento, con pesar se acercó a su jefe lista para reportarse.

—Zimmermann reportándose capitán.

—Correcto, ¿Y dónde está Allen? —Preguntó Singh mirando a todos lados.

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Con Barry

09:46 a.m.

Barry caminaba a pasos largos entre la gran cantidad de personas que había en las calles de Ciudad Central en ese momento y maldijo en su interior por que eso estuviese pasando.

Con cada paso que daba, chocaba con alguna persona o las golpeaba y acaba por disculparse.

—Lo siento. —Dijo mientras chocaba con un hombre de mediana edad.

En medio de su caminar sintió una vibración en su bolsillo, y un escalofrío recorrió su cuerpo, no debía revisarlo para saber de quien se trataba pero prefirió no contestar a sabiendas de que probablemente lo descuartizarían llegando al laboratorio.

Miró un momento su reloj de muñeca para ver la hora pero por estar caminando le resultaba casi imposible descifrar en donde apuntaban las agujas por lo que se vio obligado a detenerse y sus nervios aumentaron cuando vio que casi faltaban 13 minutos para dar las 10 de la mañana.

Aceleró su andar y fue en ese momento cuando choco con otra persona y ambos terminaron cayendo de trasero en la acera, la gente no dejaba de caminar y pese a eso, Barry logró escuchar una disculpa.

—Lo siento, no era mi intención.

Barry levantó la mirada y frente a el estaba un chico de aspecto bastante joven vistiendo una camiseta blanca con rayas negras, sobre esta una chaqueta de mezclilla, jeans de color negro y vans del mismo color.

No parecía pasar de los 21 años, cabello castaño, piel blanca y contextura delgada.

—Descuida, la culpa fue mía. —El jovencito rápido comenzó a tomar las cosas que se encontraban regadas y las juntó para pasarselas al forense.

—Gracias. —Dijo Barry recibiendo los papeles sin levantar la vista, pero al hacerlo sintió como si todo a su alrededor hubiese desaparecido por un instante apenas vio aquellos aquellos ojos pardo que lo miraban de forma apenada.

El color marrón era un color muy usual en la mayoría de personas, pero estos resultaban ser bastante más llamativos que el resto.

Eran unos ojos marrones al mismo tiempo que brilantes, y con un toque de dulzura en ellos.

𝙆𝙀𝙀𝙋 𝙍𝙐𝙉𝙉𝙄𝙉𝙂 | 𝘽𝙖𝙧𝙧𝙮 𝘼𝙡𝙡𝙚𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora