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La noche caía como una emboscada en cuestión de segundos, llevándose consigo el sol y el mínimo rayito de luz que pudiera quedar en la montaña y pudiera hacerse visible.
Por suerte, antes de que todo esto pasara, Bayona dio por finalizado aquel día de trabajo y era hora de que todos volvieran al hotel. Así que subieron a los transportes y luego al colectivo en el que volvieron casi durmiendo.
Los chicos llenos de maquillaje y ropa sucia, mientras que los demás productos hablaban cosas con Bayona, y Sofía dormía en el hombro de Pipe.
El colectivo se tragó un poso haciendo que este se sacudiera un poco y lograse despertar a Sofía. Levantó su cabeza y se acomodó en su lugar tomando su celular. Cuando miró a su compañero de asiento, este dormía profundamente apoyando su cabeza en la fría ventana, pero no tardo en tumbarse hacia Sofía invirtiendo los roles, ahora Felipe descansaba en el hombro de Sofía.
Cuando llegaron, la castaña sacudió un poco el hombro de Pipe intentando despertarlo, y lo logró, para que este soltara un leve quejido y tomara su mochila para que ambos marcharan de el colectivo.
Entraron al hotel y todos se dirigieron a sus habitaciones, en donde se pegaron una ducha caliente para luego bajar devuelta dónde Sofía los esperaba para la cena, junto a algunas personas.
La cena no consistía más que una sopa de verduras para los chicos y agua, nada de el otro mundo, pues su dieta tenía que ser respetada al cien por ciento, sin margen de error.
—Me tengo que ir yendo yo— dijo Sofía cuando todos empezaban a salir de el comedor para ir directo a sus habitaciones.
—¿No querés que te lleve?— la voz de Felipe detrás suyo hizo que se diera media vuelta para luego negar con la cabeza.
—No, no, vos andá a dormir.
Felipe pareció dudarlo unos segundos, pero dijo:
—Bueno, avísame cuando llegues— Sofía asintió con la cabeza y se despidió de su amigo con un beso en el cachete para luego tomar su campera y salir al exterior.
Pidió un taxi el cual no tardó ni cinco minutos en llegar, se subió y le indicó al chófer como llegar a su lugar deseado.
Las calles de España por la noche eran las más mágicas, los faroles, las luces de los autos y de la luna era la única fuente de luz que tenían para observar. Era una parte de el día que Sofía admiraba y amaba con todo su ser.
Ella había nacido en el transcurso de la madrugada, y cuando era chica amaba salir a caminar con su padre por la noche, según ella era un vampiro amante de la noche. Desde ese momento el apodo de su madre, Draqui.
Cuando el taxi paró frente al edificio, pagó lo correspondiente al amable señor que la había acompañado aquellos veinte minutos de viaje hasta allí, bajó de el auto y sacó las llaves de su bolso. Cuando atravesó la puerta principal una fuerte sensación de cansancio y alivio recorrió su cuerpo, no quería, necesitaba dormir.
Así que subió lo más rápido que pudo por el ascensor hasta su piso y entró en su departamento, apagando luces y dejando todo desordenado, mañana tendría tiempo de ordenar. Se metió en su cama tapándose hasta la nariz con las frazadas calentitas para luego hundirse en un profundo sueño del que despertaría en unas largas horas.
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Sᴇʀᴇɴᴅɪᴘɪᴀ || Pɪᴘᴇ Oᴛᴀɴ̃ᴏ
Romance- Las once y once es la hora para pedir un deseo. - ¿En serio? Bueno, yo deseo que el destino nos junte en todas las vidas y universos existentes. ☘ Lenguaje Argentino. Inicio: 23/02/2024 Final: 15/05/2024