Sᴇʀᴇɴᴅɪᴘɪᴀ || Pɪᴘᴇ Oᴛᴀɴ̃ᴏ

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—Además no entiendo el por qué de su actitud, boluda.

Micaela le pasó una percha con ropa a Enzo y este le agradeció para luego marcharse.

Las dos morochas hablaban desde ya unos minutos atrás como si nadie las pudiera escuchar, como si aquella habitación no estuviera repleta de maquilladoras y actores.

Pero lo importante es que la carnada de su conversación no se encontraba cerca.

—Si, si, osea es igual a una moneda esa chabona— ahora Sofía le pasaba una percha con ropa a Juani quién las miró queriendo saber el chisme el también—. Nada, después te cuento.

Juani se alejó de ahí con cara de orto, el también quería saber de qué hablaban.

Micaela era un chica de pelo corto por los hombros, color negro como la noche pero tenía ojos verdes como hojas en primavera. Tenía varias pecas que adornaban su nariz y cachetes dándole un tierno toque a su apariencia, y para la suerte de Sofía, esta odiaba con todo su ser a Malena también.

Su amistad había comenzado hace no más de dos días, cuando Sofía empezó a hablar sola sobre el odio que le tenía a dicha piba. Micaela la escuchó y decidió agregarse a la conversación junto a la castaña estresada, y así empezar un lindo vínculo, compartiendo tal odio.

—¿Y vos decís que Pipe sabe cómo es ella?

—Por supuesto que no, boluda. Si se ve que está cegado por ella...— respondió Sofía cruzandose de brazos y buscando con la mirada aquella azulada.

Micaela pensó unos segundos.

—Na, no creo igual— Sofía la miró con el cejo fruncido—. Para mí, que pasó algo en la joda esa, que no debió haber sido así, o que simplemente Pipe no supo cómo zafar de la mina.

Sofía descartó esa idea de su cabeza, sabía perfectamente que Pipe no besaría a alguien solo porque se siente presionado.

—Deberías hablarlo con él.

—Estás en pedo vos.

—Dale, So. Todo tiene explicación en esta vida.

Ambas chicas quedaron en silencio cuando el último de los chicos salió de aquella gran habitación dejándolas completamente solas en su charla.

—Cuando encuentre el momento voy a hablar.

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Cuando llegaron al set de grabación, lleno de nieve y con un viento terriblemente frío, cada uno fue a hacer de las suyas a su lugar correspondiente. Algunos de los chicos se dirigieron hacia el camerino para descansar antes de grabar, otros para leer un poco de el guión mientras que las demás personas que no eran parte de el cast corrían de un lado a otro llevando cosas en las manos. Cómo Sofía.

Micaela parecía haberse olvidado el bolso con las cámaras, lentes, trípodes y todo lo necesario para aquel día en el camerino, así que le pidió a su amiga que buscara las cosas por ella en su camerino. Así que después de unos segundos de capricho, terminó yendo por las cosas y ahora caminaba hasta la otra punta de el set con un bolso negro colgando de su hombro que pesaba más de lo que imaginaba.