Introducción

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Holaaa... Bueno, quiero pedir perdón por esta historia ya que no es muy original pero intento ponerle imaginación, tal vez sea un poco aburrida, pues esta es mi primer historia y voy empezando en esto de escribir. Y pues bueno, espero les guste está historia. (:







-Bill:

Estaba solo en casa, viendo una película en la televisión, Tom entró, por como azotó la puerta detrás de el, pude notar que estaba enojado.
-Hola, Tom.-
Le dije amablemente.

-Callate, mocoso.-

Me respondió enojado. Bien, yo no tengo la culpa de que se haya enojado.
-¿Qué te pasa? No tengo la culpa de tus problemas.- Le dije, un poco molesto.

El gruñó y aventó sus llaves hacia donde estaba yo, no me dió.

-¡Qué te calles!-
Y se acercó a mi, alzando la mano. ¿Me iba a pegar? Suspiré y me levanté del sofá.

-Estoy harto de que siempre te enojes conmigo y yo no tengo la culpa.-
Le dije antes de subir las escaleras.
Se quedó en silencio. Cuando había llegado al piso de arriba oí como subió las escaleras.

-Bill.- Voltee y estaba atrás de mi.

-¿Qué?-

Cerró los ojos y suspiró.

  -Si no quieres problemas deja de joder.- ¿Joderlo? ¡Si apenas el había llegado!

-Yo no te jodo, eres tú el que siempre llega enojado y me culpas de lo que te pasa. ¿A caso no eres valiente para enfrentar tus problemas y asumir tus errores? Que cobarde.-
Le dije y me empujó fuertemente. Me caí de las escaleras.

-¡No soy ningún cobarde! ¡Eres tú el que siempre me jode la vida!- Y se fué a su cuarto, azotó igual la puerta.
Me dolía la espalda y la cabeza. No le había hecho nada como siempre y se desquita conmigo.
Me levanté, agarré mis llaves y salí de casa, no quería estar ahí, me fui a casa de mi mejor amigo Georg.

Llegué a su casa y me recibió muy feliz.
-¿Que te pasa, Bill?- Me dijo preocupado.

-Ehmmm... Pues... Es por Tom...-

-Ya, ¿Otra vez pelearon?- Si, el sabía cómo era mi relación con mi hermano gemelo.

-Si... Pero no le hice nada y se enojó conmigo.-

-Seguro tuvo un mal día, déjalo en paz, al rato se le pasa. Mejor hagamos algo divertido.¿Que hacemos?-

-Juguemos un juego de mesa, al jenga.- Tal vez suene aburrido pero a mí me gusta el jenga.

-Esta bien, Bill.- Dijo serio y como si no le gustara la idea.
Estuvimos un buen rato jugando, parecía que él no quería jugar y era verdad, él era más... Más divertido que yo, si. Yo casi no jugaba, me gustaba más leer, cantar, y ver pelis. Él era más alocado y rebelde.

Después de jugar nos fuimos a dormir. Le avisé a mamá que no estaría en casa hoy.

Mamá, hoy no llegaré a dormir, me quedo con Georg, no te preocupes.

Y me dormí.
Mañana tendré un día dificil y más ahora con lo que hizo mi hermano.

Kampf der liebeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora