Kampf der liebe

Capitulo 9

Narra Sarah:

Últimamente Bill ya no salía conmigo, ni tampoco hablábamos muy seguido.
Pensé que estaría ocupado, así que no lo molesté.
Está noche lo invitaría a cenar, no se negaría.

-Billy, cielo, ¿Podemos vernos hoy a las 9 pm en el restaurante stadtsalat?

-Hola, Sarah. Claro, te veo ahí.

Salí de compras por un vestido para está noche.

Cuando llegó la hora, llegué al restaurante y esperé pacientemente.

Eran casi 9:30 y Bill no llegaba.

-Bill, ¿Qué pasó?, ¿Ya vienes?

-Sí, ya voy para allá. Se me hizo tarde.

Esperé hasta que llegó.
Bill venía vestido muy informal, jamás lo había visto así.

Tenía una sudadera de rayas rojo con negro, un poco más grande de talla de la que normalmente usaría. Unos pantalones rasgados y unos converse. El cabello se notaba que no lo había planchado, tenía algunas ondas de su cabello y estaba ligeramente despeinado, tampoco iba maquillado.

Yo iba vestida con un vestido negro, muy elegante. Todos en el restaurante vestían muy elegantes, menos Bill.

Me hizo enojar. Llegó tarde, vestía informal, ¿Que faltaba? Suspiré profundamente y le dediqué una sonrisa amable.

Me devolvió la sonrisa y se sentó. Tomó el menú y revisó lentamente lo que ofrecían.
Después me lo pasó a mí y también elegí.

-Buenas noches, ¿Qué desean ordenar?

Se dirigió a nosotros el mesero.
Bill habló.

-Buenas noches, yo quiero un Schweinebraten.

El mesero lo miró mal de arriba a abajo, alzó las cejas y tomó nota.

-¿Y para usted?

Se dirigió a mí.

-Yo quiero un Chucrut.

Asintió con la cabeza y se fué.

Volteé a ver a Bill, que estaba en su teléfono.

-Bill.

-¿Mhm?

Respondió. Ni siquiera me volteó a ver.

-¿Por qué llegaste tarde?, ¿Por qué no te arreglaste para la cita?

Miró su teléfono y se rió.
Parpadeó varias veces y me miró.

-¿Mande, cariño?- Preguntó.

No me había hecho caso, bien.

-¿Por qué llegaste tarde?

-Perdón, la verdad es que olvidé la cita.- Dijo de lo más tranquilo.

Suspiré y fruncí el entrecejo.
-¿Por qué vienes vestido así?

Bill se separó de la mesa y se miró de arriba a abajo. Se acomodó de nuevo, suspiró y habló.

-Estaba con una amiga.

-¿Con quién?

¿De verdad su amiga era muy importante?, ¿Más que yo? Olvidó nuestra cita por andar con su amiga, que por cierto, no sabía quien era su amiga.