2.0 I DT VIEI L [ggukgi]

Capítulo 25

Bloquear su número puede no haber sido lo más maduro de hacer, pero era la única manera de asegurarme de que no caería preso de sus estúpidas palabras.

Sólo Dios sabía cómo encontré el camino al aeropuerto y al avión. Cuando la azafata me preguntó qué quería beber, aparentemente le dije mi dirección. La joven en el asiento contiguo al mío se alejó un poco para que nuestros brazos ya no se tocaran.

Preguntándome si la angustia era contagiosa, la miré antes de mirar a la asistente de vuelo y pedir sangría. Al final, se apiadó de mí y me entregó una botella de agua. Desafortunadamente, no vino con pastillas para dormir.

Mi cabeza no podía dejar de dar vueltas a todas las posibilidades. ¿Cómo diablos había sido Gguk Jeon el hombre anónimo al que le había enviado un mensaje de texto? No era como si pudiera culparlo, por supuesto, ya que fui yo quien inició el envío de mensajes de texto. Pero aun así... ¿había sobornado de alguna manera al camarero para que coqueteara conmigo y luego me diera el número de teléfono de Gguk? Eso parecía terriblemente complicado. ¿Gguk había estado en el bar del hotel esa noche y me había deslizado su número sin que me diera cuenta? Eso sonó aún más ridículo.

E incluso si ese fuera el caso, ¿qué hubiera esperado lograr Gguk? ¿Algún tipo de plan elaborado para obtener más poder durante las negociaciones? ¿Si es así, cómo? De todos modos, había terminado pagando el precio completo. ¿Qué obtuvo al enviar mensajes de texto sexuales conmigo detrás de escena? ¿Material de soborno para el futuro?

Mi estómago se agrió al pensar en las fotos que le había enviado. El calor se apoderó de mis mejillas de embarazosa vergüenza. ¿Qué había estado pensando? Seguro que mi cara no estaba en ninguna de ellas, así que no había forma de identificar la polla de la foto como mía, pero aún así. Si Gguk hubiera querido material de chantaje, ciertamente lo tenía en abundancia.

Él no me haría eso, pensé automáticamente.

Excepto, ¿cómo podría estar seguro de eso? Claramente no era el hombre que pensaba que era.

O tal vez lo era. Tal vez él siempre había sido ese imbécil y yo había caído presa de su infame encanto. Quizás yo no era el único al que le había hecho esto. La idea de que Gguk sedujera a otro hombre me ponía enfermo.

Presioné las yemas de mis dedos contra mis sienes, escenarios hipotéticos girando por mi cerebro.

Pensé en cada interacción que habíamos tenido como NoSam y Trace. Recordar el tono autoritario de Trace... Gguk conmigo esa primera noche que nos enviamos mensajes de texto me hizo retorcerme en mi asiento de avión demasiado estrecho. Todo lo que la mujer a mi lado necesitaba para perder su mierda era verme con una erección repentina.

Respiré hondo y cerré los ojos. Necesitaba dejar de pensar en Gguk. Dejar de torturarme con los qué-tal-si y recriminaciones.

Concéntrate en mamá, me dije. Ella era la persona que debería recibir toda esta energía mental de mí, no él. Nunca él.

Pero era más fácil decirlo que hacerlo. Recordé haberle enviado un mensaje de texto a Trace sobre mi madre, sobre lo enferma que estaba, y luego...

Mis ojos se abrieron de golpe cuando hice la conexión. Y luego, a la mañana siguiente, había llegado tarde. Había venido anunciando el fin de las negociaciones porque había aceptado nuestro precio.

Le dije que necesitábamos el dinero del trato para pagar sus tratamientos, y él se dio la vuelta y se aseguró de que lo obtuviéramos. No más regateos. No más retrasos.

Luego pidió pasar el día conmigo. Mi pecho se apretó ante el recuerdo. No había ninguna razón para que él hiciera tal solicitud. El trato estaba hecho, solo quedaba por arreglar los tecnicismos. Él también podría haber terminado conmigo. Pero no lo había hecho.

Luché por encontrar una razón comercial para que él hubiera pasado el día conmigo. No pude.

Quizás... quizás solo quería pasar tiempo conmigo.

Maldita sea, había algo en mi ojo. Y mi garganta. Y mi maldito corazón.