Capítulo 12

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No había nada más humillante para un neoyorquino que parecer un maldito turista. Evitaba este tipo de tonterías porque eran patrañas destinadas a separar a la gente de su dinero.

YoonGi, sin embargo, estaba en pleno modo turista.

—¡Oh, mira! Una paseadora de perros en la vida real. —dijo, señalando a una joven que se esforzaba por manejar seis perros diferentes con varias correas.

—¿Tienes un perro? —él preguntó, girándose hacia mí. Me incliné para meter los extremos de su nueva bufanda en la parte delantera de su abrigo y percibí el olor a pachuli que desprendía del puesto del mercado donde la había comprado. Normalmente era un olor que me mataba la libido por completo, pero por supuesto que en él era embriagador. Tenía que controlar mi atracción por él antes de que hiciera o dijera algo inapropiado.

Terminé de acomodar la bufanda antes de aclararme la garganta y desviar la mirada.

—No.

Siguió mirándome como si esperara más. Apreté la mano en un puño y me aclaré la garganta.

—No, no tengo perro.

YoonGi volvió a reírse.

—¿Tenemos que darte algo de yerba? ¿O unos tragos de tequila? O sería este un buen momento para recordarte que toda esta estupidez de "conocernos" fue idea tuya

Solté un suspiro. Él tenía razón.

—Lo siento. Es que... no estoy acostumbrado a esto —Lo miré a los ojos—. Pero si quiero conocerte.

Me estudió durante un minuto.

—¿Por qué?

Nuestro guía me salvó de responder al señalar el edificio donde aparentemente Lady Gaga tenía un pent-house.

YoonGi se inclinó hacia delante.

—Ooh, ¿dónde? —preguntó. El guía señaló y empezó a contar una historia sobre la vez que la había visto. O por lo menos a alguien que se parecía mucho a ella. YoonGi escuchó con interés, y yo tardé un momento en darme cuenta de que tampoco era un interés fingido.

—¿Eres fan de Lady Gaga? —pregunté cuando el guía terminó su relato y YoonGi se acomodó en su asiento.

Se encogió de hombros.

—¿No lo es todo el mundo cuando está borracho en la pista de baile?

No tenía respuesta para eso. No podía recordar la última vez que había estado en un lugar con pista de baile.

Mi expresión debió ser suficiente para que me leyera la mente porque se rio.

—Sí, no te imagino como el tipo de persona que va a la discoteca. Pareces más bien... —Sus ojos me recorrieron, observándome de pies a cabeza. Resistí el impulso de moverme y poner los hombros más rectos—. Del tipo de club privado. Cigarros caros, vino ridículamente caro, whiskey incluso más ridículamente caro.

No estaba del todo errado.

—El Brandy Library es mi lugar preferido.

YoonGi se inclinó más cerca del conductor del carruaje.

—¿Has oído hablar de ese lugar, Hobi?

El hombre asintió.

—Está en Tribeca.

—Déjame adivinar, ¿pretencioso a más no poder?

—Digamos que, si alguna vez James Spader es contratado para un remake de Pretty in Pink, lo encontrarás allí con un codo en la barra. Ah, y estará reunido con los compañeros de su antigua fraternidad los cuales ahora son iBankers todos. Y estarán intercambiando historias de guerra sobre dónde estaban cuando se enteraron de que el impuesto de herencia había subido.

YoonGi se rio a carcajadas con la cabeza echada hacia atrás. Era un espectáculo hermoso. Mis ojos se dirigieron a la zona de piel bajo su mandíbula, visible justo por encima de su nueva bufanda. Quería lamerla, me di cuenta de repente. Apretar mis labios contra ella y sentir el sonido de su risa impregnándose en mí. Me agarró mirándolo, y no hice nada por ocultar mi interés. Su risa se calmó, terminando con una fuerte bocanada de aire. La tensión creció de repente entre nosotros. Se lamió los labios, apretándolos un momento antes de aclararse la garganta.

2.0 I DT VIEI L [ggukgi]Where stories live. Discover now