2.0 I DT VIEI L [ggukgi]

Capítulo 15

Miré fijamente a mi teléfono, con el último mensaje resonando en mi cabeza. ¿Me follaría a Gguk Jeon si me lo pidiera? Mis sentimientos eran diferentes después de haber pasado el día con él. Eché un vistazo al hombre, las puntas de mis orejas ardiendo de vergüenza por siquiera considerar tal pregunta. Se sentó al otro lado de la mesa, sin abrigo y con la corbata suelta, con las mangas enrolladas para revelar unas muñecas fuertes y los antebrazos bronceados cubiertos de vello. Trabajaba en un portátil, con los dedos volando a través del teclado, su concentración en la tarea que tenía entre manos era absoluta, completamente inconsciente de que a sólo unos metros de distancia me imaginaba como se vería desnudo. Cómo se sentiría si sus manos acariciaran la parte delantera de mi camisa. Luego más abajo. Deslizando mi cinturón, desabrochando el botón, alcanzando dentro...

Aclaré mi garganta y me moví en mi silla. Sus ojos se movieron hacia mí, y tuve un momento de desorientación. Había estado diciendo la verdad cuando describí sus ojos como el océano. Prometían profundidad, pero también peligro, y ambos eran igualmente excitantes y aterradores. Y eran tan, tan fácil perderse en ellos.

—¿Pasa algo? —preguntó. No había notado sus manos deteniéndose en su teclado.

Las mismas manos que había estado imaginando alrededor de mi polla segundos antes. Mis mejillas ardieron y miré para otro lado. Quería gritarle que por supuesto que algo pasaba. ¡Mi puta polla!

En cambio, dije:

—¿Arriba? ¿Yo? No. —Forcé una risa que salió como un chirrido—. Estoy abajo, totalmente abajo. Pero en una buena manera, de una manera informal. No en el sentido triste o deprimido. Estoy genial. Normal. Totalmente bien.

Una pequeña sonrisa curvó sus labios y bajó la cabeza, volviendo al trabajo.

Trace: Estás tardando mucho tiempo en responder a la pregunta. Debería ser un sí o un no, ¿te atrae la idea de su polla en tu boca?

YoonGi: Es un potencial socio de negocios. No debería estar pensando en él de esa manera en absoluto.

Trace: Pero lo has hecho, ¿verdad?

Apreté mis dientes. Sí, por supuesto que había pensado en él de esa manera. Era imposible no hacerlo, especialmente después de esta tarde.

YoonGi: ¿Por qué importa?

Trace: Porque quiero que imagines que soy yo.

De ninguna manera leí eso correctamente.

YoonGi: ¿Qué?

Trace: Imagina que el hombre sentado frente a ti soy yo. Y dime, en detalle, lo que me harías. Lo que querrías que te hiciera.

Me tragué un chillido indefenso. No pude evitarlo, miré hacia Gguk. Estaba frunciendo el ceño ante la pantalla del ordenador, tan rígidamente enfocado que dudo que se diera cuenta de que aún estaba en la habitación. Mi corazón empezó a latir más fuerte mientras pensaba cómo sería si Gguk Jeon fuera mi sexy desconocido.

Si todas esas sesiones de él diciéndome qué hacer, todas esas fotos de ese hermoso pene, le pertenecieran.

Por supuesto que era una idea absurda. Mi sexy desconocido podía ser controlador cuando se trataba de sexo, pero también era cariñoso e interesante. No siempre se trataba de él como con Gguk.

Pero eso no significaba que no pudiera imaginarme el cuerpo de Gguk, utilizarlo para mi fantasía. Disfrutar de lo que sería follar con él. No sería la primera vez que tenía tales pensamientos.

Dejé escapar una respiración temblorosa y traté de evitar que mis dedos temblaran mientras luchaba con qué escribir. Por dónde empezar.

YoonGi: Te inclinarías hacia atrás en tu silla, con las manos agarradas detrás de tu cabeza casualmente. Y me dirías que me pusiera de pie. Me ordenarías que diera la vuelta alrededor de la mesa hasta que estuviera de pie delante de ti. Me obligarías a quedarme allí un minuto mientras me recorrieras con tu mirada. Entonces me dirías que me arrodillara.

Trace: ¿Y lo harías?

YoonGi: Sin duda.

Trace: ¿Entonces qué?

YoonGi: Me dirías que te desabrochara los pantalones. Que te sacara la polla. Ya estarías duro. Presionando contra tus pantalones dejaría que los nudillos de mi mano se rozaran contra ti mientras me tomaba mi tiempo con la cremallera. Y maldecirías bajo tu aliento por tomarme tanto tiempo porque querrías sentir mis dedos envueltos a tu alrededor, mi palma tomando tus bolas.