En la vasta extensión de la llanura, éramos un mar de aspirantes, ordenados meticulosamente frente a la imponente estructura que se alzaba con promesas y desafíos por igual. Este edificio, majestuoso y severo en su diseño, se erigiría como mi hogar durante los dos próximos años, un periodo marcado por el rigor del adiestramiento y la transformación. Detrás de mí, el pasado se desvanecía en una incertidumbre nebulosa; no podía ver a mis compañeros, cada uno absorto en sus propios pensamientos y temores. Entre ellos, buscaba desesperadamente alguna señal de Alvis, mi compañero y amigo, cuya presencia sería el único alivio en esta nueva realidad. La posibilidad de su ausencia me llenaba de un temor irracional, el miedo a perderlo en la prueba, a la idea de enfrentar este camino sin él, y lo que eso significaría para mi destino, era una carga pesada. "¿Y si ha caído en la Cadena? Ser reina de Milrol parece un sueño cada vez menos distante", pensaba, mientras mis manos se entrelazaban con fuerza, reflejo de mi ansiedad y duda interna.
La comunicación entre los líderes de ala era un misterioso zumbido de conversaciones a mi alrededor, todos excepto uno. Ese hombre, con su mirada de ámbar cargada de desdén, parecía tener toda su atención fijada en mí. Cada vez que nuestros ojos se encontraban, una presión insoportable me obligaba a bajar la mirada. Era como si el simple peso de su desprecio hiciera que el aire alrededor se volviera denso, escaso, casi imposible de respirar.
El silencio que nos envolvía fue roto por la voz del supremo Thorfinn, cuya autoridad era indiscutible. Al escucharlo recitar los nombres de aquellos que habían caído en la prueba, un escalofrío recorrió mi espina dorsal. La mención de cada nombre era un recordatorio cruel de la realidad de nuestra situación; éramos candidatos en un juego peligroso donde no todos sobrevivirían para contar su historia. Al oír el nombre de Thommy, un compañero cuyos ojos verdes aún perseguían mis recuerdos, sentí cómo un nudo se formaba en mi garganta, asfixiando cualquier otro pensamiento. La imagen de su desvanecimiento en el abismo de la Cadena me perseguiría, dejando un hueco donde antes había esperanza y camaradería. Saber que su familia no recibiría nada de él, ni siquiera un mísero recuerdo para aferrarse en su duelo, intensificaba el dolor de la pérdida.
El alivio solo llegó cuando la lista de Thorfinn concluyó sin mencionar a Alvis. La posibilidad de que él hubiera sobrevivido, de que aún pudiéramos compartir este camino, encendió una chispa de esperanza en medio de la solemnidad del momento. Una sonrisa fugaz, discreta pero significativa, brotó en mis labios ante el pensamiento reconfortante de no estar completamente sola en esta nueva fase de mi vida.
Entonces, el proceso de selección comenzó, un ritual de formación y alianzas que definiría nuestro futuro inmediato. Los líderes de ala, figuras de autoridad y experiencia, se presentaron uno tras uno, delineando el espíritu y las expectativas de cada grupo bajo su mando. Mi corazón latía con fuerza, anticipando el momento en que mi nombre sería llamado, deseando fervientemente estar junto a Alvis. Cuando finalmente anunciaron su asignación al ala 1, un sentido de lógica pero también de temor se apoderó de mí. Su posición de príncipe le aseguraba un lugar entre los más prometedores, pero ¿y yo? La incertidumbre me carcomía. A pesar de mis habilidades y mi determinación, la duda persistía, alimentada por las miradas escépticas de aquellos que aún no veían en mí a la guerrera que aspiraba a ser.
Mientras los nombres resonaban en el aire, una mezcla de alivio y ansiedad se entrelazaba dentro de mí. Ser seleccionada por el mismo ala que Alvis significaría no solo la validación de mis capacidades sino también la oportunidad de continuar nuestro viaje juntos. Sin embargo, la posibilidad de ser separados por el juicio de los líderes era una sombra que amenazaba con ensombrecer cualquier destello de alegría. "Ya se que no me ven como un guerrero potencial", me lamentaba internamente, preparándome para enfrentar el veredicto que dictarían los líderes, un momento que podría consolidar o desviar mi destino.
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El Alma de Rosea
FantasyEn el albor de la creación, cuando el mundo aún se encontraba en el suspiro temprano de su existencia, dioses poderosos vagaban libremente por Rosea, un reino de belleza inconmensurable y magia pura. Estos seres celestiales, dueños de un poder antig...