ᴅᴇsᴇsᴛʀᴇsᴀʀ ʏ ᴇɴsᴇñᴀʀ

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En una tarde normal en la escuela estaban varios compañeros con sus labores comunes, hacer tareas y prestar atención a los aburridos profesores. Un mísero hombre de mediana edad estaba hablando frente a un desastre de desordenados alumnos, Tignari, uno de los interesados en el aprendizaje biológico estaba sentado jugueteando con el lápiz.

El timbre sonó y se levantó con bastante tranquilidad de su puesto y fue al curso del lado, que solo le llevaba por un año al pelinegro de puntiagudas orejas, buscó por la sala hasta encontrar a su mejor amigo albino, Cyno, con gusto lo saludó y abrazó como de costumbre.

El albino no lo miró, estaba ocupado mirando a la ventana con una mala cara.

― Cyno! qué te pasó? ― preguntó con clara preocupación, bajando sus orejas.

― No sabes lo horrible que es tener biología para mi. ―

El pelinegro suspiró, sabía que a su mejor amigo le iba bastante mal en las ciencias, el caso se repetía en Química, Física y Biología, "Son muy difíciles." suele decir el albino, quejándose de la pésima nota que mostraba en su hoja de exámen.

― Vamos.. déjame ayudarte y seguro en este exámen te va bien. ― sonrió de manera amable. ― qué están pasando en tu clase? ―

Cruzó sus brazos y comenzó a pensar, rápidamente le contestó al zorro. ― Sexualidad, como las personas.. este, ya sabes. ―

― Oh.. Bien, comprendo. ― se sentó en la mesa junto al albino. ― Está misma tarde vamos a tu casa y te enseño lo que quieras aprender. ― le guiñó en forma de coqueteo, aunque el albino no comprendió la situación.

Para su mala suerte, las siguientes clases fueron Química y Física, ya no podía más, se iba a desmoronar en media clase o romperse a gritar que estaba harto e irse cerrando la puerta con una salida dramática. Tignari no tenía más clases, fue a la biblioteca escolar y buscó en los libros algo para enseñarle a Cyno, se concentró en buscar algo sencillo y comprensible, escribió 4 resúmenes sobre sexualidad en general y como vivirla satisfactoriamente sin precauciones.

Salió victorioso y orgulloso de la biblioteca con sus resúmenes y textos impresos para enseñar, le después de todo, le agradaba enseñarle a la persona que más quería y brindarle información útil.

Llegó antes que él, se quedó sentado en la roca decorativa de la casa del albino viendo su teléfono, hasta que el menor llegó con la mirada ya casi muerta.

― qué haces aquí. ― preguntó serio.

― Vengo a ayudarte para Biología, vamos.. no seas malo. ―

Cyno puso los ojos en blanco y entró dejando pasar al mayor, no podía decir que no a esos adorables ojos color verde esmeralda mezclados con un café claro. Se metieron a la habitación, justamente al cerrar la puerta, Cyno la golpeó con todas sus fuerzas, haciéndola resonar.

― ¡C-Cyno! ― Chilló cubriéndose los oídos. ― Mis oídos. ―

― Lo lamento Nari, estoy estresado. ― Se quejó el albino. ― Yo.. solamente quiero descansar mi mente. ―

― Déjame decirte que la explicación que te tengo es tan interesante que la entenderás en un dos por tres. ― Aseguró el mayor. ― De paso.. ― Sonrió pícaro. ― Te mostraré ejemplos. ―

― Cómo harás eso? ― desvió la mirada a su escritorio, escondiendo su sonrojo en su morena piel.

― Ya verás. ― De su mochila, sacó varias hojas que mostraban todo acerca del tema, sumando los resúmenes que llevaba en las manos.

― Qué mier.. ¡Tignari! ― El mayor le sonrió, no pudo evitar devolvérsela al verlo tan animado, no le hará mal aprender de Tignari.

Así pasaron las horas, Tignari lucía emocionado y Cyno estaba contento de eso, tan así que se esforzó en comprender cada palabra que salía de la boca del mayor. Pero no podía evitar echar vistazos a su preciosa apariencia, esa cola esponjosa y sus orejas puntiagudas tan.. tirables.

Reforzando la amistad || Cynonari (One shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora