Lɑ oficinɑ del doctor

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Modern Au: Cyno es juez y Tignari doctor.

Era una tarde relajada, había terminado su horario de doctor y estaba arreglando su oficina para luego irse

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Era una tarde relajada, había terminado su horario de doctor y estaba arreglando su oficina para luego irse. Tignari era un chico muy listo en términos médicos y la mayoria de sus recetas mejoran a los enfermos, se sentía orgulloso de ser alguien de bien y haber estudiado una buena carrera.

Mientras finalizaba de ordenar, su puerta se abrió y ahí entró un chico albino, de tez morena y unos preciosos ojos anaranjados, traía una mirada seria y amenazante, aunque esa era la mirada mas relajada que tenía.

― Oh, buenas tardes Cyno. ― Le sonrió, Cyno solía saludarlo desde que se conocieron en la universidad y ahí hicieron una amistad bastante distante, aún así se llevaban increíblemente bien.

― Que tal.. Nari, yo.. vengo a verte a estas horas por un problema que tengo.. ― Paso su mano por su cabello, desordenándolo un poco.

― Uh.. ya salí de mi horario, es muy urgente? ― Preguntó, demostrando su preocupación por su amigo.

― No lo sé realmente, pero te pagaré y si incluso quieres.. será el doble. ― Se sentó en la camilla de la oficina, esperando que el mayor lo atienda.

― Mm.. bueno, te voy a atender solo porque me preocupas. ―

Se acercó al menor, colocándose sus cosas nuevamente.

― Cuál es el problema? ― Sus orejas se movieron, esperando y escuchando cualquier respuesta.

― Pues.., el problema está.. ― Lucía avergonzado, incluso sus mejillas se habían enrojecido.

― El problema es..? ―

Se cubrió la cara con una mano y apuntó suave y lentamente hacía sus piernas. Tignari lo miró dudoso.

― Tus.. piernas? ― Se mordió el labio, un poco confundido. ― No entiendo.. ―

Cyno suspiró, tomando fuerzas como para decir lo que iba a decir.

― Mi.. pene. ― Se exaltó un poco, sin embargo sonrió cálidamente mientras sus orejitas puntiagudas daban movimientos.

― Ay Cyno, que hay con eso?. ―

― E-Está.. duro y suelta un líquido extraño. ― 

― Eso.. es normal en algunas ocasiones. ― Pensó un poco antes de hablar, buscando la pregunta correcta. ― Ehem, en qué pensabas cuando se puso duro? ―

― En ti.. ― Sus mejillas se tornaron de un rojo intenso, incluso su cuerpo se relajó por un instante, Tignari estaba apenado.

― ¡Ah! Y.. ― Sonrió nervioso, no quería admitir que le había gustado aquella respuesta. ― N-Necesitas ayuda con eso? ― Se maldijo en su mente, no sabría que hacer si dijese que sí.

― Si, por favor Nari. ― "Mierda." 

El zorro suspiró y se aseguró de tener la puerta con pestillo, se acercó a Cyno agitando levemente las caderas con un movimiento de su cola bastante notorio, con la mano temblorosa la colocó en el miembro del menor sobre el pantalón, estaba duro y algo mojado. 

― N-Necesito que te desvistas. ― Dijo, con la voz un poco quebrada.

Cyno hizo caso, dejando a exposición un enorme y erecto miembro que obligó a Tignari a avergonzarse más,  poco a poco, el mayor dejó mostrar la pálida piel que ocultaba su bata, poquito a poco se dejó desnudo junto a Cyno, volteó apenado y se fue acercando lentamente.

Tomó con sus manos el miembro del menor. ― V-vaya, es enorme. ― "eso compensa su estatura." Lo pensó, comenzó a masturbarlo con torpeza y poniendo su boca en la punta para comenzar a lamer aquella "paleta".

Apenas el proceso comenzó, un cosquilleo pasó por el cuerpo del albino, siendo esto algo extrañamente placentero para él, soltaba ligeros jadeos al sentir la húmeda boca del mayor chupárselo y en sí.. se estaba sintiendo increíble. 

Pasaron los minutos y el calor no se iba, seguía chupándolo con ganas hasta que el albino se corriese, aunque parecía faltar bastante para eso. ― no eres alguien muy precoz, no? ―Con un poco de torpeza, se la metió entera en la boca ahogándose en el proceso, al final todo dio fruto pues Cyno no pudo resistirse más y se vino en la boca del mayor.

― Ouw.. ― Respiró agitado, se relamió los labios y sonrió en dirección al menor.

― Sabes.. eso se sintió bien. ― Admitió sonriente.

― Aún no termina. ― La expresión de Cyno cambió a una mas sorprendida, pudo sentir un cosquilleo cuando el mayor se montó en sus piernas y comenzó a rozar su entrada con su pene.

Poco a poco el agujero de Tignari se fue mojando y dentro de poco dejó entrar el enorme miembro de su "amigo", gimió bajo al sentir la punta del pene entrar lentamente y embestir con fuerza hasta el fondo.

― Guarda silencio. ― Se tapó la boca, entre ligeros sollozos de placer.

Lo levantó y empezó a embestirlo con fuerza, el pelinegro daba suaves sentones para acostumbrarse y Cyno los complementaba aplicado fuerza acariciando las caderas.

― Despacio.. ¡Despacio! ― Jadeó, sus piernas temblaban y su cuerpo sentía demasiado placer como para frenarlo.

― Esta es tu sentencia por ser tan pervertido. ― Aplicó un poco mas de fuerza, provocando un gemido de parte del mayor entró con fuerza y se mantuvo hasta el fondo por unos segundos.

― Señor Tignari? ― Se exaltó y rapidamente  recuperó su voz.

― Ahem! Este.. Si?! ― Se notaba nervioso, Cyno le daba dulces caricias para calmarlo.

― Puedo pasar? está muy ocupado? ―

― Ah! No, no, no!  Estoy atendiendo a un cliente muy importante. ― La voz femenina del otro lado se escuchó suspirar.

― Bien.. Es qué necesito solamente un objeto que deje en su oficina! ―

― Vuelve en cinco.. ― La chica aceptó y se marchó, dejando en soledad a ambos chicos.

― Bien.. que se siente ser un zorrito relleno? ― Sonrió.

― Cállate Cyno. ― Rodó los ojos y se acomodaron para vestirse.

Pronto volvió la chica a buscar el objeto y simplemente quedó en algo qué nada pasó, o al menos no es público que el gran Juez y uno de los mejores doctores cogen a escondidas en la oficina del doctor.

Reforzando la amistad || Cynonari (One shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora