𝐞𝐥 𝐜𝐡𝐚𝐦𝐩𝐢ñó𝐧

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Siempre he estado soportando las bromas de Cyno, realmente ya es costumbre y puedo conocer ya casi el 80% de cada uno de sus chistes, pero incluso se ha puesto a gastarme bromas, como tirar harina en mi cabeza al abrir la puerta o hacerme caer con un hilo, claro, luego se disculpa, pero eso no quita que me haya dolido!.

Es extraño, pero últimamente me ha estado haciendo estás bromas solo a mi, ni siquiera a Collei, siempre soy yo el que cae, tan así que temo abrir la puerta y que me caiga un balde de harina y quedar completamente blanco, aunque, ahora es extraño los chistes que me ha estado haciendo, son algo subidos de tono, pero siempre acaba en un "es broma" y se ríe, qué clase de broma es esa?.

Tan concentrado quede en mis pensamientos que ni noté aquella voz familiar.

― Tignari! ― Cyno me sonrió y yo lo miré de reojo.

― qué pasa Cyno? necesitas algo? ― le ofrecí mi ayuda, el solo siguió sonriendo, de manera pícara, ese atrevido planeaba algo.

― Vas a salir? ― Asentí con la cabeza, Cyno se levantó y se acercó a mi, justo por detrás mío me tomó del hombro y me apegó a él. ― por qué no compras lubricantes?, no vaya a ser que quieras una aventura en medio bosque contigo mismo.. ― se burló y se alejó de mi, eso siquiera es una broma? quedé un tiempo en silencio, luego me entumecí cuando volvió a acercarse a mi. ― o ya tienes..? te gusta divertirte solo.. zorrito? ―

Tragué saliva, nunca había hecho tal cosa, pero la curiosidad mató al zorro, y eso de saber me estaba comenzando a matar.

― Cyno.. ― miré hacía atrás, aquel chico solo me quedo mirando, con la misma sonrisa atrevida de antes. ― eso.. ¿de verdad fue una broma? ― Cyno se río, vaya sentido del humor de este tipo.

― Claro, supongo que no vas al bosque a masturbarte, Tignari. ― me mordí el labio, me enrojecí, nunca lo he hecho, así que me negué con la cabeza.

Es hora de irme al bosque, a veces lo odio, Cyno no tiene nada que hacer?

Ya en el bosque me relajé, comencé a inspeccionar la zona en busca de alguna cosa la cual investigar, nada por aquí y nada por allá, me adentré mas, fijándome si había alguna zona marchita la cual limpiar, nada, suspiré y volví a mirar la zona, to...

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Ya en el bosque me relajé, comencé a inspeccionar la zona en busca de alguna cosa la cual investigar, nada por aquí y nada por allá, me adentré mas, fijándome si había alguna zona marchita la cual limpiar, nada, suspiré y volví a mirar la zona, todo se veía limpio.. hasta qué..

― un champiñón.. nunca lo había visto antes. ― tomé el extraño champiñón y lo olí, olía increíblemente delicioso, con un poco de fuerza lo parti en dos y me metí un pedazo a la boca, como creí, tenía un sabor agradable, era un sabor dulce, extrañamente dulce, me decidí buscar mas de esos champiñones.

Acercándome a una laguna encontré varios y me llevé unos ejemplares, otros estaban tan ricos que solo me los comí, pero ya era hora de regresar, así que es mejor llevarme algunos para la cena de mañana, debo averiguar si tiene efectos secundarios.

Entré a la casita y me encontré con Cyno, quien estaba leyendo un dichoso libro acerca de la ley y justicia, solo pasé desapercibido a mirar los champiñones, a mi no me sucedió nada, asi que parece no tener efectos.

Cyno se acercó a mi, lo pude oir, miré hacia atrás y el chico lucía una mirada atrevida, denuevo.

― qué pasa Cyno? ― afinó su voz antes de hablar, me miro unos segundos y volvió a sonreir.

― te fue bien? te ves sonrojado. ― toque mi cara, y efectivamente estaba calida al tacto, estaba completamente rojo, baje mis orejas, quizás haya sido aquel champiñón, pero recién comencé a notar los síntomas, me mordí el labio e investigué un poco a fondo aquel champiñón, ignorando a Cyno. ― Ey! ―

Cyno me movía de una lado a otro, con clara intención de molestarme ya que no estaba en la mejor de las condiciones, sentía mi cuerpo mas caliente d elo normal, puse una de mis manos en la silla cerca de mi entrepierna y presioné avergonzado, aún no logró comprender lo que el champiñón me causó.. calentura?

― C-Cyno.. ― me mordí nuevamente el labio, llamando al peliblanco, sentía mi miembro endurecerse y comencé a enrojecerme más. ― s-sal.. de aquí.. ― le pedí, el solo hizo caso omiso.

― por qué? ― Cyno miró mejor la situación. ― tienes ganas?, qué quieres que te ayude? ― bromeó.

― acaso quieres ayudarme con esto?.. ― Cyno solo se quedó en silencio y puso sus manos en mi pecho, abrazándome por la espalda, pero luego bajo una de sus manos a mi erecto miembro. ― C-Cyno! ― sentí su mano tocarme, levante la cabeza para verlo, pero me sentí en una situación tan vergonzosa que solo la bajé para mirar su mano.

Aquellos toques pasaban desde la punta hasta mis testículos, solo podía contestar con gemidos ahogados y suplicar entre esos mismos gemidos que siga, se sentía tan bien, tomé su mano y la adentré en mi pantalón, implorando que vaya más allá. 

― estás mojado, no es así zorrito? ― puso la yema de sus dedos justo en mi orificio, me entumecí pero lentamente abrí las piernas, sin siquiera avisar metió un dedo dentro de mi, me mordí el labio y gemí su nombre. 

― ¡Cyno! ― levanté la cabeza, para que Cyno se acercase a mi cuello y comenzará a dejarme chupetones, este momento.. comienzo a adorarlo, quiero más, mi cuerpo pide más.

De uno, pasaron a entrar y salir dos dedos, todo esto comenzaba a volverme loco, imploré por más pero Cyno se detuvo. ― ven, déjame mostrarte algo. ― Cyno movió las cosas de mi mesa y se sentó en está, se bajo el pantalón junto a los boxers y me dejó apreciar su largo falo, mis mejillas volvieron a enrojecerse a mas no poder, antes de reaccionar él tomo mi cabeza y me acerco a su abdomen. 

― c-cyno. ― no podía concentrarme teniendo su miembro en mi mejilla, con torpeza comencé a masturbarlo, lamiendo el grueso pene y metiéndomelo a la boca, inesperadamente Cyno volvió a agarrar mi cabeza y a moverla de arriba a abajo, comencé a chuparlo como pude hasta que Cyno eyacule en mi boca. 

― trágatelo, vamos.. ― acarició mi cabeza. ― supongo que te toca disfrutar un poco.. ― se bajo del escritorio y para empezar, me tomó con suavidad y me colocó en el escritorio, quitándome la ropa, luego me acostó y volvió a meter un dedo, dos.. tres, gemí alto y me tapé rápidamente la boca. ― no te tapes la boca, quiero oírte. ― susurró Cyno ―

Él estaba apunto de meter su enorme miembro dentro mío, cerré los ojos preparándome, pero una voz me hizo abrirlos. ― ¿¡Maestro Tignari?! ― puta madre.

― ¡C-Collei! ― me enrojecí y me tapé la cara, y aparentemente, lo que pude de mi cuerpo desnudo, Cyno se vistió lo mas rápido que pudo y Collei se quedó en shock. 

― Eh.. ehem, Collei no te dijo Tignari que no entres sin permiso?! ― ella no respondió, aún estaba en shock.

― Ay.. dios, C-Cyno. ― él me miro y me arropó con mi polerón y mi ropa interior, me ayudó a limpiar un poco entre mis piernas lo mojado que estaba y al finalizar terminamos de vestirnos.

Ambos miramos a Collei, me sentí apenado e intenté dialogar con ella. ― Collei.. ― ella por fin respondió, nos miró a ambos con la cara totalmente hecha un tomate. ― ustedes dos.. estaban.. ― Cyno se río levemente y desvió la mirada. ― s-si.. eso, no le digas a nadie. ― 

― s-si.. eso.. ― Collei salió de la habitación y se fue directo a dormir.

 ― Collei salió de la habitación y se fue directo a dormir

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Reforzando la amistad || Cynonari (One shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora