The Perfect Girl -LSDLN Roberto Canessa

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Martha

Ya estabamos casi todos dentro del avión, Nando y Roberto estaban afuera aún.

Desde la ventana pude ver como ambos hablaban sobre algo, Roberto se levantó dandole la espalda a Nando, creo que ya sé porqué.

Numa igual de curioso que yo veía desde la ventana.

Nando se fue dejando a Roberto solo.

Esos dos discutían de algo importante, lo que no entiendo es el porque Robe esta en negación.

Día 34 - Comienza el deshielo

El calor ya era más notorio, los tempanos que se habían formado ya estaban derritiendose, ahora no teníamos que usar tantos sueteres para estar afuera.

Algunos nos quitabamos la ropa de arriba para trabajar más cómodos, pareciera que estabamos en primavera acá.

Gracias a Gustavo me enteré de la condición de Arturo y Vasco, Arturo estaba muy grave. Se notaba, no podía respirar bien y estab maltratado. Vasco aveces alucinaba.

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Martha

En la noche, Arturo luchaba por respirar.

No podía hacerlo por si solo, ya no más.

-Pongamoslo acá.

Como pudimos lo sacamos de la hamaca para recostarlo en el piso.

-Estoy acá, Estoy acá - hablé buscando tranquilizarlo

-Respirá conmigo, Arturo. Dale - le habló Gustavo

Gustavo le hacía compresiones en el pecho, ayudándolo a respirar.

Arturo no aguantaba más, tenía los pulmones llenos de liquido.

-Eso, eso.

-Bien Arturo, vas a estar bien - le dije mientras acariciaba su cabello.

Levante mi mirada y ví a Roberto observando la escena, el no se molestó en ayudar, que le sucedía?

-Eso.

Gustavo se separó de Arturo, su respiración ya estaba normal, pero sabíamos que no duraría.

La mañana siguiente Arturo no despertó, falleció mientras dormía.

Me acerqué a su cuerpo, que ya estaba afuera con los demás, y saqué su cruz.

Se nos había hecho costumbre sacar las pertenencias de los fallecidos, para guardarlas, yo me quedaba con los rosarios o cadenitas, Roberto igual.

Después ví como Gustavo sacó una carta del sueter de Artuto, la guardó en una valija con varías cosas.

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Martha

Los chicos se estaban alistando para salir de expedición.

Yo quisé acompañarlos pero recibí un "No" como respuesta.

No sé si era fantasía mía o era verdad, pero notaba a Roberto más seco, distante, casí no hablaba ya.

Se despidió de mí con un beso en la cabeza y se volteó sin mirar atrás.

Qué le pasaba?

4 fueron los que emprendieron camino.

Pasado ya un rato de su partida, estabamos afuera, no había nada que hacer ya. 

Esperar, supongo.

Mi cabeza comenzó a doler, esta vez más que las otras. Sentía un pítido en mi oído igual.