The Perfect Girl -LSDLN Roberto Canessa

18

Martha

Desperté por un sentimiento de tristeza, lo primero que ví al abrir mis ojos era la luz del sol que apenas se hacía presente.

Creo que desperté más temprano.

Me acomodó y tomo asiento, fijo mi vista en un punto del avión. Todos estan callados viendo algo, Pancho esta sollozando.

Al fondo del avión esta el cuerpo de Numa en los brazos de Gustavo.

Mi pecho se comprime y siento un dolor, en el tiempo que estuvimos acá Numa siempre se esforzó en ayudarnos, protegió esa parte que nos hacía humanos y tuvó fé hasta el último momento.

Nando me dijo que Numa había dado su consentimiento para alimentarnos de su cuerpo, tal vez el haya rechazado la idea de comer del cuerpo de alguien más pero le estare agradecida de permitirnos vivir un poco más gracias a el.

Gustavo tomo la mano de Numa y al abrirla sacó un trozo de papel, leyó lo que decía y se lo paso a Pancho, poco a poco lo fueron pasando al leerlo.

Llegó a mis manos y leí:

No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos

Algo cálido se encendio dentro de mí y la lagrimas de hicieron presentes queriendo salir de mis ojos.

Le pase el papel a Nando y el se lo dió a Roberto quien al leerlo levanto la cabeza con una mirada asegurada.

-Salimos mañana

**************************

Martha

Comenzamos el día preparando las cosas para que los chicos pudieran aguantar el largo camino que les esperaba.

Los que saldrían rumbo a Chile serían Roberto, Nando y Tintín.

Mientras acomodabamos las cosas junto con la comida y agua no podía dejar de rezar en mi mente.

Le rezaba a todos los santos que cuidaran de los tres que saldrían, que los acompañaran en todo momento y que les permitieran regresar con vida.

Le pedía a los amigos muertos que acompañaran a los chicos en cada paso y que no los abandonaran hasta que llegaran a Chile.

Pedía que les dieran todas fuerzas para que resistan el viaje.

El atardecer se hacía presente, trayendo un hermoso paisaje que nunca habíamos visto. Quería tomarlo como una señal de que todo saldría bien.

Algunos empezaron a entrar al avión pero yo me quedé afuera admirando los colores que se veían, degradados de naranja y amarillo con rosa y violeta que terminaban en un azul oscuro que traía la noche con el.

Caminé alejandome del fuselaje quedando cautivada por la vista.

-Es hermoso este atardecer, no creés? - le pregunte a Roberto que estaba a un lado mío, mientras exhalaba lo último que quedaba del pucho que estaba fumando.

-Es bellisimo, no había visto algo así en el tiempo que llevamos acá.

-Todo saldra bien, yo sé que van a llegar a Chile y vamos a salir de acá - aseguré volteando a verlo.

-Yo sé, podremos vivir nuestras vidas al salir de acá - me dijo tomando mis manos y dandome una sonrisa de boca cerrada - Pero quiero pedirte algo Martu.

-Qué cosa?

Gire mi vista buscando ver a alguien pero ya no había nadie afuera, solo estabamos Roberto y yo.