Capitulo 2

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-Yo no tengo la culpa de tu equivocación. –Dijo con tranquilidad Hyunjin.

-Ni yo de la confusión de números que existe. -Se defendió el acusado.

-Entonces llamá al número correcto.

- ¿Quién sos? –Volvió a insistir el extraño con la pregunta.

- ¿Tengo que decírtelo?

-Sería lo correcto.

-O no, porque vos te equivocaste, evidentemente sos el responsable de esta situación.

-Me das curiosidad. –Admitió.

-Vos a mí me decepcionas.

-Ah, sí. ¿Y por qué?

-Considerando el año en el que estamos y aún seguís siendo tan básico y anticuado que saludas a tu novio con un «buenos días, amor».

- ¿Y qué tiene de malo? –Preguntó ofendido.

-No sé. –Admitió Hyunjin. Simplemente así le parecía a él.

-Entonces no atiendas la llamada si tanto te molesta.

-Si suena...

- ¿Te estás burlando de mí?

-Vos dirás. Llamas y yo contesto. ¿Es eso burlarse?

-Tenés una voz cálida. –Dijo y eso logró desestabilizar la burla de Hyunjin por un segundo, pero rápidamente volvió a su papel.

-Seré cálido entonces.

- ¿No lo sos?

- ¿Y qué te importa?

-Mierda... -Rio frustrado por las constantes evasivas del chico al otro lado del celular- ¿cómo te llamas?

-Por lo visto ya te diste cuenta de que no soy tu amor. –Respondió Hyunjin.

-No estoy seguro aún.

- ¿De verdad?

-Esta bien, me confundí y lo reconozco, pero vos sos interesante.

- ¿Por qué te escucho?

-Debieras cortar entonces. -Lo provocó.

-Si eso querés. –Dijo desinteresado- Pero no soy tan mal educado.

- ¿Vas a seguir sin decirme tu nombre?

- ¿Importa mucho, aun sabiendo que te equivocaste?

-Quizá me gusta haberme equivocado.

-Ah. –Aquella respuesta lo había dejado desconcertado. No se esperaba ese cambió de actitud.

- ¿Tanto te asombra? –Preguntó con gracia ante la falta de respuesta burlesca.

-La verdad, es que no estoy seguro de nada.

-Ya agendé el número. Tu número. –Dijo e hizo énfasis al decir lo último.

-Muy bien.

- ¿No te importa?

-Yo no soy tu amor. –Le recordó Hyunjin mientras observaba a través de su ventanal el sol elevarse cada vez más en el amplio y despejado cielo de la mañana.

-Pero tenés voz de amor.

-Qué novedad... -Respondió el pelinegro rodando los ojos. A los hombres de su tipo no les creía nada.

- ¿Qué haces?

-Estoy acá.

- ¿Y dónde es acá?

-En mi lugar.

- ¿Y qué tiene de bueno ese lugar?

-Que es mío. –Respondió. Y era verdad. Desde que se había mudado a su propia casa Hyunjin era más feliz, viviendo como quería y sin que nadie se interpusiera en la forma en la que vivía el día a día.

-Quien lo diría... por lo visto la confusión de número me ofreció la oportunidad de conocer a un descarado.

-Eso sí que no. –Se defendió Hyunjin- El descarado sos vos, que perturbas mi descanso.

- ¿Qué cosa haces?

-Lo que me da la gana, me gusta y prefiero. –Dijo antes de cortar.

Hyunjin volvió a mirar el celular entre sus manos. El silenció lo envolvió por completo y volvió a acomodarse en su sillón. Su mañana había dejado de ser tranquila y todo por una estúpida llamada.

***

-Minho, dejá ya el teléfono. –Protestó enojado su hermano Felix.

-Es que llamo a Seungmin y me sale equivocado.

-Habrás anotado mal un número.

-Eso creo. –Suspiró frustrado- Si no hubiese perdido su anterior celular esto no estaría pasando.

-Entonces olvídate de la llamada.

-Me responde un sinvergüenza.

Felix suspiraba del cansancio. El y su esposo Changbin trabajaban en la joyería mientras atendían a los clientes. Felix buscaba en la trastienda algo concreto y no podía evitar distraerse al ver a su hermano dando vueltas inquieto por el lugar sin ayudarlos.

-Minho, deja ya el celular. ¿Por qué no venís a ayudarnos mejor? –Preguntó, aunque ya sabía la respuesta. No iría. Nunca lo hacía.

Minho era una persona que vivía de las emociones y de las sensaciones. ¿Cuándo maduraría? ¿Cuándo se daría cuenta de que la vida no era una frivolidad?

-Lix. –Lo llamaba Changbin, y una vez encontró la mercadería que necesitaba se encaminó hacia el frente de la tienda. Aun así, al pasar otra vez por donde estaba su hermano se detuvo.

- ¿Por qué Seungmin no te llama a vos? – Preguntó, pero Minho no lo escuchaba. 

El rubio marcaba el mismo número. ¿Obsesión? Tal vez.

-Lo que buscas vos...-Volvió a hablar Felix aún sabiendo que estaba siendo ignorado completamente- son emociones nuevas.

Minho marcó el mismo número una vez más esa mañana. Ya sabía que no iba a responder Seungmin. Ni sabía ya si quería que respondiese de todos modos. Su hermano tenía razón, él vivía de emociones nuevas cada día.

Marcó el número y tal vez fuera por la equivocación, pero ya jamás se olvidaría de aquella secuencia numérica. ¿Quién estaba al otro lado? Fuera quien fuese, evidentemente era un chico joven, irónico y frívolo. A pesar de que podía rastrear la llamada con ayuda de uno de sus amigos no lo hizo, después de todo le daba curiosidad, no merecía la pena buscar el nombre. ¿Para qué? Era novedoso para él hallar algo diferente.

-Minho, Changbin dice que vengas al mostrador un segundo. –Pidió Felix asomándose nuevamente en la trastienda, pero Minho ya no estaba allí.

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Buenos días, amor - [Hyunho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora