Capitulo 5

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Seungmin se quejaba y Minho solo caminaba a su lado ignorándolo mientras de dirigían al comedor. Obviamente aquel tipo de silencio no le caía muy bien al castaño quien le reclamaba no haberlo llamado en la mañana y dejándolo esperando por varios minutos cuando fue a buscarlo.

Sin cambiar la expresión neutra ingresó al comedor con Seungmin. Y allí se encontraban las mismas caras de siempre, las mismas sonrisas falsas y los mismos intereses egoístas que caracterizaban a la clientela del lugar.

Tenían una mesa reservada para ellos. La mesa de siempre, la que ocupaba casi todos los días. Hoy con uno y mañana con otro, pero que actualmente ocupaba el hijo de la familia Kim. No iba a negar que de momento le gustaba y posiblemente terminara casándose con él, aunque lo de casarse era un decir, ya que Minho amaba su libertad y su independencia. Claro que un día tendría que formalizar, ponerse al frente de una joyería, como deseaba su hermano y su cuñado, y pensar con más cordura. Pero hasta llegar a ese punto Minho aún consideraba que le quedaba bastante tiempo.

-Te repito...- Insistía Seungmin tomando asiento en la mesa con ayuda de un Minho caballeroso que retiraba la silla para él- que no soporto que aparezcas cuando vos querés. Ayer a la noche me dijiste que me llamarías en la mañana para coordinar una cita. ¿Y qué fue lo que pasó? Nada. Apareciste en la puerta de mi casa, tocaste el timbre y me apuraste a bajar cuando ni siquiera estaba preparado.

-Ya te dije que no tuve tiempo de avisarte.

-No me digas que estuviste ocupado en negocios.

-Debería estarlo, pero solo fui víctima de una interminable charla de mi hermano y cuñado.

-No veo necesario que tengas que ser trabajador además de dueño. Si ellos quieren serlo, que lo sean. Para tu cuñado... -Comenzó a decir Seungmin interrumpiendo los pensamientos de Minho- es sumamente fácil trabajar atendiendo al público. Así empezó ¿no? Luego tuvo la suerte de casarse con Felix...

Minho al escucharlo frunció el ceño. Él admiraba a Changbin y sabía cuánto se amaban él y su hermano. Por esa razón no puedo evitar confrontar a Seungmin.

-No estarás diciendo que Changbin se casó con Felix por la herencia, ¿verdad?

-Ah, no sé. En esos asuntos no me meto.

-Pero lo estás insinuando. –Refutó Minho.

-Mirá, cuando el dinero anda de por medio... uno nunca sabe qué pensar. –Se encogió de hombros el castaño.

-Que yo sepa...- Dijo Minho entre dientes- vos no abundas en fortuna y yo sí la tengo.

- ¿Qué querés decir?

-Bueno, perdón me exalté. Lo cierto es que jamás estamos tranquilos un día entero, siempre encontramos motivos para pelear.

-No te olvides el nombre que llevo y a que familia pertenezco. El hecho de que no tengamos negocios, no significa que no tengamos dinero. -Exclamó enojado Seungmin.

Minho se alzó de hombros y decidió no seguir con aquella conversación que no los llevaba a ningún lado. En ese momento al recorrer con la mirada el lugar se tropezó con unos ojos negros masculinos.

-El chico con acento extranjero. –Exclamó- Seungmin, mirá con disimulo. –Dijo llamando su atención- ¿Conocés a esos tres que están en la mesa junto al ventanal? No mires descaradamente.

Seungmin lanzó una mirada distraída por todo el comedor y se fijó en las tres personas que comentaba Minho.

-Ellos son abogados, tengo entendido. Me refiero a la pareja de adultos. Tienen un despacho en el centro, son bastante conocidos. Al chico no lo conozco, aunque me parece familiar su cara. Será el hijo, supongo.

Buenos días, amor - [Hyunho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora