Capitulo 11

115 21 0
                                    

-Pero... -balbució- ¿de dónde saliste?

-Te sorprendí, ¿verdad? –Preguntó con gracia- Estuve esquiando. Llegué ayer a la noche, pero ya era muy tarde para llamarte. Además, no quería saludarte con un «buenas noches, amor». Sería como romper el cliché que tanto te gusta. Soy muy considerado, ¿o no?

-Te fuiste repentinamente y pensé que no volverías.

- ¿Me extrañaste? –Preguntó con una sonrisa tirando de la comisura de sus labios.

-No estoy seguro.

-No podía más, mi amor. En realidad, sigo sin saber cómo te llamas. Pero no creo que eso tenga importancia ahora. ¿Recordás por qué empecé a llamarte? Por equivocación... en realidad llamaba a mi novio Seungmin, pero ya no tengo novio. Dejar a un chico corriente no causa trauma, ni en él, ni en mí, ni en lo círculos sociales. Pero dejar a Seungmin es completamente distinto. –Admitió, y en su forma de hablar podía sentirse el cansancio.

-Y lo dejaste- Dijo Hyunjin como si no lo supiera.

-Lo hice antes de irme y te lo diré ya que como tengo que desahogarme con alguien, pensé que vos me escucharías con más atención dado que no nos une más que un saludo de mañana y unas conversaciones telefónicas triviales. Pero dentro de esa trivialidad a mí me gusta contarte cosas... estas cosas mías, que vistas ahora un poco de lejos resultan infantiles y estúpidas.

-Te estás poniendo serio.

-Alguna vez hay que serlo. Ya no soy un niño, y de un tiempo a esta parte me noto insulso, como si viviera sin un sentido de responsabilidad. Te voy a decir algo más, cuando voy a la casa de mi hermano y lo veo con su marido junto a sus dos hijos, siento en mí interior una especie de vacío desconcertante. Seguro que en el fondo soy hogareño, decente, formal y hasta sentimental. ¿Puedo seguir hablando, desconocido?

-Si crees que lo necesitas...

-En cierto modo lo hago. Si te digo que estoy enamorado de tu voz y a la vez atraído poderosamente por un chico con acento extranjero y de unos ojos negros deslumbrantes, me llamarías imbecil.

-Yo no juzgo, solo escucho.

-Gracias. –Dijo honestamente dejando salir un suspiro de alivio- Escuchar es casi una virtud. En si amo a dos personas a la vez, al chico de mirada oscura y atrayente y a vos por tu voz y tu paciencia. Ya sé que estás pensando que soy un tipo complicado y contradictorio, pero yo no niego nada. Tal vez sea lo que pensas. Ahora mismo no me he levantado aún, sigo desnudo en la cama. Ya te dije en una vez que duermo desnudo, pero no pensés que te lo digo para llevar la conversación a terrenos eróticos, no podría con vos. Tal vez con el chico de los ojos negros, pero vos para mí sos un desahogo espiritual, y a Hyunjin... se llama así, ¿sabes? Lo deseo de una manera abrumadora. Ya sé que no debería ser tan sincero, pero si le cuento a mi hermano esta serie de cosas mías, tan íntimas, me llamará de nuevo prostituto. En cambio, pienso que es lógico que conviva con dos sentimientos distintos. Uno más puro y otro más carnal. Es la primera vez que me pasa.

-Estás cayendo en tu propia trampa.

- ¿Te dije que me llamo Minho?

-Si. Más de una vez.

-Bueno, podes llamarme así si querés.

-Está bien, Minho, podes continuar si querés.

- ¿No te canso?

Hyunjin miró a su alrededor. El sol aún invernal parecía golpear los ventanales y el cuadro en el caballete se diría que esperaba su colaboración para ser finalizado, pero Hyunjin seguía recostado entre almohadones con el celular apretado contra su oído y fumando el segundo cigarrillo del cual aspiraba el humo de forma apresurada.

Buenos días, amor - [Hyunho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora