Capitulo 9

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Era más que sabido que se estaba metiendo en un callejón sin salida, Hyunjin era consciente de eso. Lo sabía. Pero...

-Todas esas mentiras juntas te van a cobrar factura tarde o temprano, ¿no te parece que ya fue suficiente? Creí que eras más sensato. Su hermano Felix es una persona a la que conozco hace mucho tiempo y me cae muy bien. Y te aseguro que está inquieto por las idas y vuelta de su hermano.

-En el fondo habrá quedado algo madurez y sensatez, mamá.

-Nunca te vi tan interesado en alguien. –Dijo su madre mirándolo con ternura y un poco de preocupación.

-Por eso te lo cuento. –Respondió en un suspiro su hijo.

- ¿Y si descubre tu mentira, Jinnie?

-No lo hará. Logré llegar hasta este punto sin ser atrapado, además, dudo que alguien sepa que existo y quien soy. Aun suponiendo que se atreviera a buscarme aquí, veo muy difícil que a la vez descubra que soy la voz. He tomado todas las precauciones posibles, no te preocupes.

-Pero... ¿tanto te interesa?

-No lo sé.

-Es la primera vez que prestas tanta atención a otra persona.

-Soy sensible, mamá.

-Eso es verdad, solo te pido que no te dejes engañar por un poco de sexo. –Advirtió su madre en tono de broma para alivianar un poco el humor.

-A veces ni eso es suficiente para mantener el interés cuando todo termina desvaneciéndose en las ilusiones tontas de los veintidos años.

Madre e hijo se encontraban charlando cómodamente en el pequeño rincón de arte que tenía Hyunjin. Su madre no solía ir por allí, pero el la llamó. Nunca tuvo secretos con ella. Es más, cuando ocurrió el primer y último desengaño amoroso fue a la primera persona a la que se lo contó. Su madre significaba el equilibrio, la tranquilidad y el sostén en su vida.

Para Hyunjin había sido la primera relación profunda y emotiva. Es más, tuvo relaciones íntimas con él y quizá fue el motivo mayor de su interés pasional. Cuando se vio solo y sintiéndose dejado tirado, el desahogo con su madre tranquilizó su adolorido y roto corazón, lo ayudó a recuperarse, a controlar las emociones y a volver a convertirse en la persona alegre que solía ser.

Por eso sus padres le permitían vivir a su manera, porque sabían lo equilibrado y maduro que era su hijo, después de atravesar esas experiencias.

-Eso no se desvanece nunca, hijo. Crece, muere y vuelve a crecer. Si todo se basara en una ilusión, el mundo sería muy corto, estaría limitado, pero por el contrario es grande, Hyunjin. Expandido al máximo y eso lo hace interesante y emocionante.

- ¿Qué crees que debo hacer? –Preguntó con verdadera incertidumbre.

-Tenés que ser precavido. Jugá si querés, pero no comprometas tus sentimientos. Ese chico, Lee Minho, es una persona frívola, le gusta coquetear, pero no profundizar sentimentalmente con otros.

- ¿Y si soy yo el que le enseña cómo hacerlo?

- ¿Te encontras con el valor suficiente como para arriesgarte a hacerlo? - Quiso saber su madre mirándolo y viendo los hermosos ojos de su hijo titubear un poco con la indecisión.

-Al menos creo tener fuerza. Un fracaso entristece, pero también enriquece... y enseña. Los sentimientos liman asperezas, sensibilizan y enamora a veces.

-Estas hasta las manos hijo mío. –Rio con ternura su madre dejando una cálida caricia en su mejilla y mirándolo con amor- Pero si ya estás interesado, dejáme decirte que el día que descubra tu secreto y tu mentira puede que el reaccione mal y va a dolerte mucho. Lo que yo temo es tu dolor. No el de Minho, después de tantas experiencias, Lee Minho está curado de espanto y también de sentimientos.

Buenos días, amor - [Hyunho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora