PRÓLOGO

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Nunca me consideré un tipo enamoradizo

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Nunca me consideré un tipo enamoradizo. ¿Era amoroso? Sí. ¿Era romántico? Solo cuando lo ameritaba. Pero ¿Enamorarme? En mis treinta y cinco años de vida jamás me enamoré y no, no hablo que no experimenté nunca el sentimiento del amor. 

Soy más de esos que creen particularmente que el amor se expresa en diferentes maneras, formas e intensidades. Uno encuentra amor cuando comparte un momento grato con amigos, cuando toca la guitarra con los hermanos, cuando juega con los perros o cuando comparte una charla con la vieja. A lo que voy es que nunca nadie me elevó a ese estadío de enamoramiento en el que recae el burdo ser humano cuando idealiza a una persona y se estupidiza con ella. 

En general tenía buena compañía en las noches de soledad pero nunca tuve la necesidad de ponerme el título de novio con nadie. Es que las relaciones desde el vamos me parecían complicadas, y ya con mi experiencia y el estilo de vida que llevaba, algo más grande que yo, me estaba dando señales que para mí lo serían muchísimo más y no me quería meter en ningún quilombo de esos.

Lo ideal para mí era mantenerme de esa manera. Básicamente ya me había resignado a vivir el resto de lo que me quedaba de vida con mi compañera soledad, y eso tampoco era algo que me pesara.

En ese sentido siempre fui diferente a mis hermanos. Gastón se había separado hace un tiempo y encontró a su otra mitad en Micaela Vitela, probablemente una de las tipazas más buenas del mundo. Y Pato por otra parte, bueno...

Con Patricio la cosa era bastante complicada. Años envuelto en una relación tóxica con la misma mujer podían hacerte mierda la cabeza y el corazón, y entendía que su visión del amor y el enamoramiento eran muy diferentes a las mías. Era totalmente válido que decidiera ser un tiro al aire, de hecho jamás lo juzgué en sus asuntos amorosos. Él tenía muchas novias, parecía que su corazón era lo suficientemente grande para repartirlo entre tantas mujeres y eso me daba gracia en un punto porque lo veía enganchado dos semanas y después caía con una nueva, sin soltar a Melisa, claro. Su único y gran amor, como decía él. 

Supongo que el mundo se me dió vuelta y mis ideales se cayeron al piso en ese preciso instante que la ví. No sé si creía en el amor a primera vista, al menos no hasta ese momento porque me parecería un poco fantasioso creer que algo así puede suscitar, pero les juro que la única explicación que puedo dar cuando recuerdo ese sentimiento, cuando recuerdo ese momento exacto en que se cruzó en mi vida...

Porque se cruzó. Literalmente.

Es que fue amor a primera vista. 

Yo me enamoré de Mila. 

Mila me tiró el muro abajo de una patada. Todo mis prejuicios sobre el amor, y esos temas me lo descartó en segundos.

Diría que me sobornó la razón.

Ella me hizo ver que podés amar a alguien desde una idealización, que podés estupidizarte con tan solo su existencia y lo peor es que ella ni siquiera me miraba. Me encantaría decir que me hizo cambiar mi perspectiva sobre las relaciones pero no tuve la oportunidad de siquiera intentar algo con ella. La realidad es que fui un boludo y la tibieza me jugó en contra porque Patricio fue más rápido. 

Podría decir: "Patricio me ganó de mano" pero no quería comparar a Mila con un juego, díganme banana si quieren, pero yo sabía que era políticamente incorrecto todo el tiempo, sin embargoesa mujer me parecía sagrada porque sí y me hacía llegar a esos extremos dónde la posicionaba en un estadío divino.

Mila lo era todo para mí y en mi idealización era perfecta. ¿Lo malo? Lo malo es que Mila en la realidad eran cien veces mejor de esa porción que imaginaba y me mordía la lengua por no poder hacer nada porque Mila... Mila era mi mejor amiga y la novia de mi hermano. 

¿Y yo? Un cagón. Un cagón que no supo actuar en el momento indicado porque si las cosas hubieran sido claras desde un principio quizá no me encontraría en esa situación, pero también entendía que todo acontecía de una manera por algo. Así qué ahí estaba, a punto de tomar una decisión que cambiaría el rumbo de mi vida y de mis relaciones personales. 

"Te amo, te amo y te amo amor. No me importa decirlo así. Ya me pasó la última vez que otro gil lo dijo por mi."

ROMPECABEZAS DE AMOR- Guido Sardelli (AIRBAG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora