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-No, pero mirá qué lindo que es, la puta que me parió

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-No, pero mirá qué lindo que es, la puta que me parió. Me quiero matar.

Mila está acostada con la cabeza en mis piernas. Encima de su abdomen tiene una guitarra criolla que abraza con énfasis y yo estoy obligado a ver en la tele un show nuestro entero.

-¡Boludo! No puede tocar así la guitarra.- vuelve a decir y yo me río.

Me río para no llorar.

Está embelesada mirando a mi hermano, la carita de tonta que tiene me destruye por completo. Nunca ví a alguien que mire a Pato como Mila lo miraba a él, y eso que ví a mi hermano con un desfile de muchachas a su lado y jamás nadie lo veneró tanto como ella.

La morocha movía apenas su cabeza al ritmo de sus piecitos que chocaban contra el colchón y sus manos que  rasgaban de manera casi inaudible la guitarra queriendo imitar lo que hacía Pato en el solo de Bajos Instintos.

-Es que...- detuvo la presentación y me miró.- ¿Vos le viste el pelo?¿Los gestos que hace?- dice entre sorprendida e indignada.-¿Cómo va a hacer esos gestos? ¿Cómo va a tener esa cara? Que bendición tu mamá, por favor.- me dice volviendo la vista a la televisión, poniendo play, y yo vuelvo a reír.

En el fondo pienso que ella es divina y que su corazón es enorme.

Mi amiga me había cumplido el capricho de salir a tocar a la terraza y un rato despues volvimos a la habitación a terminar de preparar las valijas. El trayecto hasta el aeropuerto fue un poco pesado en cuanto a energías, Mila no estaba mejor pero al menos no había llorado en lo que iba del día y lo bueno es que estaba distraída con sus hermanas, mientras que el mío se aisló con la colorada. Por mi parte, Gastón y yo volamos absortos hablando de algunas ideas para los próximos shows y algunas canciones. Cómo de costumbre, cuando llegamos al aeropuerto, saludamos a algunos fans y fuimos directo al hotel pero hubo un pequeño problema cuando nos identificamos para que nos den las llaves de los cuartos.

Tal y como esperábamos, cuando nos fuimos a registrar y a recibir las tarjetas para nuestras respectivas habitaciones, resulta que se habían olvidado de cambiar, más bien de hacer una nueva reserva para que o Patricio o Mila tuvieran una habitación de más, dado que venían durmiendo juntos desde que empezó la gira exceptuando en las última fechas. Los últimos días no hubo problema en simplemente cambiar de llave y de habitación entre nosotros, o hacer una nueva reserva, el problema ahora es que las habitaciones, COMO NUNCA, estaban todas reservadas y Mila no tendría habitación propia.

-Pero venite a dormir conmigo.- dice Mía y Mila asiente.

-Sí, disculpe que me entrometa.- dice la recepcionista.- Tengo dos reservas con cama matrimonial, una es de Gastón Sardelli junto a Micaela Vitela y la otra es a nombre de Patricio Sardelli junto a Mila Vitela. El resto de las habitaciones, tanto para la señorita Mía como para el resto de, lo que entiendo es staff, son habitaciones con cama individual.

ROMPECABEZAS DE AMOR- Guido Sardelli (AIRBAG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora