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NOTA DE AUTORA: los capítulos pueden contener modificaciones a conveniencia de la trama

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NOTA DE AUTORA: los capítulos pueden contener modificaciones a conveniencia de la trama.

El día que conocí a Mila, había levantado a Patricio del sillón con una resaca terrible. Habíamos vuelto de las vacaciones en Punta del Este el día anterior y mi hermano había decidido emborracharse en el living de mi casa porque había tenido una pelea grande con Melisa, la mujer que lo acompañó los últimos diez años. Meli era una mina copada pese a la superficialidad que podía mostrar en las redes sociales, en realidad había bancado a mi hermano en todas y por más que ella no fuera una santa, tenía todo el derecho de ponerle un punto final a la relación sin importar cuál fuera el motivo

Pato había quedado destrozado.

Por situaciones así, escribía letras como Cicatrices, pero las canciones y el hit poco me importaba cuando era yo el que le sostenía la cabeza para que vomitara cuando se ponía borracho.

-Dale negro, arriba.- dije sobando su espalda y ayudándolo a que se levante del suelo.

Patricio tosió un poco y con dificultad tiró de la cadena.

De ruido ambiente se escuchaba la ducha golpear contra la bañera y algunos murmullos inentendibles de mi hermano.

-¿Podés mantenerte en pie?- pregunté y él simplemente me ignoró, tenía la mirada perdida.

Se tambaleó agarrándose de mí y bufé bajando la tapa del inodoro para sentarlo.

Hoy había sido una de esas noches donde volvía a acudir al alcohol para evadir sus problemas, solo que esta vez, el problema cambiaba de nombre. Mi hermano ya no solo se emborrachaba por Melisa, ahora lo hacía en nombre de Mila.

Me era penoso y me sentía triste cada vez que se ponía así, la verdad es que con Cuti nos cansamos de hablarle pero entendíamos que cada vez que se alcoholizaba no le hacía mal a nadie. Bueno, a nadie que no fuera el mismo.

Pato estaba en un proceso del que no salía hace años, y con mi hermano más grande entendimos que él no iba a dejarse ayudar hasta que tocara fondo, así que por el momento solo estábamos para él en situaciones así...

Bañándolo.

Muy en el fondo tenía la esperanzas que Patricio cambiara su estilo de vida en algún momento porque cada vez se hacía más insostenible, creía fervientemente que él no merecía eso pero como yo siempre supe que no podía hacer nada, mantuve y mantengo la fé que algún día se va a dar cuenta que está meando afuera del tarro y se va a rescatar.

-Cuidado.- murmuré ayudándolo a salir de la ducha después de haberlo dejado un rato abajo del agua.

Se había despertado un poco más así que fue más fácil que se vistiera y se lavara los dientes. La cabeza se le partía así que le di un calmante y así como tocó la cama, se durmió.

ROMPECABEZAS DE AMOR- Guido Sardelli (AIRBAG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora