Te amo, te amo y te amo amor. No me importa decirlo así, ya me pasó la última vez que otro gil lo dijo por mí.
Un universo alterno de Him and I, dónde después de problemas, confusiones y un corazón roto, Mila Vitela y Guido Sardelli pueden estar jun...
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DISCLAIMER: Este capítulo es un loco, como todo el resto, pero hay leve mención de traumas y violencia física y verbal.
Mila's POV
Guido y yo nos despertamos re descolocados de la siesta que metimos. Mientras él se desperezaba, yo estiré un poco la espalda porque me sentía re tensa.
-Fua, estás crocante.- dice mi amigo riendo porque me sonó parte de la columna y yo me río con él.
-Los años no vienen solos, por favor. Tocar la guitarrita encorvada, no me ayuda.- me relajo y me levanto como él.- No llego a los treinta, amigo.
-¡Para!- dice riendo de manera exagerada, solo como él sabe.
Que linda risa que tiene Guido.
-Te juro.- respondo seria.
-No te das una idea del hambre que tengo. Me voy a morfar lo que haya en la heladera, el mate no es opción.- me dice, yéndose para la cocina y yo voy tras él.
-No, sí. El mate es opción mientras cocinamos algo.- me detengo cuando los dos llegamos a la heladera pero yo me apoyo en la mesada y me agarro el pelo en un rodete.
Guido saca una botella de Coca por la mitad, que anda a saber hace cuánto que tenía ahí y se bajó un cuarto de gaseosa.
-Querías coquita, me parece.- lo molesto y se ríe.
-Sí.- responde con una sonrisa medio culpable y cierra la heladera, dejando la botella en la isla de la cocina.
-Aunque estoy para que pidamos algo, eh.- me saco unos mechones de pelo y me cruzo de brazos, esperando que Guido haga algo.
Y con algo me refiero a que se ponga a cocinar o pida un Rappi de Mcdonald's.
Mi amigo me mira con los ojos entrecerrados.
-Primero, no vamos a pedir comida cuando podemos cocinar.- dice obvio y yo bufo en berrinche.- Segundo...- me mira y se ríe.- Me gustan tus rulitos, no te los ates.
Me quedo recalculando unos segundos lo que me acaba de decir y ahora la que lo mira raro soy yo.
-¿Eh?- el rubio se ríe y empieza a sacar unas ollas de la alacena.
-Sí, siempre lo tenés atado o planchado, nunca te lo dejas en paz. Tenés que ser más como yo, dejar tu pelo ser.- dice medio volado y me río.
