Me recogí el pelo con una pinza y me puse un vestido playero para estar por casa. Me miré en el espejo y me arregle unos mechones de pelo que se escapaban de mi recogido improvisado. Me puse un poco de colonia y sonó el timbre.
-Vaya!
Dijo Lucas que estaba en la puerta y me miraba de arriba abajo.
-Que tonto eres, si es un playero de estar por casa.
-Pues a mí me encanta. ¿Cuantos vestidos tienes?
-Unos cuantos, ¿No te gustan?
-Me encantan.
Ya estábamos en la cocina y yo abría la nevera para ver que preparaba para comer.
-¿Qué te parece espaguetis a la carbonara ?
-Me gustan mucho..
-¿Y una empanada de pollo para cenar? La puedo preparar ahora y así la tenemos echa. A mí me gusta más así que tan caliente.
-A mí me parece estupendo, pero no quiero que te pases el día en la cocina, podemos ir a algún sitio si quieres.
-Tenemos tiempo para todo, esta mañana la hemos pasado fuera, esta tarde nos quedamos en casa y mañana podemos ir algún sitio. ¿Vale?
-Vale.
Me lave las manos y empecé a preparar el relleno de la empanada. Pero tenía algo en la punta de la lengua y se lo tenía que decir.
-Eso sí no quieres ir a comer al rio con tus amigos, que sería lo más normal. Yo lo entendería.
Me cogió por la cintura y me dio la vuelta.
-Eva, tengo muchas ganas de que conozcas a mis amigos y hubiese sido un buen momento hoy en el río, porque estarán todos.
Y porque lo pasamos muy bien en esas reuniones. Pero estará Silvia, y visto lo visto no la quiero cerca nuestro.
-Pero podrías ir tú solo.
-Sí, podría. Pero no lo disfrutaría. Prefiero pasar la tarde contigo aunque que sea viendo una de esas novelas turcas.
-No me gustan las novelas turcas, ni las mexicanas, ni ninguna de esas. Pero tenemos Netflix, así que podemos hacer un maratón de algo.
Me colocó un mechón de pelo detrás de la oreja y me dio un beso.
-Me parece un plan perfecto.
Me giré otra vez y seguí con el relleno.
-Dime que puedo hacer.
Pregunto mientras se lavaba las manos en el fregadero.
-¿Qué tal se te da cortar verduras?
-Ponme a prueba.
Le di una tabla, un cuchillo, un rallador, una cebolla, un pimiento y un par de tomates.
-Los Tomates rallados y la cebolla y el pimiento cortados pequeñitos. Lúcete.
Le guiñé un ojo.
Mientras preparábamos la comida recibió un montón de mensajes, al principio los miraba y alguno lo contestó, luego pasó a ignorarlos y al final creo que le quito el volumen o bloqueo el número. Yo primero pensé que serían sus amigos, pero por su cara entendí que era Silva. No entiendo a esa mujer, ¿Es que no tiene nada de orgullo? ¿Cómo puede perseguirlo así? Y delante de todo el mundo. No sé qué pensar, porque a veces creo que debe estar muy enamorada para actuar así. Pero luego recuerdo que ella quien se fue a vivir a Madrid, y no lo entiendo.
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REINICIARSE A LOS 40
Любовные романыUna novela divertida y romántica, que nos cuenta la historia de Eva. Que a sus 42 años, no está en su mejor momentos y decide darle un cambio radical a su vida. Pero buscando la calma que ella cree necesitar, encuentra a Lucas. que la alterará en to...