Sonó el despertador y no sé si sentí más rabia o alivio, apenas había dormido tres horas y a ratitos. Quizás fue porque seguía asimilando todo lo que Lucas me contó ayer, o por la desesperación de volver a despertar cada uno en su cama, o por el olor a lavanda que desprendían mis sabanas. No lo sé. El caso es que eran las 7 de la mañana de un día muy largo y yo ya estaba cansada.
Me levanté, y por inercia me fui a la cocina y cuando estaba delante de la cafetera recordé que tengo que estar en ayunas para la analítica. El mejor día para no tomar café. Me tomé las pastillas justo con un traguito de agua, me di la vuelta y me fui a la ducha. Cuando sonó el timbre ya estaba lista, solo me quedaba acabar de hacer la cama.
-Buenos días vecina.
-Buenos días vecino.
Me besó.
-¿Nos vamos?
-Sí, dame un minuto. ¿Has tomado café?
Le pregunté mientras entraba en mi habitación y ponía bien la almohada y los cojines.
-Sí, si no, no funciono. ¿Y tú?
-Tengo analítica, no puedo.
-En cuanto te pinchen vamos a cafetería y te pido uno doble.
-No, un café con leche y azúcar.
-Eso ni te quita el sueño ni nada.
-¿En serio quieres discutir conmigo ahora?
Salí de mi habitación con el bolso, una carpeta con papeles y una cara de pocos amigos.
Lucas levantó las manos en señal de rendición.
-Cuando tú digas nos vamos.
-Pues vámonos.
Cuando me subí al coche vi que no estaba Thor y Lucas me dijo que ya lo había llevado a casa de Luis. Llegamos al hospital y primero fuimos a la sala de "Análisis clínicos", había bastante gente, pero la verdad es que cuando empezaron fue muy rápido. Y me pincharon a la primera, lo que no pasa siempre. Parece ser que el uso prolongado de la cortisona, puede engrosar las venas y eso dificulta las punciones para los análisis. Y claro una quiniela no me tocará pero algo malo...
Preguntamos a donde teníamos que ir para la ecografía y sí podía ir a desayunar primero. Y nos dijeron por dónde ir y que si, que fuese a desayunar antes de ir. Así que fuimos a la cafetería, que eso sí que estaba bien indicado, y me tomé un café con leche y un cruasán. Lucas se tomó un café solo, había estado muy callado todo el rato.
-¿Todo bien? Estás muy callado.
-Solo espero a que te haga efecto el café.
Intentó no sonreír.
-Que gracioso.
-Cariño, dabas miedo.
-Es que he dormido fatal, además estoy cansada de tantos médicos. Y ahora tengo que empezar otra vez con explicaciones, es un rollo.
Lucas me cogió la mano por encima de la mesa.
-Si te sirve de algo, no estás sola.
Desde luego que me servía, él ni se imaginaba cuanto me ayudaba su apoyo y su presencia.
-Claro que me sirve, muchas gracias, de verdad.
Llegamos a la sala de espera de "Diagnóstico por imágenes " tuvimos que esperar un rato. Pero una vez dentro también fue bastante rápido. De allí fuimos a "oftalmología".
-Aquí no será tan rápido.
Lo miré preparándolo.
-No tenemos prisa.
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REINICIARSE A LOS 40
РомантикаUna novela divertida y romántica, que nos cuenta la historia de Eva. Que a sus 42 años, no está en su mejor momentos y decide darle un cambio radical a su vida. Pero buscando la calma que ella cree necesitar, encuentra a Lucas. que la alterará en to...