Capítulo 5: El acercamiento.

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¡Tengo un columpio! Y queda chulísimo. He puesto la mesa con las sillas saliendo al patio a la izquierda y el sofá columpio a la derecha, y aún sigue quedando mucho espacio. Será fantástico sentarse en el columpio a ver el paisaje.

Pensando en que prepárame de cena, he tenido una idea. Un pequeño paso más para caerle bien a mis vecinos. Le estoy preparando un bizcocho a Lucas, espero que me lo acepte. Y para mi amigo perruno estoy haciendo otro, he sacado la receta de YouTube "magdalenas para perros", la pinta es como las normales pero son sin azúcar ni vainilla y de zanahoria. Seguro que él sí me las acepta.

A las 9:15 estoy sentada en mi columpio, comiéndome un yogurt, fingiendo ante mi misma que no estoy esperándole. Pero la verdad es que he arreglado el patio y lo he puesto precioso, me he puesto la ropa informal más favorecedora que tengo y hasta me he maquillado un poco. Cuando oigo su coche llegar me dan ganas de meterme en casa corriendo, pero respiro hondo y no me muevo. Se oye la puerta de su casa y como siempre aparece Thor derecho a la valla a saludarme. Yo lo saludo con la mano, pero igual que anoche, no hago ruido. Esta vez Lucas sale al patio, pero al verme se para en la puerta. No dice nada, solo mira mi patio, supongo que evaluando lis cambios.

-Hola, ¿te gusta?

No me contesta.

-Estoy de inauguración. Me han traído los muebles esta tarde.

Sigue sin hablar.

-Siempre he querido uno de estos columpios. Aunque mi amiga dice que son más de zona de playa, pero yo creo que queda bien, ¿no?

No me contesta y empieza a darse la vuelta.

-Espera, he preparado una cosa para vosotros.

Entonces me mira.

-Es una tontería pero como imaginaba que no querrías tomar nada conmigo para celebrar la inauguración, pensé que te lo podías comer tú solo. Ósea, en tu casa.

Me levanto y cojo la fuente con el bizcocho y se lo ofrezco por encima de la valla. Él no se mueve pero Thor se acerca olisqueando.

-Espera amigo este no es para ti.

Le hablo al animal mientras levantó las manos con el bizcocho.

-Thor abajo.

Le ordena su dueño y él obedece enseguida. Entonces le acerco la fuente a Lucas y este la coge.

-No creas que me he olvidado de ti.

Le hablo a Thor. Y cojo de la mesa un plato con magdalenas. Se las acerco a Lucas que está quieto mirándome.

-Estas son especiales para perros, he sacado la receta de YouTube. Se las puedes dar tranquilo, son de zanahoria y no llevan azúcar. Pero racionáselas, pone que solo una o dos al día.

-¿Los has hecho tú?

Dice mirando los dos platos.

-Sí, espero que estén buenos. Es lo primero que hago en este horno.

Entonces coge también el plato de las magdalenas, se da la vuelta y entra en su casa. Sin decir nada más. Yo flipo.

Entonces cuando iba a empezar a decirle de todo mentalmente, aparece otra vez, quitándole el papel a una de las magdalenas. La parte por la mitad y se la enseña al perro.

-Toma chico, es tu regalo.

Y el animal se la come en dos segundos y se relame como pidiéndole más.

-Yo diría que esta buena.

Me dice mientras le da la otra mitad. Y está sonriendo. No sé si es a mí o al perro, pero tiene una sonrisa preciosa.

-Me alegro que le gusten.

REINICIARSE A LOS 40Donde viven las historias. Descúbrelo ahora