NUESTRO SECRETO

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Las cosas en el burdel estaban algo pesadas, Kushina estaba más fría que de costumbre. Era cortante, estricta y cualquier error durante las noches por más mínimo que fuese todos terminaban pagando los platos sucios sobre todo Mikoto, quien al parecer a Kushina le gustaba hacer sufrir.

— Cambia las canciones para esta noche — Dijo la pelirroja.

— ¿Disculpa? — Cuestionó Mikoto.

— ¿Estas sorda? Quiero que cambies las canciónes —.

— Si le escuche muy bien señora, pero en menos de una hora salgo y hoy no ensaye otras… —.

— No me importa — Le interrumpió — Yo soy la que estoy pagándote por cantar ¿verdad? Entonces harás lo que te ordeno — Sin más salió del camerino donde la pelinegra se estaba arreglando.

Le saco de lugar el hecho de que quiera cambiar la lista de canciónes que Kushina misma había elegido para que las cantara ¿Por qué ese cambio a ultimo momento?

— Ganas no me faltan para pegarle — Rugió furiosa, ella era una mujer paciente pero Kushina estaba más insoportable que nunca, sino fuera por su necesidad ya se hubiera ido de ahí — ¿Ahora que se supone que debo cantar? — Jalo su azabache cabellera con desesperación.

Luego de unos momentos que uso para poder respirar profundamente y con ello no entrar en una crisis nerviosa, se puso su característico labial rojo y salió a caminar por el local hasta llegar a la barra.

— ¿Me regalas un trago? — Le pregunto a Iruka.

— Sabes que noona no le gusta que bebamos aquí dentro — Le llamo la atención en voz baja a Mikoto.

— Lo sé, pero me vale — Recibió un shot de whiskey de manera discreta y de un sorbo rápido bebió aquel liquido — No entiendo que le pasa a esa mujer —.

— ¿Qué te hizo ahora? —.

— Ensaye las canciónes que me pidió para hoy y a último momento me pidió que las cambiase… Lo peor, es que no se que más cantar —.

— Te quedan diez minutos para pensar porque las bailarinas ya bajan, pero conociendo a la jefa canta Jazz —.

— ¿Pero cuáles? — Refutó — Las únicas canciones que conozco ya las cante y sabes que ella detesta que repita repertorio —.

— Pues estas en aprietos mi amiga, más te vale resolver sino fue un gusto conocerte — Rio al ver la cara de indignación de ella para luego seguir con su labor de atender a aquellos varones americanos que habían llegado al pais como militares.

— Mikoto —.

La voz seria de la pelirroja a sus espaldas la hizo saltar del susto pero incluso aún con su corazón agitado no dudo en girarse para verla fijamente — Kushina, que alivio verla. Con respecto a las canciónes… —.

— Cámbiate. No cantaras esta noche —.

— ¿E-Estoy despedida? — Trago en seco al escuchar esa posibilidad.

— No…Por ahora — la miro con esa seriedad que hizo temblar a la azabache — Contrate una nueva bailarina pero no se podrá presentar todavía y los demás están muy ocupados. Tu le enseñaras todo sobre este lugar y la residencia a ella, se quedará en la habitación en la que antes era de Park Bom —

— ¿Y quién suplantara mi turno? —.

— Ya me encargué de ello, haz lo que te digo. Te espero aquí, corre —.

Solo faltaba que le dije rana para que ella saltara, pues tan rápido como lo dijo salió corriendo a cambiarse. Al salir regreso al lugar donde sabía que estaría la pelirroja. La encontró ahí junto con una chica que aparentaba no pasar de los veinte años, sus ojos y cabello era de un negro intenso y, su piel era clara pero no tanto como la de ella. Le hacia sentir mal que alguien tan joven y bonita tuviera que trabajar en un sitio como ese.

VENDRÁS A MÍ? (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora