Fábula: Hormiga y elefante

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CMBronte  eligió este tema ❤️ Gracias por colaborar tanto con el proyecto.

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Una hormiga de grandes antenas y numerosas patas cruzaba los pasillos del hormiguero. Era bastante grande, ya que allí vivían muchas más hormigas como aquella. Empezaba la temporada de recolección para el invierno, así que se adentró entre la multitud de hormigas que se habían reunido justo en el centro del hormiguero, que era el espacio más grande.

Intentó ver por encima de los demás y pudo distinguir un pequeño montículo de tierra que sobresalía sobre todo el resto. Al poco rato, una hormiga un poco más grande que las demás subió.

—Ya empieza la época —dijo alzando la voz—. Nos separaremos por grupos.

Todos se dividieron en cinco, consiguiendo grupos de un número parecido.

—Grupo A, vosotros iréis al manzano —Muchos se fueron—. Grupos B y C, conseguid todas las hojas que encontréis en el huerto. Y el resto, buscad hojas de lechuga y cualquier alimento que os parezca sano.

La hormiga de antenas grandes salió con su grupo, el D. No tardaron mucho en llegar al huerto cercano de un hombre. Algunas subieron por los tallos y otros esperaban abajo para coger las frutas y verduras que soltaban.

—¡Escondeos! —gritó alguien—. Viene una criatura grande.

De repente, todo el orden que tenían se volvió caos. Salieron del huerto y cada uno se escondió tras una cosa. La de antenas grandes se escondió detrás de un roble y esperó.

Un enorme elefante apareció, haciendo que las hormigas rebotasen por el movimiento del suelo al son de las posadas. Estaban bastante lejos del huerto, así que nadie pudo verlo.

—¿Qué es eso? —preguntó la hormiga con antenas grandes—. Es tan alto como una casa.

—No exageres —le dijo otra—. Me parece que es el animal más grande que he visto.

—¿Y si le preguntamos qué es? —añadió la primera.

—¿Qué? —exclamó la otra—. ¿Estás loca?

La hormiga de antenas grandes salió de su escondite y llegó junto a la pata del elefante. ¿Cómo llamaría su atención?

El elefante estaba junto a un árbol bastante alto, tanto que no alcanzaba a agarrar una naranja.

—Yo puedo ayudarte —se ofreció la hormiga mientras subía por el tronco del árbol.

—¿Cómo? Eres muy pequeña —dijo el enorme animal observando su tamaño.

—Las hormigas tenemos un método. Somos muchas y juntas podemos conseguirlo —dijo la pequeña criatura.

La hormiga llamó a las demás, que parecieron lentamente por detrás de sus escondites. Se subieron todos y soltaron la naranja, que quedó junto a la pata del elefante.

—No tendría que haberos juzgado —dijo el elefante como agradecimiento...

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Siento haber tardado tanto, pero aquí lo tenéis.

¿Qué os parece? ✍️

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