CAPITULO 16: "Despertar del Corazón: Noche Antes de la Tragedia"

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Mientras Aaravos se dirigia a su ejercitos para su asalto a Xadia, Viren, intrigado por los oscuros planes de su aliado, lo abordó con una pregunta.

"¿Dónde has encontrado esa Fuente Primordial? ¿Y qué pretendes hacer con ella?", inquirió Viren, con una mezcla de curiosidad y ansiedad en su voz.

Aaravos, con una sonrisa , respondió: "La Fuente Primordial es un tesoro ancestral, Viren. Pero lo que busco no es solo su poder. ¿Qué hace rey a un rey dragon?"

Viren, titubeante, respondió: "El poder, supongo?"

"Correcto, Viren. El poder", dijo Aaravos con una mirada intensa. "Pero hay algo más. La tierra de Xadia le brinda al rey dragon un poder especial, algo que solo se conoce como la Fuente Primordial. Ese es el verdadero tesoro que necesito para culminar mi plan".

Viren, asombrado por la revelación, preguntó: "¿Qué planeas hacer con ese poder? ¿Y qué papel jugaré yo en todo esto?"

Aaravos, con una sonrisa siniestra, respondió: "Todo se revelará a su debido tiempo, Viren. Pero ten la seguridad de que serás recompensado generosamente por tu lealtad y tu colaboración en este gran esquema".

Viren, aunque perturbado por la oscuridad de los planes de Aaravos, no pudo evitar sentirse atraído por la promesa de poder y recompensa.

Mientras tanto, en Xadia, la Reina Dragona luchaba contra las secuelas de su herida. Cada minuto que pasaba, su condición empeoraba, y a pesar de los esfuerzos de los sanadores y la magia de la tierra, su fuerza disminuía.

Rayla, Callum y Ezran observaban con preocupación mientras la Reina Dragona se debilitaba cada vez más. Sabían que su pueblo dependía de ella para liderarlos en la batalla que se avecinaba, y la idea de perderla era desgarradora.

En medio de la angustia y la incertidumbre, llegó la noticia de que el ejército de Aaravos estaba a punto de llegar a las faldas de la Torre de la Tormenta. La Reina Dragona, a pesar de su debilidad, reunió a sus generales y les ordenó que prepararan las defensas.

"Xadia está en peligro, y no podemos permitir que el enemigo avance un solo paso más", declaró con determinación, aunque su voz apenas era un susurro.

Mientras el ejército se preparaba para la batalla, la Reina Dragona se desplomó repentinamente, su cuerpo sin vida yaciendo en el suelo. Rayla, Callum y Ezran corrieron hacia ella, pero era demasiado tarde. La líder de Xadia había muerto, dejando a su pueblo sin guía en su hora más oscura.

La noticia de la muerte de la Reina Dragona se extendió como un reguero de pólvora por todo Xadia, sumiendo a su gente en la tristeza y la desesperación. Mientras tanto, el ejército de Aaravos avanzaba implacablemente hacia la Torre de la Tormenta, listo para desatar su furia sobre el reino desprotegido.

En medio del caos y la confusión, Rayla, Callum y Ezran se encontraron enfrentando una situación desesperada. Con su líder muerta y el enemigo a las puertas, el destino de Xadia pendía de un hilo. Sin embargo, los tres jóvenes se negaron a rendirse ante la tragedia.

"¡Escuchen todos!", llamó Rayla, alzando la voz sobre el murmullo de la multitud. "La Reina Dragona nos ha dejado, pero su legado aún vive entre nosotros. Tenemos al Príncipe Dragón Azymondias".

Las palabras de Rayla atrajeron la atención de los presentes, quienes miraron con curiosidad y esperanza.

Callum se adelantó, su voz resonando con determinación. "El Príncipe Azymondias es el futuro de Xadia. Si podemos protegerlo, si podemos guiarlo, aún hay esperanza para nuestro reino".

Ezran, con el Príncipe Azymondias en sus brazos, levantó al pequeño dragón ante la multitud. "Este es nuestro símbolo de esperanza, nuestra luz en la oscuridad. Mientras él viva, Xadia aún tiene una oportunidad".

Las palabras de los jóvenes resonaron en el corazón de su pueblo, infundiendo una nueva determinación en medio de la desesperación. Aunque la muerte de la Reina Dragona había dejado un vacío en el liderazgo, el legado de su sabiduría y coraje aún vivía a través del Príncipe Azymondias.

Con renovada determinación, Xadia se preparó para enfrentar al ejército de Aaravos, con la esperanza de que el legado de su querida Reina Dragona y la protección del joven Príncipe Dragón pudieran guiarlos hacia la victoria.

Después de un día lleno de preparativos para la inminente guerra, Rayla, Callum y Ezran se encontraron en el cuarto de Ezran, donde el pequeño Príncipe Dragón Azymondias descansaba plácidamente en los brazos de su amigo.

Rayla, con una mezcla de preocupación y determinación en su mirada, comenzó: "Recuerdo cuando comenzamos este viaje juntos... Nunca imaginamos que nos enfrentaríamos a algo así".

Callum asintió, recordando los desafíos que habían superado juntos. "Pero aquí estamos, unidos más que nunca. Y no importa lo que pase mañana, lo enfrentaremos juntos".

Ezran, con una sonrisa, añadió: "Azymondias también está con nosotros. No podemos fallarle".

Con el cansancio del día pesando sobre ellos, Ezran y Azymondias se quedaron dormidos rápidamente. Rayla y Callum se quedaron solos en la habitación, contemplando a los dos pequeños dormidos con una leve sonrisa.

Sus miradas se encontraron, y por un momento, el mundo parecía detenerse a su alrededor. Rayla rompió el silencio, su voz apenas un susurro: "Callum, tengo miedo... Miedo de no volver de esta guerra como lo hicieron mis padres. Miedo de... de no haber dicho lo que realmente siento".

Callum la miró con ternura, comprendiendo sus palabras. "Rayla, sé que nos prometimos no dejar que nuestros sentimientos interfirieran con nuestra misión, pero... Yo también tengo miedo. Y no quiero arrepentirme de no haber dicho esto antes".

Rayla levantó la mirada para encontrarse con la de Callum, y en ese momento, él se acercó y la abrazó con fuerza, atrayéndola hacia él. Sus labios se encontraron en un beso apasionado, uniendo sus corazones en un instante de pura emoción.

"Rayla, tú eres mi luz, mi destello de esperanza", murmuró Callum entre besos. "Sin ti, nunca hubiera conocido lo que es sentirme completo. Porque Rayla, yo te amo".

Rayla se sintió abrumada por la sinceridad de sus palabras, y con lágrimas en los ojos, respondió: "Yo también te amo, Callum. Eres todo lo que siempre he deseado y más".

Después de ese momento emotivo, Rayla y Callum se quedaron abrazados, sintiendo la calidez del uno al otro en medio de la habitación.

Rayla rompió el silencio, susurrando suavemente: "Nunca pensé que esto sucedería... No así, no aquí".

Callum sonrió, acariciando su cabello con ternura. "A veces, las situaciones más inesperadas nos muestran lo que realmente importa en la vida".

Rayla asintió, apoyando su cabeza en el pecho de Callum. "Es extraño pensar en cómo todo comenzó... en aquel bosque ..."

Callum la interrumpió con una risa suave. "Y en aquel primer beso aqui mismo ... en este castillo".

Rayla levantó la mirada para encontrarse con la de Callum, una chispa de diversión en sus ojos. "Sí, ese también fue inesperado... pero no cambiaría nada de lo que hemos vivido juntos".

Callum acarició su mejilla con dulzura. "Ni yo, Rayla. Cada momento contigo ha sido una aventura, incluso los más difíciles".

Rayla suspiró, abrazándolo con más fuerza. "Mañana será difícil... pero contigo a mi lado, sé que puedo superarlo todo".

Callum la miró con determinación. "Lucharemos por Xadia, por nuestros amigos, por Azymondias... y por nuestro futuro juntos".

Rayla sonrió, sintiendo una renovada determinación. "Sí, lucharemos juntos, Callum. Porque juntos somos más fuertes".


"Atravesando el Velo de Magia: Un Viaje a las Tierras de Xadia"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora