La historia sigue a Rayla, Callum y Ezran en su viaje para proteger al pequeño dragón, Azymondias, y llevarlo de regreso a su hogar en la Tierra del Dragón. En el camino, luchan contra soldados y tratan de escapar de aquellos que buscan apoderarse d...
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Mientras tanto, en el hogar de la Reina de los Dragones, Ezran había establecido una conexión con el pequeño dragón recién nacido y descubrió que su nombre era Azymondias. Rayla, por su parte, seguía luchando con sus sentimientos por Callum y no quería arriesgar su amistad al confesarle sus sentimientos.
Callum, por su parte, había notado un ligero cambio en la actitud de Rayla y se preguntaba qué estaba pasando. Pero antes de que pudiera preguntarle, un grupo de soldados que fueron mandados por Viren llegó al hogar de la Reina de los Dragones y los atacaron.
Rayla, Callum y Ezran tuvieron que luchar contra los soldados mientras intentaban proteger al pequeño dragón y escapar del palacio. La situación parecía desesperada hasta que Azymondias demostró que tenía habilidades mágicas y ayudó a los amigos a escapar.
Mientras tanto, Viren y Aaravos seguían planeando su siguiente movimiento para apoderarse del trono de Katolis.
Después de la cena, Rayla, Ezran y Callum decidieron quedarse en el castillo de la reina para pasar la noche. Durante la cena, Rayla había sentido una extraña tensión en el ambiente, y no podía evitar pensar en el pasado y en lo que había perdido.
Recordaba claramente la noche en la que su vida cambió para siempre. Sus padres habían estado protegiendo el huevo del dragón, luchando ferozmente contra los humanos que intentaban robárselo. Rayla había estado escondida en un lugar seguro, observando la batalla con miedo y admiración.
Pero cuando los humanos finalmente lograron llevarse el huevo, sus padres desaparecieron sin dejar rastro. La gente decía que habían huido, pero Rayla sabía que no era cierto. Había visto cómo luchaban, sabía que eran valientes y que nunca se rendirían. Pero nadie más lo sabía, y Rayla se había quedado sin familia ni hogar.
Runaan, un elfo de la Luna Clara, la encontró y la crió como si fuera su hija. Le enseñó todo lo que sabía sobre la magia y las habilidades de un asesino. Rayla había aprendido a ser fuerte, independiente y a no mostrar sus emociones.
Pero ahora, en el castillo de la reina, todo parecía diferente. Había algo en el ambiente que la hacía sentir vulnerable y expuesta. Quizás era porque estaba en un lugar desconocido, o porque estaba rodeada de personas que no conocía bien. O quizás era porque finalmente estaba empezando a abrirse y a mostrar sus verdaderos sentimientos.
Callum, que había estado observando a Rayla durante la cena, notó un ligero cambio en su actitud. Parecía más callada y pensativa, como si estuviera recordando algo doloroso. Se preguntó si habría algo que pudiera hacer para ayudarla, pero no sabía qué decir o cómo acercarse a ella.
Mientras tanto, en el castillo del rey Harrow, el monarca estaba muy preocupado por la seguridad de sus hijos. No había recibido ninguna noticia sobre ellos desde que partieron en su misión, y estaba empezando a temer lo peor. Viren, el Gran Mago de Katolis y consejero del rey, estaba presente en la reunión y ofreció su ayuda para encontrar a los príncipes.
